Encontrar a Jesús
Domingo 2 - Tiempo Ordinario - Juan 1, 35 - 42
Paz y bien!
Hay que estar con los ojos y el corazón bien abiertos para saber que seguir al Señor no es algo fácil, nunca lo ha sido. Sólo son auténticos seguidores de Jesús aquello que le anteponen a sus propias batallas interiores, a sus propios intereses y egoísmos. Lo demás son buenas intenciones…
Algunas personas buscan en la fe cosas que la fe no puede ofrecer. Hay personas que se acercan buscando seguridad personal, cuando la fe nos da una seguridad interior arriesgada y siempre llena de tentaciones. Otros buscan hacer carrera: estar bien mirados, reconocidos y admirados… Los hay que quieren encontrar en la fe alguna clase de paz, pero no se atreven a combatir consigo mismos. La peores batallas que puede librar una persona son las guerras que tiene que combatir contra sí mismo.
La persona que quiera ser discípulo de Jesús no se dará por satisfecha con una palabra de pasada, sino que querrá tener un encuentro personal con Él.
La vida cristiana auténtica es la única realidad en la existencia que comienza llegando ya a la meta: a Jesús. Es cristiano quien ha descubierto en el interior de su morada a Jesús y, ya desde ese momento, toda su vida será un profundizar en Él. Y el Señor es tan inagotable que necesitamos la eternidad para seguirnos zambullendo en Él.
Hay personas que oyen hablar sobre Jesús, hablar de Jesús y hablan con Jesús, pero quizá no han experimentado en la profundidad de su corazón la fuerza de ese encuentro, de ahí que sean corazones débiles y vacilantes… El único encuentro que puede transformar la vida de un ser humano es el encuentro verdadero con Jesús, de ahí que los discípulos de Juan se quedasen con Él nada más al encontrarlo.
El Evangelio nos hace referencia a la mirada de Jesús; una mirada que va al fondo de la vida, al corazón. Jesús no ve solamente lo que la persona es en el momento, sino también lo que puede llegar a ser. Ve en cada ser humano no sólo lo que hay en la actualidad, sino todo lo que puede llegar a ser si acepta encontrarse con Él y seguirle.
Fraternalmente, buen domingo
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Las huellas de P. Mario Santana Bueno
Toda la razón, la fe no es una constante asegurada y siempre he pensado que los peores enemigos son los interiores. Cuando rezo: "líbranos del mal", pienso en el mal de dentro de uno mismo.
ResponderBorrarGracias, me ayuda esta entrada
Estimado Amigo Bloggero:
ResponderBorrarHace una semana di a conocer mi nuevo Blog www.CONSUELAAMIPUEBLO.org para el cual tengo una responsabilidad muy grande, pues su objetivo es "Consolar a los que sufren" y lo hare apoyandome del Evangelio de la Consolación, reflexiones y testimonios.
Hoy estoy aquí para pedirte que me ayudes a abrirle un camino a nuestro Señor Jesús, promoviendo este blog en facebook, en tu blog, en donde puedas. El material compartido en este blog esta basado en Amor y Fe.
Ayudanos a poder llegar a mucha gente que viven cegados, escondidos, con un corazón quebrantado para darles la buena nueva: Diles que Yo su Dios estoy aquí (Is 40,9)
Gracias!!
El tiempo, solo hace que cada vez sea más grande ese deseo de encuentro.
ResponderBorrarAbrazos