31 de diciembre de 2011

A modo de prefacio para 2012


La gente se arregla todos los días el cabello.
¿Por qué no el corazón? (Proverbio chino)
 ¡Paz y bien!

Todo lo que haces es importante, cada acto y cada pensamiento y cuando sirves con amor, ninguna energía se pierde en el universo. En cada instante estás intensificando el amor o el odio, estás aumentando la claridad o las tinieblas.

Gozas de libre albedrío para unir o separar, curar o herir, bendecir o maldecir, construir o destruir. Incluso la acción más insignificante tiene mucho poder y tú eres muy importante en el plan de Dios.

No es aventurado afirmar que los seres serviciales sostienen el universo a pesar de los desastres naturales. Somos uno y la tierra es un organismo viviente que a todos nos sirve, como bien lo saben y lo enseñan los chamanes y los sabios.
Ayuda

Piénsalo y logra que en tu paso por la tierra dejes una buena huella y hagas una siembra de amor. Siendo servicial y compasivo eres como una estrella y llenas de luz cualquier espacio, incluso sin hablar.

Dios los bendiga a tod@s

Fraternalmente,




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Me ayudó Gonzalo Gallo

30 de diciembre de 2011

A modo de epílogo


Estoy terminando un año complicado. Lo más difícil fue adaptarme a una realidad desconocida, distinta, en todo sentido. Creo que decepcioné a algunos y por esa decepción fui destinatario de libelos oscuros.

Pero, pese a todo esto, salí fortalecido porque políticamente, mis lealtades no se negocian y mis libertades no están en venta.

A principios de este año escribía «Dios no desconoce los obstáculos, pero nos capacita para superarlos. No economiza los problemas, sino que nos hace descubrir nuestra vara para vencerlos. Hay muchos que preferirían que Dios suprimiera las adversidades, para no sufrir ni hacer ningún esfuerzo extra; pero la didáctica divina es prepararnos y fortalecernos para vencer toda dificultad en el camino de conversión.

Dios no usa nunca la ley del menor esfuerzo, porque eso conlleva al egoísmo y la falta de carácter, sino que nos da la oportunidad de medir nuestras fuerzas y que nosotros nos demos cuenta que podemos salir victoriosos.»


No tengo más ambiciones que aquellas que Dios con su infinita bondad me permite; «la tortura de una mala conciencia es el infierno de una alma viviente» dijo el teólogo francés Juan Calvino, por eso, camino tranquilo por las calles. Además, como lo dije antes la vida es transitoria y quien no la ha vivido en plenitud, tiene que levantar mausoleos para ser recordado por la historia; los privilegios y riquezas nos hacen insensibles al dolor y al sufrimiento de los demás.

«¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?» se pregunta Santiago Ramón y Cajal. Por ello pienso en aquellos que se etiquetan como mis enemigos, para su decepción, yo no los considero así, son mis contemporáneos y de una u otra forma siempre cruzamos los caminos; deseo para ellos toda la prosperidad que se merecen, al fin y al cabo Dios hace salir el sol sobre buenos y malos.

Dios me permitió conocer a otras personas muy lejanas que me sostuvieron con sus oraciones y con gestos tan transparentes que aprendí, por los escritos, a conocer el color de sus ojos y el tono de sus voces. A ellos les deseo la paz de Dios.

2012 es el año de los sueños. Pablo Coelho, dice que «el primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo; el segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. El tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida pasa a ser una tarde de domingo, sin pedirnos cosas importantes y sin exigirnos más de lo que queremos dar. Pero, en verdad, en lo íntimo de nuestro corazón, sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños.»

Animo, no hay peor cosa que la no se intenta; el sol, aún no se ha puesto por última vez. Nadie se embarca en una lucha más dura de aquel que busca vencerse a si mismo. Y esta debería ser nuestra tarea: vencernos, volvernos cada día mejores y progresar siempre más en el bien.

Mis deseos de paz, mucha paz y prosperidad.

Fraternalmente,

29 de diciembre de 2011

Obstáculos

Paz y bien!

Isaías 41, 10

No es fácil florecer donde Dios nos puso y dar los mejores frutos sin esperar nada a cambio. A veces, cuando hay vientos contrarios, surge la tentación de escaparse y soñar con paraísos lejanos.

Pero el desafío es enfrentar los obstáculos, volver a creer y aprovechar la sabiduría de la esperanza. Puede que en ciertos casos debamos buscar otro espacio, pero esa decisión no debe ser una evasión.

Si nací acá, el desafío es entregarme del todo, de modo, que si debo partir deje mi misión cumplida. En caso contrario puedo serenarme, mirar los hechos con calma y seguir adelante apoyado en la fe y la paciencia.

Aunque la realidad esté más enredada de lo previsto, llegarán tiempos favorables si no desespero.  Dios me da fuerzas para resolver los problemas que me roban el sosiego. Dios es mi refugio y nunca me abandona.

Fraternalmente,




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La huellas de Gonzalo Gallo

28 de diciembre de 2011

Ahora...

Paz y bien!
Quiero ser consciente de que la felicidad no depende de cuánto poseo, sino de cómo amo. Por eso son felices los pobres sin envidia o resentimiento, y hay ricos sin egoísmo y sin apegos.

Mi misión es encender lámparas por doquier con el fuego de la verdad y el poder de la bondad. El desafío es amar de verdad, porque el odio nos esclaviza y la soberbia nos aísla.

Pido al Padre que me dé humildad y no actúe como aquellos que la única verdad que aceptan es la suya. Mi luz está en creer, mi energía en esperar, mi alegría en servir y mi tesoro en amar.

El mayor bien que puedo adquirir es la paz del corazón y la mejor conquista es controlar mis emociones. Elijo ser compasivo y abierto al perdón, ya que sólo así estoy bien en el presente y puedo esperar días mejores.

Mañana es una palabra peligrosa y gaseosa, es el cementerio de muchos sueños y el freno de valiosas iniciativas. Mañana suele ser el refugio de los inseguros y la excusa predilecta de los mediocres y los indolentes.

Mañana es un término que rehuyen los apasionados y le encanta a los mediocres y los tibios. Los que acostumbran decir mañana, están bien lejos de sus metas y muy cerca de la frustración.

Mañana es el lema de los fracasados, el canto de los perezosos y el himno de los inconstantes. En la playa de la vida encontraré la roca firme de los que aman el hoy y los castillos de arena de los que dicen mañana.

Por eso quiero amar ahora, actuar ahora y vivir intensamente el instante, ya que es mi único tesoro. El ayer es un sueño, el mañana una ilusión y sólo el hoy es real. El mañana es etéreo; hoy es el día para amarte, amar y ser feliz. 
Fraternalmente,



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La huellas de Gonzalo Gallo

27 de diciembre de 2011

Soñar y trascender

Paz y bien!
Soñar y trascender es una buena estrategia, mejor aún, es la única para encontrarle un sentido a la vida, para ser una persona estelar, brillante. Y ¿qué es trascender?  Es ir más allá de lo aparente y creer que hay una intención divina en el universo.

Hay un plan de amor en el que todo está bien ordenado, incluso eso que ves como trágico o absurdo. Trascender es no dejarse atrapar por lo material, inspirar a otros y vivir en sintonía con Dios en todo instante.

Es cruzar un umbral y entrar a otra dimensión en la que no hay dudas ni desgana porque sólo existe el entusiasmo. Tú lo logras si te apartas del ruido, te aquietas, sientes a Dios en tu interior y vibras en el amor.

Entonces te sientes uno con todo, ves la realidad con nuevos ojos, amas aquí y ahora y te liberas de falsos apegos. Nada te perturba y asumes las dificultades, no como problemas, sino como experiencias para evolucionar. Nutres los sueños de otros y estás  en paz.

Gonzalo Gallo
Fraternalmente,


26 de diciembre de 2011

Heme aquí

Paz y bien!
«Heme aquí. En su Nombre ¡oh Dios! te digo esto. Heme aquí para hacer tu voluntad. Y con El yo, María y José, mi esposo. Aquí están tus siervos, Señor. Que siempre hagamos a cada momento, en cualquier cosa, tu voluntad, para gloria tuya y por amor tuyo» (1)
Cuando la Virgen oraba al Padre de los cielos, teniendo a Jesús en sus brazos, le ofrecería aquel su Hijo recién nacido y con El ofrecía absolutamente todo, pues para ella su Hijo Jesús era el todo de su vida.

Cuando nosotros nos ofrezcamos a Dios, no nos reservemos nada para nosotros, no limitemos nuestra entrega; no apartemos de nuestra entrega ni nuestras cualidades, ni nuestros talentos y habilidades, ni nuestro tiempo, ni nuestro dinero, ni nuestro entusiasmo.

Fraternalmente,




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(1) El Hombre Dios - Revelaciones a María Valtorta, pág. 156, tomo 1.  Me ayudó como siempre Alfonso Milagro cmf


25 de diciembre de 2011

Dios se hizo humano

"Para llevar a cabo lo imposible, el Dios de lo imposible dio el primer paso. Lo que el ser humano no podía hacer en su ida hacia Dios, Dios lo hizo con su bajada hacia nosotros. Dios entró en nuestra familia.

Lo insalvable fue salvado por vez primera de arriba abajo en la encarnación. Lo que nunca había acontecido, a saber, que uno de allá arriba bajase hasta nosotros, se realizó en Jesús. Lo invisible se hizo visible, lo intocable se volvió tocable en Cristo.

La historia quedó transida por un escalofrío de vida cuando Jesús se convirtió en actor de ella, y el cosmos se transformó en hostia cuando el Verbo tomó carne de una mujer que vivía en el cosmos.

Dios se hizo humano, el Verbo se hizo hijo.
La inmensidad se trazó límites.
El infinito se volvió finito.
La incognoscibilidad se tornó cognoscible.
La omnipotencia se hizo niño.
El inmutable se hizo dolor.
La perfección se cubrió de pecado.
La vida se introdujo en la muerte.
El amor se hizo resurrección.
Jesús se convirtió en nuestro hermano…”

Carlo Carreto.
“Escritos esenciales”
Sal Terrae, 2008

Feliz y Santa Navidad!

24 de diciembre de 2011

¡Gloria a Dios en el cielo..!

Un grito de júbilo resuena en nuestra tierra; un grito de alegría y de salvación en las riendas de los pecadores. Hemos oído una palabra buena, una palabra de consuelo, una frase rezumante de gozo, digna de todo nuestro aprecio.

Reanimaos los que os sentís desahuciados: Jesús viene a buscar lo que estaba perdido. Reconfortaos los que os sentís enfermos: Cristo viene para sanar a los oprimidos con el ungüento de su misericordia. Alborozaos todos los que soñáis con altos ideales: el Hijo de Dios baja hasta vosotros para haceros partícipes de su reino. Por eso imploro: Sáname, Señor, y quedaré sano; sálvame, y quedaré a salvo; dame tu gloria, y seré glorificado. Y mi alma bendecirá al Señor, y todo mi interior a su santo nombre, cuando perdones todas mis culpas, cures todas mis enfermedades y sacies de bienes mis anhelos.

San Bernardo (1091-1153), 
monje cisterciense 
y doctor de la Iglesia 
¡Feliz y Santa Navidad!

23 de diciembre de 2011

No es fácil, es posible

Paz y bien!

Is 12, 4

Estamos llegando a la cima, recorriendo el sendero del adviento y en la travesía aprendimos, rescatamos, valoramos, compartimos los deseos que nos fueron naciendo del corazón; también nos purificamos, en el sentido de fundirnos en el amor de Dios para nacer de nuevo con el Señor.

Hay cosas difíciles que a diario se nos presentan. No es fácil pedir disculpas cuando uno se ha equivocado; ni volver a empezar cuando todo se ha venido abajo.

Ni admitir un error cuando se lo hacen ver; no ser abnegado, ni ser considerado, ni persistir ante las dificultades, sobre todo cuando son muy persistentes.

No es fácil soportar el peso del éxito y de la prosperidad sin por ello vanagloriarse ni hincharse ante los demás; ni lo es perdonar y olvidar las faltas de atención de los otros, sobre todo cuando se refieren a nosotros mismos, ni dominar nuestro mal carácter, sin descargar en los demás nuestra carga de agresividad cuando las cosas no salen según nuestros deseos...

Nada de esto es fácil: no es fácil, pero no es imposible conseguirlo; y no siempre tenemos que buscar el camino de lo más fácil, sino de lo que sea mejor.

En la búsqueda de la templanza, el sendero del adviento es el más difícil pero sin dudas el mejor.

Y en este tiempo,como dice la Palabra, demos gracias a Dios y pregonemos que es sublime su Nombre porque es admirable lo que hace con los suyos, cómo los purifica, los santifica, los eleva.

Fraternalmente,

22 de diciembre de 2011

Y quien no da la vida por un sueño

Paz y bien

Lc 2, 13-14

Son muchas las cosas que en estos días los hombres pedirán al cielo; a ese Dios que, sin dejar de ser Dios, se quiso hacer hombre, por amor al hombre y para salvarlo.

Pero indudablemente hay algo que está en las plegarias de todos: todos esperamos y pedimos que el Niño de la Navidad nos traiga la paz.

Como una flor en el desierto.

Tú que eres el Camino, la Verdad y la Vida; Tú que todo lo sabes y que lo puedes todo, que un alma eterna diste a nuestro ingrato lodo y amasaste el martillo que te crucificó, no mires las miserias, no mires los pecados.

Recuerda solamente que somos desdichados y que este barro nuestro la vida te costó. Escucha nuestro ruego, que se une a la plegaria de tanta madre triste y esposa solitaria, de tanto niño pálido, de su contraída faz; y, abriendo los dos  brazos de tu misericordia sobre este mundo mísero de luto y de discordia, Señor omnipotente, concédele la paz.
Es Cristo el que vino a traernos la paz, desde el momento en que vino a restablecer la paz entre Dios y nosotros.

Y quien no da la vida por un sueño...

Fraternalmente,



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Dejó sus huellas Alfonso Milagro - Imagen de El Ojo Digital «Podrán encerrar mi cuerpo, nunca mi mente»

21 de diciembre de 2011

Roca inconmovible

Paz y bien!

1 Pe. 5, 8

El hombre de fe es una roca inconmovible, una fortaleza inexpugnable. La fe es una luz que surge en las tinieblas; da dimensión exacta a todo y lo cromatiza con colores auténticos: los colores de la gracia. La fe es una saber que Cristo vendrá para decir la palabra definitiva en la historia del hombre y del mundo. Es una búsqueda continua, que alienta con sus hallazgos a seguir buscando.


La fe es una seguridad humilde y temblorosa; un sumergirse dulce y escalofriante en el regazo invisible de una gran Padre, que es Dios. La fe es un trasplante de ojos, por el que penetra, en nuestra débil mirada, la comprensiva visión de un Dios de bondad.

Pablo VI decía «La fe vivida se transforma en luz, amada, se convierte en fuerza; meditada se vuelve espíritu.»

De nada sirve que tengamos fe si no nos comprometemos con ella y comprometerse con la fe es comprometerse con las nuevas y honestas transformaciones del mundo de hoy.

Y el adviento es el tiempo que nos regala el Señor para que nuestra fe sea luz, fuerza y espíritu.

Fraternalmente,

20 de diciembre de 2011

Dios ama la verdad en lo íntimo del ser

Paz y bien!

Sal 51,8
«Tu quieres rectitud de corazón, enséñame en secreto lo que es sabio»
El ama nuestra verdad, y nuestra verdad es que somos seres humanos hechos de barro y un soplo del Espíritu Divino.

Nuestro ser, imagen y semejanza suya, es digno de ser amado. Cada uno de nosotros somos valiosos, con una riqueza incalculable. Poseemos una intimidad y una historia que nos hace únicos en el concierto de la vida. Contamos con una fuente de amor que desemboca en el océano de la felicidad. Somos irrepetibles e imprescindibles en este mundo.

Por otro lado, somos seres finitos, hechos de arcilla quebradiza. En cada paso constatamos que nuestros ideales sobrepasan nuestras posibilidades y que somos más frágiles de los aparentamos. Tan limitados como trascendentes; pequeños, pero con una misión gigantesca; con una poderosa fuerza para conquistar el universo, pero a veces tan débiles para dominarnos a nosotros mismos.

Queremos hacer el bien y no podemos. Esa es nuestra verdad: seres contrastantes y a veces contradictorios con opuestos que luchan por integrarse. Por eso Dios, no nos exige la perfección, sino la autenticidad.

Lo único que Dios vomita es la doblez de corazón y la hipocresía: aparentar ser mejores de lo que somos. Y lo peor, creerse mejor que los demás. No es malo reconocer lo bueno que se tiene sino, entrar en una competencia con los carismas de los demás y presumir como propio lo que ha sido confiado para el bien de los otros.

Fraternalmente,



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Dejó sus huellas: José H. Prado Flores

19 de diciembre de 2011

Minutos

Paz y bien!

Sab. 2, 4

¿No has sacado nunca la cuenta de los minutos que has vivido? Es curioso, sácala y constatarás que son millones de ellos.

¿Y no has pensado nunca que de todos esos millones de minutos has de dar cuenta al Creador, que te dio la vida para que la hicieras fructificar?

Cada uno de esos minutos han sido ya juzgados y valorados por Dios según el peso de amor que en ellos hayas puesto, según la rectitud de intención que hayas tenido.

Tremendo problema tuyo si esos minutos se te han deslizado sin que en ellos pusieras la marca y distintivo del amor. Para la eternidad solamente te valdrán los minutos que lleven la marca de Dios; los demás se habrán hundido en el vacío, y en un vacío no es posible fundamentar ningún porvenir.

Las matemáticas no sirven cuando se trata de la intensidad que debemos poner en todos nuestros actos: intensidad de amor; pero si son útiles cuando es cuestión de numerar los actos que hemos de hacer productivos en nuestra vida.

Adviento, es un buen momento.

Fraternalmente,




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Dejó sus huellas Alfonso Milagro - Foto: «Movamos el tiempo» El Ojo Digital

18 de diciembre de 2011

Mirar a la Mujer


 ¡Paz y bien!

Domingo 4 de Adviento - Ciclo B - Lucas 1, 26-38
«... el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una joven virgen que vivía en una ciudad de Galilea llamada Nazareth y que era prometida de José de la familia de David. Y el nombre de la virgen era María»
Con esa sencillez se abre el pasaje de la Encarnación del Verbo, el momento tan esperado durante siglos. Sencillez y belleza al relatar el momento sublime tan esperado durante siglos.

Hemos de contemplar las maravillas del mundo, y al reconocer las obras, alabar a su Creador. Dios creó el sol y los mil luceros de la noche, las cordilleras, los ríos y los mares, y cuantos animales pueblan la tierra, el aire y el mar. Hemos de pedir a Dios antes de llegar a la Navidad que nos conceda sensibilidad ante la belleza de sus obras, y sobre todo reconozcamos su obra maestra: "la mujer" de la que habla el Apocalipsis, y que está por encima de todo lo creado.

Por encima de lo que había creado, Dios se recreó cuando hizo a María, como le sucede al artista cuando contempla con gozo su obra maestra. Y pienso que, cuanto más mira Dios a ésa que es su Madre y esposa, más se enamora de ella (enamorarse, estar enamorado es estar en lo que se ama). Si contemplamos y nos pasmamos otra vez ante nuestra Madre, la querremos más. Hoy vemos que el ángel del Señor fue enviado a una mujer de Nazaret, y al comunicarle la propuesta de Dios de ser la madre del mesías, ella se turbó al oír tales palabras.

Conmueve ver ruborizarse a aquella chica ante el piropo de un ángel, porque no deja de ser un piropo. Con este significativo detalle el evangelista nos habla de la condición femenina de María. María no es insensible a las palabras del ángel y se muestra como verdadera mujer. Interesa que recalquemos este detalle porque María no es una estatua ni una pintura en un lienzo: era una chica joven y sigue siendo mujer.
Que yo te vea -y que te veamos todos los cristianos- como mujer, Virgen y Madre de Jesús, porque sólo así podremos contemplar las maravillas que Dios hizo en Ti, y nos daremos cuenta de qué Madre nos ha dado Jesús.
Fraternalmente, buen domingo



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Jesús Martínez García

17 de diciembre de 2011

¡Quisiera!

¡Paz y bien!

Quisiera yo poder a costa de cuento fuera necesario,
transformar las ofensas que en el mundo se cometen,
en gloria, amor y consuelo 
para el Corazón de mi dulcísimo Jesús.

¡Quisiera tanto amarlo de veras y glorificarlo!

A pesar de mi pobreza me da el Señor,
un vivo deseo de esto, de borrar, si pudiera, 
todas las ofensas que se la hacen y de sufrir,
pareciéndome esto lo más deseable de este mundo.

Si no me concede la gracia tan inmerecida.
de dar la vida por él,
que es mi mayor deseo, 
quisiera emplearla toda en sufrir
cuanto pudiera por su amor.

                                         Santa Maravilla de Jesús

Fraternalmente,




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Imagen: Humildes de Nicaragua

16 de diciembre de 2011

Lo mejor



Lo mejor que puedes dar a tu enemigo es el perdón;
a un oponente, tolerancia;
a un hijo, un buen ejemplo
a tu padre, deferencia;
a tu madre, una conducta de la cual se enorgullezca;
a ti mismo, respeto;
a todos los hombres, caridad.

                                                    John Balfour

¡Paz y bien!

 

Diciembre

¡Paz y bien!

Este es el mes de la expectativa de la venida del Señor Jesús.

Es Cristo el que ha de venir y ha de venir para salvarnos; somos nosotros los beneficiados con su venida.

Ese Cristo que es nuestro hermano, primogénito de todos los predestinados, como lo llama San Pablo; nuestro hermano que debe comprendernos y ayudarnos.

Ese Cristo que es nuestro amigo, que recibe todas nuestras confidencias y en el que podemos volcar todas nuestras angustias.

Ese Cristo que es nuestro compañero de trabajo, pues lo tenemos junto a nosotros en todos los momentos de nuestros días y en todas nuestras actuaciones.

Ese Cristo que es nuestro redentor, por cuya muerte nosotros tenemos vida: la vida de la gracia.

Ese Cristo que es nuestro salvador, que nos liberó de la muerte de la condenación y de la muerte del pecado, de la esclavitud de nuestras propias pasiones.

Ese Cristo que es nuestro Dios, a quien le debemos adoración profunda y amor sin límites.

Ese es el Cristo que tiene que venir y para cuya venida nos estamos preparando durante este tiempo de Adviento que es el mes de diciembre.

Que también este año se pueda cantar Gloria a Dios en los cielos y paz a los hombres en la tierra.

Fraternalmente, 




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Imagen: Belen Bíblico Monumental - Diputación de Valladolid 2008

15 de diciembre de 2011

Programa de vida

¡Paz y bien!

Heb. 10, 14

¿Te has fijado cómo se consume la vela? Da luz, disipa tinieblas, pero a costa de su propia existencia; se va consumiendo, deshaciendo, despareciendo... Cuanto más luz da, menos le queda para ella.

Y cuando ya no puede ser útil, deja de existir.

Así tenemos que ser nosotros: debemos dar luz a costa de nuestra muerte total.

Este ha de ser nuestro programa de vida: dar la felicidad a los otros, aunque ello suponga que nosotros nos deshacemos y desaparecemos.

Cuando la madre da la vida a su hijo, pierde algo de sí; pero ella, no desaparece del todo... queda en su propio hijo; en él, cobra nueva vida, más joven, más llena de posibilidades.

Es hermoso llegar al final de la vida teniendo conciencia de que nos vamos consumiendo para el bien de los demás.
«Así, pues, con su única ofrenda llevó a la perfección para siempre a los que hizo santos»
Llegaremos a la perfección si nos entregamos a los demás; pero también es cierto que la mejor forma de disponernos para entregarnos a los demás es trabajar por nuestra perfección, en la largo camino a la santidad.

Fraternalmente,



14 de diciembre de 2011

Lágrimas propias, lágrimas compartidas

¡Paz y bien!

Salmo 39, 13

Compadecer es padecer con otro; pero no se puede padecer con otro si antes no se ha padecido solo. 

Comprender es aprender con otro; pero eso requiere que antes hayamos aprendido nosotros solos.

Por eso, no debemos juzgar que estamos perdiendo el tiempo ni los esfuerzos cuando estamos sufriendo con los demás.

Quien sabe sufrir, sabe hacer sufrir menos; quien sabe llorar, sabe comprender mejor a los que lloran.

A veces se sufre más de lo que Dios quiere, o porque se sufre como Dios no quiere o porque no se sufre con los demás.

No se puede llegar a comprender lo que significa una lágrima si antes no se ha gustado el sabor salado rodando por las propias mejillas y llegando a los propios labios.

¡Qué cosa llamativa! Las lágrimas propias saben a salado, las lágrimas de los demás saben dulce cuando se mezclan con las propias.
«Señor, escucha mi oración, presta oído a mis clamores, no permanezcas sordo a mis lágrimas, pues soy forastero en tu casa y, como mis padres, peregrino»
Dios, siempre escucha nuestras súplicas, si es que éstas fueron presentadas con debida humildad y confianza en su bondad infinita.

Fraternalmente,

13 de diciembre de 2011

Todo concurre para bien


¡Paz y bien!
 Rom 8,28

Hace pocos días en la entrada Detrás del miedo está la libertad había escrito Rompe todas tus cadenas, pero desata también o corta todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.

Pero, algo sobre los miedos quedó en el tintero. Hay un punto que nos libera del miedo y es la profunda convicción de que «todo concurre para bien de los que aman a Dios»; no porque todas las cosas sean buenas de manera inmediata, sino porque todas son susceptibles de llegar a serlo, incluso el pecado, con tal de que lo lloremos.

Quien tiene un para que vivir, paga el peaje de la marcha por el desierto, sabiendo que el éxodo es sólo el camino que lo conduce a la tierra que Dios ha prometido. El sentido de la vida es el eje para poder caminar. Basta un punto de apoyo y se es capaz de mover la tierra.

Todos nosotros estamos saliendo de nuestro Egipto, cualquier tipo de esclavitud o servidumbre. Pero, ¿sabemos a donde vamos en medio de las dificultades de esta vida? Si no, estamos extraviados, y no tiene sentido atravesar por las adversidades de la existencia, ni pagar el alto precio que nos exige ser protagonistas en el escenario de nuestra historia.

La obra de Dios no es automática ni se garantiza, a pesar de haber hecho una Alianza con El. Para borrar, o mejor dicho, para transformar las consecuencias de la época de esclavitud, se necesita de un proceso, a fuego lento, para que se madure realmente y no sea sólo un cambio artificial o como simple barniz exterior.

No basta el encuentro con el Señor. Es necesario asumir el pasado para de esa manera redimirlo, sin rencores y sin miedos; sin sacarle la vuelta, aceptando de buena gana la verdad de nuestra historia, sabiendo que Dios no nos juzga ni condena por lo que somos personalmente, pues El ama la verdad en lo íntimo del ser.

Fraternalmente,



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Con textos de José H. Prado Flores "Más allá del desierto"

12 de diciembre de 2011

Vaciar nuestras cisternas


¡Paz y bien!
«¿Cómo invocarán a Aquel en quien no han creído?
O ¿cómo creerán en El, sin haber oído de El?
y ¿cómo predicarán si no son enviados? (Rom. 10, 14-15)

 «Individuo» indica algo no divido, no divisible y, por lo tanto, algo que no puede ser compartido con otros. El individuo es aquel que no se deja dividir, que se encierra en barreras, que recibe pero no da. Hay muchos besos humanos que Van der Meersch llama mordeduras de egoísmo. Hay muchos gestos de amor en los que cada parte procura sacar algo de la otra para provecho de si misma. 

Por el contrario las «personas» irradian. La palabra «persona» significa resonar a través de, difundir la voz, comunicar a distancia. Dios es felicidad porque es un misterio de personas divinas que juntas dan voz, hablan. 

Hay quienes dudan de la existencia de Dios, o simplemente la niegan; nosotros quizá nos esforzamos por convencerlos de que Dios existe; quizá no lo logramos. ¿Por qué no lo logramos? ¿Porque Dios no existe o porque nosotros no sabemos demostrar su existencia?

Al mundo hay que decirle que Dios existe, no tanto con argumentos, cuanto con obras; hay que presentar un Dios vivo y vivificante; al fin y al cabo, como El es.

En todo cuanto toquemos, pongamos la marca de Dios; en todo lo que digamos, transparentemos a Dios; en todo cuanto hagamos, vivamos nosotros a Dios... y pronto los demás verán esas marcas de Dios, oirán esos sonidos de Dios, sentirán esa presencia de Dios.

Y sobrarán los argumentos; como el niño no necesita argumentos para amar a su madre. el hombre no debe necesitar de argumentos o palabras para creer en Dios ni para amarle.

Somos nosotros los que estamos enviados por Dios para dar a conocer su existencia y su bondad a todos cuanto lo ignoran; si fallamos ¿cómo van ellos a llegar al conocimiento del Dios verdadero?

Juan XXIII decía «Si guardan el agua en sus pozos, el agua se pudrirá con ustedes. Vacíen sus cisternas pues ellas siempre serán llenadas de nuevo por la lluvia que viene del cielo»

Fraternalmente, 



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Con aportes de Florin Callerand y Alfonso Milagro

11 de diciembre de 2011

Ser testimonios de la luz que es Cristo

Paz y bien!

3er Domingo de Adviento - Ciclo B - Juan 1, 6-8, 19-28

¿Por qué es tan importante Juan el Bautista? No hizo milagros, al menos que conozcamos. No tuvo una vida de predicación extensa. No fue el fundador consciente de ningún credo…

¿Qué es entonces lo que le hace ser grande? Creo que dos elementos fundamentales nos hablan de la importancia de este hombre: La santidad de su vida se refleja en la constante obediencia a Dios, obediencia a la voluntad de Dios; el reconocimiento de la verdad como forma de evangelización y de seguimiento del Mesías. Él no era quien tenía que venir…

A lo largo de la historia tenemos que comprobar cómo muchas personas encargadas de evangelizar se han atribuido los logros obtenidos. Dios se vuelve para ellos un medio, no en el fin. Para estas personas que van buscando más el mérito propio que la grandeza de Dios, les interesa más que ellos queden bien que la gente se acerque al Señor. Y Juan viene a romper estos esquemas egoístas y anticristianos. Una persona que evangeliza es grande cuando es capaz de ser un camino de paso hacia Dios. Eso fue lo que dijo y lo que hizo Juan.

Hay personas que tratan de evangelizar, pero usando sus solos criterios. Creen que evangelizar es hacer lo que ellos dicen que hay que hacer. Piensan que creer en el Señor es tener todo el mundo sus mismos criterios y sus mismos puntos de vista. Esto no es así. Evangelizar es hacer que las personas sean capaces de poner sus ojos en Cristo, no en el evangelizador…

Hoy se nos habla del mensajero y de su mensaje: ser testimonio de la luz que es Cristo. También san Pablo cuenta para qué le había elegido Dios: «a los cuales yo te envío para que les abras los ojos, se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, y reciban la remisión de los pecados y la herencia entre los debidamente santificados por la fe en mí» (Hch 26, 17-19). Para esto vino Jesús al mundo, y para esto hemos sido llamados: no hay más remedio que hablar de Dios, de la verdad, para provocar la conversión y la entrega.

San Josemaría Escrivá así lo dejó escrito: «Tienes obligación de llegarte a los que te rodean, de sacudirles de su modorra, de abrir horizontes diferentes y amplios a su existencia aburguesada y egoísta, de complicarles santamente la vida, de hacer que se olviden de sí mismos y que comprendan los problemas de los demás. Si no, no eres buen hermano de tus hermanos los hombres, que están necesitados de ese "gaudium cum pace" -de esta alegría y esta paz, que quizá no conocen o han olvidado»

Hago mía esta bellísima súplica del Cardenal Newman
«¡Oh Jesús! Ayúdame a esparcir tu fragancia adondequiera que vaya. Inunda mi alma de tu esperanza y vida. Penetra en mi ser y aduéñate de tal manera de mí que mi vida sea irradiación de la tuya. Ilumina por mi medio y toma posesión de mí de tal manera que cada alma con la que entre en contacto pueda sentir tu presencia en mí.

Que no me vean a mí, sino a Ti en mí. Permanece en mí de manera que brille con tu luz y que mi luz pueda iluminar a los demás. Toda mi luz vendrá de Ti, Jesús. Ni siquiera el rayo más leve será mío. Tú, por mi medio, iluminarás a los demás. Pon en mis labios la alabanza que más te agrada, iluminando a otros a mi alrededor. Que no te pregone con palabras sino con el ejemplo de mis actos, con el destello visible del amor que de Ti viene a mi corazón. Amén».
Fraternalmente, 


10 de diciembre de 2011

Las huellas de la trascendencia

Lc 1, 53

Paz y bien!

Al hombre le gusta asomarse a los umbrales del infinito. Saber ver la huella de la trascendencia de cada cosa y tener por el ello el temblor estremecido de quien goza lo infinito. El soplo permanente del Espíritu lleva a tomar conciencia de la humano y de lo divino.

Por lo mismo, ya no se admite un creyente insensible a los abusos y a las injusticias del mundo; no se quiere ya una religión extraña al hombre y al mundo, ajena a la construcción de un mundo nuevo y mejor.

Se experimenta con fuerza el sentido del hombre y esto es bueno; pero puede no abrirse lo bastante al sentido de Dios, y esto está sucediendo con frecuencia en el mundo de hoy: de tanto buscar al hombre por el hombre hemos terminado perdiendo a Dios y no hallando al hombre; mientras que si buscáramos a Dios lo hallaríamos a El y en El nos encontraríamos con el hombre.

Dios se sirve de los hombres, en consecuencias, Dios dará pan a los hambrientos a través de los otros hombres que no lo están; éste es el plan de Dios.

María, tan discreta en el Evangelio, es la que proclama la revolución ya empezada con la venida del Salvador: misericordia de Dios que siempre cumple sus promesas  y cambio de las condiciones humanas.

Lo recordaba Martin Luther King «... de los lugares candentes de África hasta los barrios negros de Alabama he visto a hombres que se levantaban y sacudían sus cadenas. Acababan de descubrir que eran hijos de Dios y que, a los hijos de Dios, se les hace imposible someterse a ningún yugo».

Fraternalmente,


9 de diciembre de 2011

A mayor amor, mayor generosidad

2 Cor 9, 6-7

Dios no puede ser más bondadoso con el hombre, le concede tantos beneficios, le concede tantas gracias.., realmente, Dios ya no puede hacer más por el hombre.

En cambio, el hombre, suele ser desagradecido con Dios; no solamente no le agradece lo que recibe de El, sino que incluso emplea los mismos dones de Dios para rebelarse contra El.

No podría quejarse de Judas, que tuvo tanto apuro por cometer su sacrilegio, que no tuvo paciencia para esperar la segunda comunión, sino que ya en la primera comunión efectuó su sacrilegio!

Dios no pudo hacer más, el hombre no pudo hacer menos.

Dios no pudo dar más, el hombre no pudo responder menos.

Dios no pudo ofrecer más, el hombre no pudo rebajarse menos.

Pero Dios está empeñado en sacar luz de las tinieblas, vida de la muerte, generosidad de la negación; ojalá Dios ahora salga con la suya y nosotros no salgamos con la nuestra.
«El que siembra escasamente, escasamente cosecha y el que siembra a manos llenas, cosecha en abundancia. Cada cual de según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues Dios ama al que da con alegría»
La medida de nuestra generosidad la tiene que dar nuestro corazón, nuestro amor a Dios; es regla de proporción directa: a mayor amor, mayor generosidad.

Fraternalmente,



8 de diciembre de 2011

María, la que no tuvo mancha

Nadie tan delicado en todas su cosas como la Virgen Inmaculada; ella no tuvo nunca ni la menor mancha o sospecha de pecado, ni aún de imperfección alguna por pequeña que se le quiera suponer.

El poder de Dios en su infinita virtualidad quiso manifestarse elevando a la humana naturaleza de María al mayor grado de santidad que una criatura puede alcanzar. María, la que no tuvo Mancha, jamás se vio privada del pensamiento de Dios, de su cercanía, de su amor, de su luz, de su sabiduría.

En la Virgen Inmaculada todo es luz, todo claridad, todo resplandor, toda ella es virtud, toda santidad, toda limpieza y brillo a los ojos de Dios y de los hombres.

El pueblo cristiano la nombra: la Inmaculada, la Purísima, porque quiere expresar con esas palabras que la Virgen María tuvo una realidad teológica por las que se vio libre de todo pecado, pero también una realidad muy positiva: María, en su primer instante de vida fue absorbida por la gracia de Dios, que de tal manera la llenó, que ahora puede conseguirnos a nosotros es misma gracia.

Fraternalmente,




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Imagen: réplica de Inmaculada (1628) obra de Pedro Pablo Rubens (1577-1640)

7 de diciembre de 2011

Ser santos ¿porque no?

2 Pe 1, 1

Muchas páginas se han escrito para describir la psicología masculina y femenina, y el tema no se ha agotado.

Se ha dicho que el hombre es el cerebro, que la mujer es el corazón. Que el hombre es un código que corrige, la mujer es un Evangelio que perfecciona.

Se sostiene que el hombre es capaz de todos los heroísmos, la mujer lo es de todos los martirios. Que el hombre es fuerza, empuje y acción y la mujer es calor, motor y contemplación.

Pero el santo, el hombre santo, es a la vez hombre y mujer; en sí reúne todo lo bueno del hombre y todo lo bueno de la mujer.

El santo es capaz de todo, porque se sitúa en Dios, y Dios le da la fuerza necesaria para todos los heroísmos, todos los martirios, todas las acciones apostólicas, todas la contemplaciones del amor.

San Pedro inicia su segunda carta dirigiéndola «a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, han recibido una fe tan preciosa como la nuestra». Es decir que todos, hombre y mujeres, cada uno con su modo de ser, con sus características psicológicas o temperamentales, estamos llamados a la santidad, aunque cada uno de nosotros vayamos por nuestro propio camino.

Fraternalmente,

6 de diciembre de 2011

Una sonrisa, por favor


En cualquier momento, en la tempestad o en la bonanza, en la euforia o en el dolor, sonría siempre, querido hermano.

La alegría es una demostración de nuestro mundo interior, que comunica fácilmente a Dios. La sonrisa es prima hermana de la esperanza; recuerda las estrellas, se asemeja a la flor.

La madre de la sonrisa es la señora bondad y ella sólo nace de un corazón noble.

Nadie es tan pobre que no pueda darla gentilmente; y nadie es tan rico y opulento que pueda tranquilamente, eximirse de ella.

Si, todos la necesitamos, en el Calvario o en el Tabor.

De rodillas y suplicante, la humanidad nos pide: «Una sonrisa, ¡por favor!»

Fraternalmente, 




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Textos: Roque Schneider - Cinco minutos para Dios // Foto: El duende que perdió la sonrisa - El Ojo Digital

5 de diciembre de 2011

Felices, pero jamás indiferentes


Miqueas 6,8

Leemos al Hermano Roger Schutz
Lo que hace feliz una existencia es avanzar hacia la sencillez de nuestro corazón, y la de nuestra vida. Para que una vida sea hermosa, no es indispensable tener capacidades extraordinarias o grandes facilidades.

Hay una felicidad en el humilde don de la persona.

Cuando la sencillez está íntimamente asociada a la bondad del corazón, incluso personas sin recursos pueden crear un espacio de esperanza en su entorno.

Si, Dios nos quiere felices pero jamás indiferentes ante el sufrimiento de los otros.Todo lo contrario, Dios nos propone ser creadores y llegar a crear incluso, en los momentos de pruebas.
Fraternalmente,


4 de diciembre de 2011

Actitud profética y sincera conversión


2º domingo de Adviento - Ciclo B - Marcos 1, 1-8

El evangelio de san Marcos comienza con una buena noticia que no le es propia; es la buena noticia de "Jesucristo, el Hijo de Dios". Esto me da para pensar en nuestros métodos y formas de evangelizar en nuestra propia persona que muchas veces más que predicar la buena noticia de Jesús lo que hacemos es consciente o inconscientemente predicarnos a nosotros mismos.

Resulta que hacemos como una especie de filtrado del mensaje evangélico y lo tamizamos desde nuestra manera de ser y entender, desde nuestros esquemas mentales y desde la estrechez de nuestro corazón... ¿Ese filtro personal que utilizamos desde nuestros esquemas psicológicos, emocionales, espirituales... llegan a transmitir lo que realmente Jesús quiere que transmitamos a los demás?... Pero hay una certeza: nuestra palabra torpe siempre se verá iluminada por la luz del Espíritu Santo en aquellos corazones que de verdad quieren escuchar...

Transmitir esa palabra interior de Jesús, esa noticia que traspasa la dureza de los corazones, sólo se puede hacer desde una actitud profética y desde una sincera conversión.

Ser profeta no es fácil, nunca lo ha sido. El profeta también se encuentra traspasado por la Palabra, pero es consciente de ello. Sabe que las frases de Dios necesitan tiempo para ser escuchadas. Los verdaderos profetas no se desesperan ni se amargan, de ahí que su mensaje esté lleno de vida y esperanza más que de dolor y tristeza. ¿Somos tú y yo profetas? Puede que sí, quizá en algunos momentos... Muchas veces he pensado que ser profeta es estar siempre entre la duda y la esperanza, entre la oscuridad y la luz. El profeta no hiere con sus interrogantes sin respuestas sino que sana de muchas dolencias a los que rodea con su humildad y sus certezas.

Juan el Bautista aparece en este camino siempre duro de la vida. Dice que estaba en el desierto. El desierto, por mucho que creamos, no es un lugar de muerte sino de vida. Algunos predicadores enfatizan lo baldío del yermo olvidando que todo lo que hay en el desierto busca la vida. Lo hacen las montañas de arena que animadas por el viento buscan siempre un mejor acomodo. Los árboles, los animales, las plantas están acostumbradas a vivir en un ambiente más que incómodo, pero son capaces de subsistir con poco, con casi nada, con más ganas que realidades...

En el Nuevo Testamento cuando se utiliza la palabra desierto como adjetivo en referencia a las personas quiere decir "abandonado", desolado, privado de los amigos y familiares... No es el que se encuentra en soledad, es el que se encuentra alejado de la vida, de los amigos, de lo que te hace vivir... No es de extrañar pues que Juan bautizara en el desierto, en el lugar que por identidad menos agua tiene. El agua es el símbolo de la vida y la buena noticia es precisamente que la vida puede florecer incluso en los lugares y situaciones más contrarios a la misma. Pienso en nuestros momentos de dificultades y problemas... recuerdo el desierto de Juan el Bautista...

Juan decía a la gente que "debían de convertirse a Dios". Convertirse significa cambiar nuestra manera de pensar, cambiar de actitud y convertirse a Dios. En el fondo la vida de todo ser humano transcurre en la aridez del desierto, de la vida que lucha y el agua generativa de Dios.

La Palabra nos describe a Juan adornado con muy pocas cosas materiales. Simplemente nos habla de su vestido y de su pobre comida. Mientras las narraciones bíblicas nos describen el poder material de muchos, nuestro Juan es citado como el que apenas tiene lo imprescindible para poder subsistir. Buena enseñanza para nosotros que nos creamos tantas y tantas necesidades... Creo que para Juan lo que de verdad le importa es permanecer en Dios no tener las cosas que la vida nos ofrece.

Es bueno y legítimo el aspirar a ser más. Es cristiano equilibrar la resignación con la lucha por la superación diaria. Estancarse es morir pero superarse para crear envidias y odios es peor. El Bautista se humilla en su poder mientras que otras personas lo que hacen es humillar a otros con su poder.

Termina el Evangelio diciéndonos por palabras de Juan que el agua se convertirá en Espíritu Santo. Lo material se unirá a la realidad de Dios. Buen anuncio para la Navidad donde la carne se une a Dios para formar una sola realidad. Dios tomó nuestra carne para el desierto de nuestra vida se llene de vida cada día, en cada instante. No sé si nuestros corazones estarán tan abiertos para experimentar no los ecos vacíos del desierto, sino la presencia amorosa de Dios que se hace hombre para salvarnos... Lo que nos deja el adviento es la espera confiada en que nuestro corazón estará si no convertido, al menos expectante para que Jesús nazca en él.

Fraternalmente,



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Foto: Martín Valverde / Sobre textos de: Mario Santana Bueno

3 de diciembre de 2011

Línea recta


1 Jn 3, 18-19
La línea recta..., seguir la recta. Vivir en la línea recta no resultará fácil, pero es un deber.

No resultará fácil: vivir sin declinar a la derecha o a la izquierda; sin hacer caso de los comentarios que lleguen a nuestros oídos, sean favorables, sean adversos; sin dejarse llevar por los ejemplos que otros nos presenten; sin dejarse absorber por la fuerza de los ambientes; sin fijarse en demasía en lo que hacen otras personas; esto será vivir en la línea recta y no declinar ni a derecha ni a izquierda.

Oportunidades, conveniencias, utilidades, medros, ascensos y cien y mil cosas más suelen confabularse para que no vivamos en la línea de la rectitud.

Y solemos ser nosotros mismos los que más nos esforzamos por explicarnos a nosotros y a los demás que los caminos torcidos, que seguimos, son en realidad rectos.

Pero hay dos a quienes nunca podremos engañar: nuestra propia conciencia y Dios. Son ellos los que trazan la línea recta de nuestra vida.

Fraternalmente,




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Con Alfonso Milagro

2 de diciembre de 2011

Cada ciudad puede ser otra


Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura.
Cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren.

El amor pasa por los parques,
casi sin verlos, amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos.

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros;
y de los rostros que atardecen,
uno, es el rostro del amor

Y el amor viene y va, y regresa;
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos,
de sus bonanzas y aguaceros.

Y si el amor se va y no vuelve,
la ciudad carga con su otoño,
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor.

                                      Mario Benedetti

Fraternalmente,

1 de diciembre de 2011

Solo permanece Dios y lo que es de Dios

El trigo va granando en la espiga, pero solamente se llegará a convertir en hostia de elevación cuando sea puesto sobre la patena, para llegar a ser Eucaristía.

Cada uno de los actos de tu día podrá llegar a ser transformado en vida, acción, en fecundidad, en Dios; pero antes, deberás ponerlo en la patena de tu ofrecimiento, a fin de que se eleve sobre la materialidad de la vida y se llegue a convertir en espíritu.

Y así, toda tu vida será una verdadera misa que transforme y cambie tu existir en una misa, que te acerque a Dios y te haga comunión y sacrificio.

Un sacrificio redentor y transformador; desaparecerás tu y, en cambio, en lugar tuyo aparecerá Dios.

Y cuando Dios aparece, todo se ve de otra forma y de otro color, a todo se le da otro significado y otra dimensión; en todo se descubre una proyección más dilatada y promisoria.
Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara para la gloria eterna, que supera toda medida. Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve, es eterno (2 Cor 4, 17-18)
Todo pasa y pasamos nosotros con todo; solamente permanece Dios y lo que es de Dios.

Fraternalmente,



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Textos de Alfonso Milagro

30 de noviembre de 2011

Estamos hechos para una casa

 Si Dios es mi padre, estoy en comunicación con Él, 
puedo hablar con Él y decirle: «Padre mío y Dios mío»
Esto es verdaderamente extraordinario
y es la fuente de todos los dones posibles.
Con Él tengo el don de la vida.
Con Él tengo el don de la verdad,
Con Él tengo el don del amor.
Sobre todo, con Él tengo el don de la «casa»
Toda mi experiencia sobre esta tierra
me ha madurado para la idea de la «casa»...
Tener un casa, vivir en una casa para no estar solos.
Estamos hechos de relaciones con otros.
Estamos hechos de amor, de dulzura,
de don de sí, de reciprocidad.
Estamos hechos para ir a una casa donde haya un padre
y donde haya hermanos y nadie sea excluido.
Estamos hechos para una casa
que nos dé la sensación de estabilidad,
de continuidad, de reposo.
Si, estamos hechos para una casa donde Dios es Padre
y donde todos los hombres son hermanos

Carlo Carretto


Fraternalmente,

29 de noviembre de 2011

«Alégrense siempre en el Señor»

La carta que San Pablo escribió a la comunidad cristiana de Filipos es personal, íntima y tierna. En si, esta comunidad es la que le demostró -siempre- más cariño, por eso el apóstol les escribe desde la cárcel.

El trozo que elegí de ella, 4, 4-9 me parece especial para este tiempo de espera y reflexión.
Alégrense siempre en el Señor.
Vuelvo a insistir, alégrense.
Que la bondad de ustedes sea conocida
por todos los hombres.
El Señor está cerca.
No se angustien por nada,
y en cualquier circunstancia,
recurran siempre a la oración y a la súplica
acompañada de acción de gracias
para presentar sus peticiones a Dios.
Entonces, la paz de Dios,
que supera todo lo que podemos pensar,
tomará bajo su cuidado los corazones
y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
En fin, hermanos,
todo lo que es verdadero y noble,
todo lo que es justo y puro,
todo lo que amable y digno de honra,
todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza,
debe ser el objeto de sus pensamientos.
Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido
lo que han oído y visto en mí,
y el Dios de la paz estará con ustedes.
Fraternalmente,

28 de noviembre de 2011

Detrás del miedo está la libertad

Eccli. 40, 26-27

¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?

Piensa que tú puedes sentirte atado. No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preócupate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.

Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.

Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.

No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien. 

Rompe todas tus cadenas, pero desata también o corta todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.

Vive plenamente el adviento.

Fraternalmente,



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Con la ayuda del padre Alfonso Milagro

27 de noviembre de 2011

Atentos, despiertos y en oración

1º Domingo de Adviento - Ciclo B - Marcos 13, 33-37

Esperar supone una vigilancia constante y responsable. Hay personas que esperan acontecimientos no del todo definidos en su vida. Esperan cosas de manera global a través de un golpe de suerte o esperan situaciones después de un esfuerzo considerable.

La espera del cristiano es algo distinta. Nuestro esperar se mueve en el presente y en el futuro. Tenemos que esperar no desde nuestras expectativas sino desde el ritmo de Dios. Nuestra espera es gratuita, segura. Nuestra espera pasa por la confianza en Dios más que en nosotros mismos y en las cosas que nos rodean.

En la vida de fe se pierden muchas valiosas energías, cuando somos nosotros, quienes prescindiendo de Dios, queremos marcar el ritmo y la marcha de nuestra espera; la espera en Jesús es aceptar lo que ya sabemos, es aceptar el encuentro amoroso con el amor.

Adviento es tiempo de compromiso y requiere: estar atentos, despiertos y orando.

Atentos para que nada nos disponga a pasar por alto la venida del Señor. Hay muchas cosas que nos pueden distraer de descubrir al Señor. Es relativamente fácil alejarnos de Dios e incluso ocultarnos (como en el paraíso) de Él, pero es muy difícil mantenernos en Dios porque la realidad del mundo no ayuda.

Estar despiertos, saber descubrir en la noche de la vida las tinieblas de nuestro yo y ver la luz de Cristo que viene. El velar significa dejarse iluminar la vida por Jesús.

Y en oración. Esperar atentos y velando en oración. No es esperar de cualquier manera, sino en una actitud de hijo, de desvalido, de quien de verdad espera al Señor.

Cuando se ora, la espera no cansa sino que ensancha y transforma nuestro corazón.
Señor, que no me duerma; sacude la modorra de mi cristianismo mediocre y comodón; que no me deje arrastrar por el hedonismo que socava la vida espiritual. Abreme los ojos al horizonte que apunta el nuevo día, el día del encuentro, el Día que eres Tú. Quiero preparar mi corazón con el arrepentimiento y la penitencia por mis faltas, para que cuando llegue esta Navidad me encuentres preparado.
El que estuvo presente en su naturaleza, viene en su misericordia...

Fraternalmente, 


26 de noviembre de 2011

Inmaculado corazón de María

 Madre, te encomendamos a todos los hombres, 
comenzando por los más débiles:
a los niños que aún no han visto la luz
y a los que han nacido en medio de la pobreza y sufrimiento;
a los jóvenes en busca de sentido, 
a las personas que no tienen trabajo
y a las que padecen hambre o enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas,
a los ancianos que carecen de asistencia
y a cuantos están solos y sin esperanza.
Madre, que conoces los sufrimientos
y las esperanzas de la Iglesia y del mundo,
ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas
que la vida reserva a cada uno
y haz que, por el esfuerzo de todos,
las tinieblas no prevalezcan sobre la luz.
A tí, aurora de la salvación, confiamos nuestro camino,
para que bajo tu guía
todos los hombres descubran a Cristo,
luz del mundo y único Salvador,
que reina con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.

Juan Pablo II
Fraternalmente, 


25 de noviembre de 2011

Esfuerzos


Sin lugar a dudas todos deseamos ser mejores de lo que somos, incluso habremos hecho algunos esfuerzos por serlo; pero esos esfuerzos no fueron suficientes y por eso no lo hemos logrado.

No debemos desalentarnos; jamás podremos colocar la segunda piedra si no ponemos la primera; no podremos escalar el segundo peldaño si antes no pisamos el primero; no llegaremos a la cima si no empezamos a trepar por la ladera.

El esfuerzo de hoy posibilitará el ascenso de mañana..., no se nos exige el ascenso de mañana, pero si el esfuerzo de hoy. El esfuerzo de mañana, hoy no es posible; pero el paso de hoy, si y en consecuencias, estamos obligados a hacerlo.

No nos quejemos mañana si hoy fundamentamos su fracaso.

Si hoy no morimos a nosotros mismos, no nos quejemos de que mañana no tengamos "nueva" vida...¿seguiremos con la misma vida de ayer, la vieja y caduca vida o la nueva de la gracia de Dios?
En la vida de aquellos hombres que, siendo hombres como nosotros se transforman con mayor perfección en imagen de Cristo, Dios manifiesta en forma viva su presencia y su rostro. En ellos, El mismo nos habla y nos ofrece un signo de su Reino. (Lumen Gentium, 50)

Fraternalmente,

Claudio




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Los cinco minutos de Dios

24 de noviembre de 2011

Silencio

Ecle. 7, 5-6

Hoy nos cuesta bastante aceptar el silencio; estamos rodeados por todas partes de un ruido ensordecedor. Ese ruido puede impedir que nos oigamos a nosotros mismos y que oigamos la voz de Dios que nos habla en nuestro interior.

Cuesta a veces callar en los momentos difíciles, en las penas amargas y en los goces íntimos, en las calumnias mordaces y en las alabanzas excesivas, en los pareceres hirientes y en los vaivenes de un corazón que se aleja.

Silencios que traen como consecuencia la inmersión en el Dios que portamos en nuestra intimidad.

Si miramos el bosque, lo veremos lleno de vida; pero la flor que abre sus pétalos lo hace en silencio; la violeta que esparce su perfume, la enredadera que trepa a lo alto, la gramilla que alfombra, las ramas que se extienden, el agua que se desliza... todo eso es silencio y todo eso es vida y da la vida.

Muchas veces es preferible el silencio a mi alrededor que no palabras sin sentido; si las palabras son plata, el silencio es oro y si el silencio ha llegado a convertirse en oro, en ese caso el silencio muy fácilmente será cielo.

Fraternalmente,

Claudio



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Con la ayuda de Alfonso Milagro / Foto: Colección de El Ojo Digital «habas y niebla»

23 de noviembre de 2011

Una vida de maravillas


Prov. 3, 5 - 12

Si el hombre lleva a Dios consigo, no puede llevarlo tan oculto que no le aparezca; ese Dios íntimo, que penetra hasta lo más recóndito de su ser, debe salir a su exterior.

Y así ese Dios hará que cuando el hombre tome conciencia de las maravillas de su vida, la convierta en una vida de maravillas. 

Maravillas de gracia y de amor; maravillas de generosidad y de entrega; maravillas de donación y de ofrenda; maravillas de consagración y de comunión.

Comunión con Dios y con los demás hombres; comunión con la naturaleza y con todo el cosmos. Con ese cosmos exterior que lo rodea y con ese cosmos íntimo que vive en su interior.

El hombre, así, se habrá convertido en un ser de profundidad, de dimensiones múltiples; así llegará a ser constructor de sí mismo y el hacedor de un nuevo mundo, de un nuevo estado de cosas, en el que reine el orden y la jerarquización de los valores.

Fraternalmente,




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Alfonso Milagro

22 de noviembre de 2011

Mansedumbre

Mt. 2, 14
Nuestra Señora en la huida a Egipto aceptó las consecuencias de la persecución de que objeto Jesús.

No debe olvidarse el cristiano de que si el altar puede estar afuera del templo, el Sagrario solamente está en el templo y el cristiano necesita tanto del altar como del Sagrario.

Para María la voluntad de Dios no siempre fue agradable por lo que le pedía, pero siempre le fue agradable saber y conocer que lo que estaba haciendo o aceptando era precisamente la voluntad de Dios; Ella como Jesús, pudo afirmar: «Mi alimento es hacer en todo la voluntad de Padre Celestial»

Fraternalmente, 



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«Los cinco minutos de María»

21 de noviembre de 2011

Orígenes


«Entonces Yavé formó al hombre con polvo de la tierra
y sopló en sus narices aliento de vida y
existió el hombre con aliento y vida (Gn. 2, 7)

Eso es el hombre, nada más que eso, pero nada menos que eso: un aliento de Dios, un algo de Dios, algo vital como es el aliento.

El hombre lleva en si un poco del calor de Dios de ese calor que es fecundo y que da vida. Pero si es calor de Dios, ¿por qué no se convierte en una llama que encienda cuanto alrededor suyo se halle? Si es calor de Dios, ¿por qué va esparciendo frío en sus relaciones, frío de resentimientos, frío de hostilidades, frío de egoísmos?

Caminos divergentes..., no estamos llamados a ser témpanos, sino fuego; donde están los témpanos hay frío, donde hay frío, no hay vida. Donde hay fuego, hay calor y donde hay calor, surge el acto de la vida.

Fraternalmente,





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Con textos de Alfonso Milagro / Foto: El Ojo Digital - «Caminos Divergentes» de JavierLT

20 de noviembre de 2011

Servir es reinar


“Dios ha de juzgarlo todo, aun lo oculto, 
y toda acción, sea buena o sea mala”  (Ecl. 12, 14)

Domingo 34, ciclo A - Mateo 25, 31- 46

El juicio final será la manifestación pública de qué acciones eran las que teníamos que hacer en este mundo. No podemos vivir de modo egoísta nuestra vida. Si estamos en la tierra es para algo, no para tratar de disfrutar sin más. Además de las cosas que se refieren al servicio de Dios, hemos de hacer muchas obras en favor de los demás. Los que son condenados en el infierno según estas palabras del Señor no son los que han hecho acciones pecaminosas y no se arrepintieron -eso se da por supuesto-, sino también los que no hicieron el bien que podían y debían haber hecho; es decir, los pecados de omisión.
 
Es muy cómodo, muy egoísta, organizarse la propia vida sin querer ver las necesidades del prójimo. Pero si en esta tierra unos tienen unas oportunidades y otros no, unos son suficientes para salir adelante y otros son más débiles o están enfermos, Dios cuenta con unos para ayudar a los otros. Y no es una cuestión de justicia, no se trata sólo de resolver problemas, sino de ver en los que están necesitados personas.
 
Es más, Jesucristo eleva de tal manera la solidaridad, la caridad, que Él se pone en el lugar del enfermo, del niño, del marginado, del pobre, porque por cada uno Él vino a la tierra, padeció y murió. No basta con no abandonar a nadie, con no torturar o matar. Es que Jesús padeció la soledad, la injusticia, la tortura y la muerte, y se ha solidarizado de tal manera con cada persona que sufre, que pide a cada hombre que intente ayudar al que pasa necesidad.
Señor Jesús, que nunca fuiste indiferente ante el sufrimiento humano, y conoces bien el sufrimiento humano porque lo padeciste en tu carne y en tu espíritu, ayúdanos a tener corazón, a no desentendernos del necesitado. Y ayúdanos a llevar con paciencia nuestros dolores, unidos a tu Pasión, porque sabemos que así reinaremos contigo.
Fraternalmente, Feliz Fiesta de Cristo Rey!



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Con textos de Jesús Martínez García

19 de noviembre de 2011

Pocas palabras


Nuestra Señora en el Magnificat cantó proféticamente la libertad de los hijos de Dios y el cumplimiento de la promesa.

Nunca diga tu boca lo que tu pensamiento no acepta; nunca diga tu boca lo que tu vida no predica y nunca vivas como no piensas que se debe vivir.

Pocas son las ocasiones en las que el Evangelio nos menciona a la Virgen María; menos aún las veces en la que ella tomó la palabra; pero las pocas palabras suyas que nos han sido transmitidas brillan por su prudencia y por su mesura, como dándonos ejemplo y enseñándonos el modo como nosotros debemos hablar: siempre con la verdad y la debida prudencia.

Fraternalmente,



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Sobre textos de Alfonso Milagro