29 de febrero de 2012

Ser apóstol

Paz y bien
 Mt. 28, 19-20

La palabra apóstol me representa cercanía a Jesús, me inspira mucho respeto por el mandato que se recibe y por el apostolado.

Ahora, ¿que es ser apóstol? ¿Es detectar los fallos y errores de los demás, ser aguafiestas de la vida olvidando que Cristo fue alegría en las bodas de Caná? Sin dudas que no. Como tampoco lo es dedicarse a salvar almas, dejando de atender las necesidades de los cuerpos humanos u organizar cruzadas para reprimir el mal, en lugar de expandir la dinámica del bien.

Ser apóstol no es dedicar las migajas de unos minutos a los demás, mientras se pierden horas en una vida cómoda o estéril... todo esto no son sino caricaturas del verdadero apóstol y como caricaturas no hacen sino alejar a todos del verdadero apostolado.

Ser apóstol es antes que nada una exigencia del dinamismo de la fe; es tener la misión de hacer que el amor de Dios penetre en lo cotidiano del mundo; es sentir que Dios me empuja a meterme entre la gente, para preocuparme de sus problemas... ser apóstol es rezar como aquella niña «Señor, haz que los malos sean buenos y que los buenos sean simpáticos»

Ser apóstol no es tanto hablar de Dios cuanto vivir a Dios, transmitirlo a cuantos tengamos cerca... ser apóstol es tener un corazón desbordado de amor, que no tenga más remedio de compartirlo... ser apóstol es llevar siempre un sonrisa en los labios, una palabra a punta de lengua, una mano siempre tendida, un bolsillo sin cerrar, un corazón cargado de comprensión y amor.
Por eso, vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a cumplir lo que yo les he encomendado.
¡Gloria a Dios!

Fraternalmente,

28 de febrero de 2012

Solo ten fe


Paz y bien

Hay sabiduría en estos proverbios de la Biblia:
- El que sólo confía en las riquezas algún día cae, porque la ambición desmed¡da acarrea desgracias.

- El hombre de corazón sabio acepta que lo corrijan mientras que el tonto rechaza cualquier reprensión.  

- La boca del hombre bueno es un manantial de vida, la del malvado es fuente odio y de muerte.

- El que refrena sus labios es prudente ya que en mucho hablar no faltará pecado.

- El camino recto conduce a la vida, el tortuoso a la muerte.

- Aquel que es lento en enojarse da muestras de inteligencia.

- Más vale tener poco con paz que ganar mucho y vivir lleno de tensiones.

- Confía en Dios con todo el corazón, no te fíes de tu propia sabiduría y actúa siempre con humildad.

- Quien hace el mal nunca está seguro, en cambio el justo siempre está bien arraigado.
Tanto como en estas lecciones de vida de San Pablo
- Ten en tu mano el escudo de la fe y ora en todo tiempo.

- Crece en el amor, sé puro e irreprochable y saca provecho de cada circunstancia.

- Ponte de acuerdo con los demás, de modo que estén unidos en el amor, con una misma alma.

- No busques sólo tus propios intereses, sino también los de los otros, dejando de lado la rivalidad y siendo humilde.

- Recuerda que tu patria es el cielo y sé una luz para los demás, como las estrellas del universo.

- Fíjate en todo lo que es fraternal, verdadero, noble, justo y limpio, en todos los valores morales.

- Cualquier trabajo que hagas, hazlo de buena gana pensando que  trabajas para el Señor.

- Pórtate con prudencia, se constante en la oración y vive siempre alerta y vigilante.
Fraternalmente,

27 de febrero de 2012

Evangelios molestos

Paz y bien
2 Timoteo 3, 15-16; 4, 2
 
Los Evangelios son para los cristianos los libros que expresan toda su fe; San Pablo dice que “...todos los textos de la Escritura son inspirados por Dios para enseñar, para rebatir, para corregir, para guiar para el bien” y que “...ellas te darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús”.

Con los Evangelios no se puede jugar como si estuviéramos deshojando una margarita «Evangelio si, Evangelio no; Evangelio ahora, Evangelio ahora no».

A los Evangelios no se le pueden subrayar páginas o frases; todo el Evangelio en su integridad ha de ser subrayado, marcado, porque todo él ha de ser vivido en toda su plenitud, en toda su dimensión, en todas su variadas vertientes y aplicaciones vitales.

Se ha escrito un libro con el título de Evangelios Molestos; es que si nos ponemos a vivirlo en toda su dimensión, todo el Evangelio es molesto, por la sencilla razón de que para cumplirlo debemos esforzarnos, negarnos y siempre resulta molesto, negarse a si mismo y a sus gustos y conveniencias.

El Evangelio no pasó «en aquel tiempo», sino que debe pasar «en este tiempo»... no se predicó «para aquellas gentes», sino que se predica «para nosotros».

Pero cada uno de nosotros tiene que hacer que las palabras del Señor sean vida de su vida pues “vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán un montón de maestros según sus deseos”.

Los Evangelios no se nos pueden caer de las manos; hay que hacer de él una constante revisión de vida, hasta llegar a ver, juzgar y actuar según sus normas y su espíritu.

Fraternalmente,

Suyo es el reino, el poder y la gloria!


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Huellas del amigo Milagro

26 de febrero de 2012

El peso del amor

Paz y bien

1º Domingo de Cuaresma - B - Marcos 1, 12-15

El anuncio del plazo agotado va unido a un pregón de sorprendente alegría: "el Reino de Dios se ha acercado". Jesús mismo es el horizonte entre ese tiempo anterior al plazo cumplido y aquel Reino que viene. La puerta para pasar de una a otra realidad es una palabra que llena toda la Cuaresma: "conviértanse".

Jesús trae esa palabra de la soledad del desierto, adonde lo ha "empujado" el Espíritu Santo. En el crisol del ayuno, la oración y el silencio, Cristo ha recogido los cabos sueltos de nuestra historia humana; ha comprendido de modo singular y hondísimo nuestro drama y ha encontrado una brecha de debilidad en las murallas de nuestro orgullo. Sabe que por ahí puede colarse la salvación.

Cuando el hombre es introducido en el orden sobrenatural por la gracia, participa en la vida íntima de Dios, y esa transformación radical que le diviniza en su misma esencia, crea en él inclinaciones e instintos nuevos. La gracia le da a participar el ser Dios, se piensa como Dios, se ama y actua a la manera de Dios, a semejanza del Dios hecho carne y habitante en la tierra entre nosotros.

La gracia imprime en él, hasta en sus menores reacciones, un instinto divino. En adelante, y en la medida que se deje guiar por el Espíritu de Dios, el hombre actuará espontáneamente como hijo de Dios.

El pondus eran las piedras que los romanos ponían en la bodega de los barcos para que empujara hacia abajo y no se volcaran. San Agustín dirá: «Deus meus, pondus meus». Dios ha de ser el peso, el Amor hacia el que sea atraído el corazón del hombre, como Fin último. Esa atracción hacia el Bien supremo le transforma en lo más profundo de su psicología, pasando a ser Dios el centro de polarización de todos sus movimientos amorosos. He aquí el secreto de los santos.

La Iglesia entera, especialmente en el tiempo de cuaresma, acompaña a Cristo en este desierto. Se sabe acechada y tentada por el diablo, se sabe sola y peregrina, se sabe rodeada de fieras y acompañada de ángeles; sabe también que hay un drama en ese silencio que nos deja presentir a Dios sin nunca verle y abrazarnos a su amor sin todavía poseerlo. Pero sobre todo la Iglesia sabe que en todo ello no está sola sino que su Esposo comparte el camino y marca una ruta que conduce finalmente a la conversión y al gozo de la Buena Nueva.

Suyo es el reino, el poder y la gloria!

Fraternalmente,



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Huellas de Jesús Martínez García /  Nelson Medina O.P.

25 de febrero de 2012

Te damos gracias, María

Virgen más bella que el sol,
porque nos has dado a Cristo,
porque nos has dado a Dios.
Bendigan escuadras angélicas a María,
bendigan espíritus celestiales al Señor;
bendigan luna y sol a María,
bendigan claras estrellas al Señor,
bendiga el cielo azul a María,
bendigan las nieves blancas al Señor
bendigamos los hijos a María
bendigamos los hombres al Señor 
Madre de todas las edades, que niñez, juventud, adultez y ancianidad alaben al Señor y te alaben a ti.

Señora del Divino Llanto, ruega por nosotros..!

24 de febrero de 2012

A cara o cruz

Paz y bien
Sabiduria 14, 1-5

Así jugábamos cuando niños, y ahora que somos adultos debemos vivir a cara y cruz.

Porque la vida está así constituida, con muchas caras y no pocas cruces... y pretender prescindir de la cara, para mirar solamente las cruces, es ser pesimista y volverse retraído y fatalista. Aunque pretender cerrar los ojos a la cruz, para mirar solamente a la cara, es ingenuo y termina por desilusionar.

Los cristianos deben admitir ambas: la cara y la cruz; la cara bonita del amor y la cruz fea del dolor; la cara grata del gozo y la cruz ingrata del sufrimiento; la cara sonriente de la alegría y la cruz angulosa de las lágrimas; la cara agradable del bien y la cruz desagradable del mal.

Y todo, cara y cruz, viene de Dios; pero es preciso saber descubrir los caminos por los que llegan a nosotros la cara y la cruz, que no son los caminos de la fatalidad, sino los de la Providencia amorosa del Señor.

La mano derecha y la mano izquierda de Dios... y Dios me ama tanto cuando me toca con la mano derecha, como cuando me prueba con la izquierda.
Otros, al hacerse a la mar, dispuestos a atravesar las encrespadas olas, invocan a un leño más frágil que la embarcación que los transporta. Ésta la proyectó el afán de lucro y la armó la pericia técnica; pero es tu providencia quien la guía, Padre, que trazaste un camino en el mismo mar y una senda segura entre las olas, demostrando que puedes salvar de todo riesgo, para que se embarquen aun los inexpertos. No quieres que se frustren las obras de tu Sabiduría; por eso los hombres confían sus vidas a un madero insignificante, y cruzando el oleaje en una balsa, llegan sanos y salvos.
Suyo es el reino, el poder y la gloria!

Fraternalmente,

23 de febrero de 2012

Oh Jesús!


Te adoro como a mi Dios.
 Te obedezco como a mi Señor.
 Te amo como a mi Padre.
 Te temo como a mi Juez.
 Te pido como a mi Dador.
 Te doy gracias como a mi Bienhechor.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

¡Suyo es el reino, el poder y la gloria!



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Visitas a Jesús Sacramentado

22 de febrero de 2012

Nuevo brillo

Paz y bien

Primer día de la Cuaresma. Es un día de reflexión sobre lo que se debe cambiar en nuestras vidas si nos declaramos verdaderos cristianos. Las cenizas son un señal que todos estamos en esta condición pecaminosa juntos, y que la diferencia entre lo bueno y lo malo en nosotros espantosamente no es tan grande. Demasiadas veces no llegamos a la estatura de la fe que profesamos.

La Cuaresma es una época que nos recuerda a arrepentirnos, reorganizar nuestras prioridades, y buscar una limpieza de corazón genuina. Este periodo santo nos ofrece una oportunidad para decir, “Sí” a Dios. Además, Cuaresma es una época de esperanza y, con las cenizas en nuestras frentes y esperanza y nuestros corazones, nos vamos para amar y servir.

Tiempo de penitencia, de sacrificio, de abnegación... pero todo, con un espíritu de propia superación y de purificación. La vida nos va llenando de polvo, si no de barro de pecado, al menos el polvo de las imperfecciones y es preciso limpiar todo eso, darle nuevo brillo.
Acepta, Señor, este sacrificio con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma y concédenos que, por medio de las obras de caridad y penitencia, venzamos nuestros vicios, y libres de pecado, podamos unirnos mejor a la pasión de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
¡Santa Cuaresma!

Fraternalmente,

21 de febrero de 2012

No está en los mercados

Paz y bien

En un mundo en el que casi todo se compra y se vende hemos olvidado que lo más valioso es gratuito. Por eso es bueno recordar que con dinero compramos una Biblia, pero no la fe; una comida, pero no un amigo.

Compramos una moto, nunca la libertad; un libro, no la sabiduría; una casa, no un hogar; un cuadro, no la naturaleza. Lo que vale no se compra: gratis es el aire que nos da vida y gratuitos son los dones y las bendiciones del Padre.

La vida se nos dio gratuitamente y somos felices cuando aprendemos a darnos y dar sin interés. Pidamos, pues, a Dios, su luz y no dejemos que lo material nos deslumbre y nos desvíe del buen camino.

No tenemos que dejarlo todo como Jesús o Francisco de Asís, sino darle prioridad al ser sobre el tener. Ojalá recordemos que la sabiduría se condensa en amar mucho, desear poco y servir siempre.

Fraternalmente,



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Huellas de Gonzalo Gallo

20 de febrero de 2012

La unidad que tenemos?

Paz y bien

Leía en el matutino La Nación que en la homilía pronunciada en una Basílica de San Pedro teñida de rojo por la presencia de más de 120 cardenales de todo el mundo, el Papa Benedicto XVI llamó a sus máximos colaboradores a evitar caer en la "lógica del poder y de la gloria" y a ser servidores de la Iglesia, fieles al ejemplo de Cristo.

De la homilía resaltan estos párrafos
"El servicio a Dios y a los hermanos, el don de sí: ésta es la lógica que la fe auténtica imprime y desarrolla en nuestra vida cotidiana y que no es, en cambio, el estilo mundano del poder y la gloria"

"Dominio y servicio, egoísmo y altruismo, posesión y don, interés y gratuidad: estas lógicas profundamente contrarias se enfrentan en todo tiempo y lugar. No hay ninguna duda sobre el camino escogido por Jesús: El no se limita a señalarlo con palabras a los discípulos de entonces y de hoy, sino que lo vive en su misma carne. En efecto, explica: «Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por la multitud». Estas palabras iluminan con singular intensidad el consistorio público de hoy. Resuenan en lo más profundo del alma y representan una invitación y un llamamiento, un encargo y un impulso especialmente para ustedes, queridos y venerados hermanos, que están a punto de ser incorporados al Colegio Cardenalicio".
Sus palabras fueron una alusión directa al clima envenenado que se respira en el Vaticano, golpeado por una fuga inédita de documentos reservados y cartas anónimas que sacaron a la luz intrigas varias, incluido un inverosímil complot de atentado contra el Santo Padre.

Dijo además
"A los nuevos cardenales se les confía el servicio del amor: amor por Dios, amor por su Iglesia, amor por los hermanos con una entrega absoluta y sin condiciones, hasta derramar su sangre si fuera preciso, como reza la fórmula de la imposición de la birreta e indica el color rojo de las vestiduras...".

"Queridos hermanos y hermanas, recen para que en ellos (los cardenales) se refleje de modo vivo nuestro único Pastor y Maestro, el Señor Jesús, fuente de toda sabiduría, que indica a todos el camino".
Y se me ocurre -claramente- la idea de unidad. La unión hace la fuerza, pero cuando esa unión no es física, de fuerzas, sino de corazones, entonces es mucho más positiva. Cristo ha predicado la unión de todos en un mismo Padre, que es Dios.

Pero esa unidad no vendrá si primero no quemamos en las llamas del amor todo el odio, el rencor, las rencillas, las divisiones que nos están separando y amargando. Si no es por el olvido, el perdón y el amor, nunca llegaremos a la unidad de la Santa Iglesia Católica primero, y de todos los cristianos después.

Es preciso que nos fijemos más en la meta hacia la que todos vamos, que es Dios, y menos en los caminos por los que vamos a la meta.

La gran petición de Cristo a Padre fue la unión de sus discípulos “Padre Santo, guárdalos en ese tu Nombre que a mi me diste, para que todos sean uno como nosotros (...) que todos sean uno como Tu, Padre, estás en Mí y Yo en Tí. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que Tú me has enviado”.

Me conmueve el pedido final de nuestro Papa "Y recen también por mí, para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia", porque lo veo solo,  muy solo. Tan solo que, hace unos días, un editorial de L'Osservatore Romano, que recordó en primera página el 30° aniversario del arribo a Roma de Joseph Ratzinger, describió al Pontífice como "un apacible pastor" rodeado "de lobos": una metáfora que resumió el clima dramático que reina en estos días en el Vaticano.

Fraternalmente,

19 de febrero de 2012

Por la fe de ellos

Paz y bien

7º Domingo T.O. - B - Marcos 2, 1-12

Entre cuatro se propusieron poner delante de Jesús a un familiar o amigo paralítico. Quizá éste no deseaba tal alboroto, tanto espectáculo, tanta dificultad y tanta incomodidad para él. La fe «de ellos» -de los cuatro, no la del paralítico- es la que lleva a Jesús a obrar el milagro del perdón de sus pecados, y posteriormente su curación física.

Tanto puede la oración y la penitencia de unos para la conversión de los otros... La Virgen dijo a los pastorcitos de Fátima que muchos iban al infierno porque nadie hacía penitencia por ellos. Hay algunos que pueden tener la conciencia tan estropeada que ni siquiera vean la necesidad de convertirse. La Comunión de los Santos -que es una verdad de fe- significa entre otros aspectos que las obras buenas de unos repercuten en los demás.

Si nos quejamos ante las acciones externas escandalosas: injusticias, inmoralidad, corrupción... serán lamentos estériles que no ayudan a resolver los problemas y crean un ambiente de pesimismo. Construir, eso es lo que hemos de hacer: hablando, escribiendo, haciendo lo que esté en nuestra mano. Pero sobre todo rezando y desagraviando.

A veces olvidamos los medios sobrenaturales, y es como poner los bueyes detrás del carro, y así el carro no se mueve. Los santos han hablado en el tono que convenía utilizar, pero sobre todo han hecho mucha penitencia por los pecados ajenos. Cuando se desea que un familiar cambie y se acerque a Dios, lo que se ha de hacer es rezar y ofrecer mortificaciones. Y viendo «la fe de ellos», Dios moverá los corazones.

En nuestro mundo de hoy también existen muchos porteadores de seres humanos enfermos de muy diversos males: físicos, morales, sociales… Cada uno de nosotros podemos abrir esa parte del techo que separa a muchos de Dios y hacer que se produzca el encuentro entre Dios y el ser humano herido de diversos males. ¿Cómo podemos nosotros, frágiles porteadores de fragilidad, abrir esos boquetes en el techo para el encuentro con el Señor?

- Manteniendo la fe en nuestra vida, pase lo que pase. Procurando que la confianza en Dios no se tambalee ante nuestras propias fragilidades. Si yo me debilito otros caerán conmigo. Si yo me hundo otros no llegarán a la meta…

- Con oración y acción. Orar es participar de la intimidad de Dios, saber lo que nos quiere y el cómo nos quiere. Actuar es poner por obra lo que Dios desea para mí y para los demás.

- Llevando la carga del otro sobre uno, no como un pesado fardo de maldad —de pecado— del otro, sino como un apoyo en la debilidad del débil. Ser apoyo para otros significa que tú también tienes que estar apoyado en Alguien; sólo así se puede llevar tanta carga…

Dice la Palabra que el enfermo "tomó su camilla y salió de allí a la vista de todos." Este tomar la camilla bien puede significar asumir el pasado, el propio pasado de sufrimiento y soledad. Los seres humanos tenemos muchas cosas del pasado que nos paralizan, nos acobardan y nos aturden. Son cosas que nos hacen infelices. Tomar el pasado ya curado es mirar lo sucedido sin dolor.

Sólo quien curado asume su pasado puede tomar su camilla y andar por los senderos de Dios. Si antes la camilla —el pasado— era quien sostenía su parálisis, es ahora la vida curada quien mantiene sus recuerdos.

Fraternalmente,



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Huellas de Jesús Martínez García y Mario Santana Bueno

18 de febrero de 2012

El rincocito de María - IX


Paz y bien

Si somos compañeros de lucha de Cristo, también seremos sus compañeros de victoria; si vamos de las manos de María, no nos desviaremos del camino del bien, del camino del cielo; si caminamos prendidos de la manos de María, no caeremos, pues ella nos sostendrá y si por desgracia llegáramos a caer, ella nos levantará prontamente.

Por eso nadie hay tan seguro, tan feliz, tan sereno como el que vive sinceramente el amor de la Virgen Santísima.
María, que estuvo junto a la cruz de Jesús, que sufrió el destierro, nos conceda saber llevar los padecimientos de la vida. Madre de la Divina Gracia, ruega por nosotros.
Fraternalmente, 




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Imagen: Nuestra Señora del Destierro

17 de febrero de 2012

Ser felices es una consecuencia


Paz y bien
Eclesiástico 1, 12

El hombre es como un inmenso pulmón, sediento siempre de oxígeno... como un inmenso corazón, hambriento siempre de sangre; el oxígeno, la sangre que el hombre ansía es la felicidad.

A veces buscamos la felicidad fuera de nosotros mismos y nos equivocamos, lamentablemente; pues la felicidad está dentro de nosotros mismos y la construimos nosotros mismos.

Nuestra felicidad es la consecuencia de la que hemos procurado a otros; tal vez, una mamá sepa de esto, que sonríe feliz junto a la cama de su hijo dormido después de un día de trabajo para él.

No tenemos derecho a gozar de la felicidad, si no la creamos en torno nuestro; como no lo tenemos a disfrutar de la riqueza si no la producimos. Nuestra principal tarea en esta vida es ser felices; así lo quiere Dios... pero el camino más corto y más seguro para serlo es hacer felices a los demás, no hay otra manera.
“El temor del Señor deleita el corazón, da gozo, alegría y larga vida”
Felicidad comienza con fe, la fe será, pues, la condición indispensable para una profunda y permanente felicidad.

16 de febrero de 2012

Oh Jesús! te quedaste en el sagrario



Para acompañarnos noche y día, como noche y día estabas con tus apóstoles.

Para alimentarnos  mejor que a los cinco mil hombres en el desierto, entrando por la comunión en nuestros almas y cuerpos.

Para bendecirnos en nuestras iglesias, plazas y calles, en magníficas procesiones, como cuando recorrías las ciudades de Galilea y Judea.

Para santificar y dar el parabién a los que se juntan por el enlace matrimonial o se consagran al culto divino por el sacerdocio, como lo hiciste en Caná y en el Cenáculo.

Para consolar a los enfermos, yendo a sus mismas casas y entrando en sus íntimas habitaciones, como lo hiciste con la suegra de Pedro y de tantos enfermos.

Para dar fuerza y ser compañero de viaje del moribundo en el último trecho del camino.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

Fraternalmente,



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Saturnino Junquera «Visitas a Jesús Sacramentado»

15 de febrero de 2012

La terapia de Dios contra la tristeza

«¿Qué te abate alma mía? ¿Por qué gimes en mí?
Pon tu confianza en Dios, que aún le cantaré
a mi Dios salvador.» (Sal 42, 6)
Paz y bien

Hay unos textos muy lindos en el libro del Eclesiástico «No entregues tu alma a la tristeza ni te atormentes a ti mismo con tus cavilaciones» no te des “manija”, no te estés lamentando día y noche de lo que ocurrió y de la que se viene. «La alegría del corazón es la vida del hombre, el regocijo del varón prolonga sus días». Vive más quien tiene alegría en su corazón..., por eso «Anima tu alma, consuela tu corazón, echa bien lejos la tristeza» para que, si te arrepientes y desear ir en busca de ella, no la encuentres más.

El que sufre mucho hasta no ama y llega a odiar su propia vida. «Llora amargamente, date fuertes golpes en el pecho...» Los santos lloraron: San Bernardo lloró amargamente la muerte de su hermano y San Agustín por la de su madre y un amigo. Pero de inmediato volvieron a recuperar la paz, la alegría y a ponerse en marcha.

El apóstol Santiago dice «Si alguien está afligido, que ore. Si está alegre, que cante salmos» el canto es medicina preventiva contra la tristeza y la oración es medicina curativa. Y hay más todavía, el que lee la palabra de Dios, la contempla y medita  también se sana de la tristeza... lo dijo el Señor «felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican» para que «mi gozo sea el de ustedes y vuestro gozo y alegría sea perfecta»

Jesús, nos trae gozo y alegría. En el libro de Isaias (61, 1-4) se encuentra una revelación de los tiempos mesiánicos. Es el texto que Jesús leerá en la sinagoga de Nazaret diciendo que en ese momento eso se está cumpliendo en él «El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor» (Lc. 4, 18-19)

Cristo vino para darnos una vida de victoria, hasta llegar a la talla de su plenitud. El da perfume a la fiesta y nos quita el vestido de luto. Vino para que nuestra vida llegue a ser festiva y jubilosa y no para que nos lamentemos, cara larga, ceño fruncido, arrugas.

¡Cristo vino para que haya alegría! y sin embargo no vino a proscribir el sufrimiento ni el dolor sino a darles sentido: sufrimiento con alegría, dolor con esperanza. El Espíritu del Señor está sobre él para dar consuelo y esperanza, «Me envió para consolar a los que lloran y darles a todos los afligidos de Sión una corona en vez de cenizas, el aceite de los días alegres»; la corona, significa victoria, la ceniza, derrota.

Cristo se comprometió por nosotros, dio su vida por nuestro rescate, pagando un alto precio; así nos amó. ¿Cuánto valemos para Jesucristo? Tanto como su amor por nosotros.  Siguiendo su palabra y llenos del Espíritu Santo, cuando lleguemos a algún lugar, con nosotros llegará también la alegría.

Cristo está amando con nuestros corazones... en este mundo no tiene otro corazón para amar que el corazón de los que creemos en él, de los que tienen su Espíritu. Entonces... pongamos alegría en cada ocasión, en cada obra, en cada aurora, en cada rostro... incluso en cada agonía podemos poner alegría y esperanza.

Vivamos dando gracias a Dios por nuestro pasado, aunque en él haya habido espinas y dolor, porque ya no sufrimos hoy lo que sufrimos antes, el Espíritu hará que conservemos la alegría. Dándole gracias por el sufrimiento pasado y deseando ardientemente el futuro. Porque el deseo es nuestra oración permanente.

San Agustín dice que la oración permanente no es que nos pongamos de rodillas, veinticuatro horas por día, orando y no haciendo nada, sino que la oración permanente es el deseo que está en el fondo del alma y del corazón.

Así que, vivamos deseando ardientemente un futuro venturoso, amando el presente y no concediendo espacio alguno al pesimismo, al que destruye y se derrota con la fe puesta en la esperanza que no defrauda.

Fraternalmente,



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Sobre textos de José Torres Alonso

14 de febrero de 2012

Ejemplos


Paz y bien
Mt. 5, 16
Vive de tal forma que Dios esté contento de ti, que Dios pueda aprobar todos tus actos; pero vive también de tal forma que los demás puedan sentirse con deseos de imitarte, que sientas en tu interior las ansias de la propia superación.

Es verdad que no debes realizar el bien sólo porque te vean; pero no es menos cierto que estás obligado a ser ejemplo para cuantos te rodean. Teresita González, muestra a los veintiún años en un convento de Carmelitas, se había propuesto aquel lema de su vida: «Señor, que quien me mire, te vea».

Que cuantos te miren a ti, no les quede otro remedio que ver a Dios en ti; quienes te oigan, quienes vean tu manera de proceder, quienes presencien tu reacciones se vean impulsados a ver a Dios, a oír a Dios, a sentir a Dios.
Dice la Palabra que el Reino de Dios se parece a un pequeñísimo grano de mostaza que se convierte en la más grande de las plantas del huerto con ramas tan grandes que los pájaros pueden refugiarse bajo su sombra. El Reino de Dios en nosotros tiene ese efecto, ese resultado: que nuestra manera de vivir, agradable a Dios, permita cobijar a los que quieren seguir al Señor.

Cristo nos dice que nosotros somos la luz ante otros para que vean las buenas obras y glorifiquen a Dios; debemos ser la luz puesta sobre el candelero y no escondida bajo la mesa, a fin de que podamos iluminar a cuantos nos rodean.

Fraternalmente,


13 de febrero de 2012

Elección

Paz y bien
Lc. 21, 17-19

No es posible ser aceptado por todos; mientras unos aplaudirán nuestras obras, otros las rechazarán. Si eres bueno, lo que no lo son, te rechazarán y si eres como ellos, te rechazará Dios; si eres justo, serás perseguido por los injustos, pero si eres injusto, los justos sufrirán por vos. Si te muestras soberbio y altivo, los humildes no podrán aplaudirte, aunque si eres humilde, te verás despreciado por los soberbios. Si te preocupas por los demás, los egoístas se reirán de vos y te tildarán de loco y, si dejas que el egoísmo invada tu vida, los que sufren esperarán tu ayuda inútilmente.

Hay que elegir lo que preferimos para nuestra vida: ser aceptado por los malos, los soberbios y egoístas o ser como los buenos, como los humildes, como los que se sacrifican por los demás. Y en último término, si queremos ser aceptados por Dios o rechazado por Él.
«Serán odiados de todos a causa de mi Nombre, pero no se perderá ni uno solo de sus cabellos. Manténgase firmes y se salvarán»
San Pablo II decía que “el hombre tiene la urgencia de encontrar un porqué a la existencia, a cada uno de los instantes,  a las etapas importantes y decisivas, así como a los momentos más comunes de la vida”

Ni a Cristo mismo lo aceptaron todos, y como los discípulos no pueden ser de distinta condición que el Maestro, los cristianos debemos estar dispuestos a ser rechazados por el mundo y los mundanos.

Fraternalmente,



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Huellas del amigo Milagros - Foto: “Buscando en la multitud”

12 de febrero de 2012

Dejarse curar

Paz y bien

6º Domingo durante el año - B
«Se le acercó un leproso que se arrodilló y suplicó a Jesús; “Si quieres, puedes limpiarme”. Jesús tuvo compasión, extendió la mano y le dijo; “Yo lo quiero, queda limpio”. Al instante se le quitó la lepra y quedó sano. (Mc 1, 40-42)
El leproso conocía su enfermedad y sabía que él era incapaz de curarse. Advirtió que Jesús podía hacerlo, y se lo pidió. También, cuando Gabriel propuso de parte de Dios a María ser la Madre del Mesías, Ella no contestó que se pondría a ello, sino que Dios hiciera según su voluntad.

¡Cuántas veces queremos sacar los asuntos nosotros solos, sin contar con la ayuda de Dios! Y el resultado es el fracaso y el desánimo. A veces Dios nos deja solos y permite que nos demos golpes para que -como los niños-, no tengamos más remedio que acudir a Él. ¡Cuándo aprenderemos que en la vida espiritual no se trata tanto de hacer sino de dejar hacer en nosotros, de obedecer! ¿Cuándo permitiremos que Dios haga lo que desea hacer y no empeñarnos en lo que a nosotros nos parece conveniente, o tratando de hacerlo a nuestro modo, incluso contra sus designios?

Lo que ha de llenarse ha de empezar por estar vacío. Si hemos de llenarnos del bien, habremos de comenzar por echar fuera el mal. El Señor desea limpiar este vaso de barro que somos cada uno para echar el licor maravillosos de su gracia, de su presencia. Si queremos, Él puede limpiarnos.
Señor, Tú sabes todo, Tú sabes lo que me viene bien. Me dejaré cambiar, me dejaré sanar. Entra en mi vida y pon orden. Sé que no querrás hacer nada en mí si yo no te lo permito; hazme humilde para que vea mis miserias, mi necesidad, y para que no me oponga a tus curas, que a veces pueden resultar dolorosas.
Que la Virgen María nos acompañe, nos proteja y nos muestre el rostro del Señor.

Fraternalmente,



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Huellas del P. Jesús Martínez García

11 de febrero de 2012

El rincocito de María - VII

Paz y bien

El Espíritu de Dios condujo a María a través de las promesas del Antiguo Testamento a la realidad de la redención, la iluminó para comprender las antiguas profecías, no le ocultó lo que había dado a conocer a los profetas; no podía ella ser menor a aquellos, ya que es invocada por la Iglesia como “Reina de los profetas”

El cristiano si se deja conducir por las mociones del Espíritu Santo y dirigir por sus luces, llegará a una eminente santidad y la luz de la fe lo iluminará para conocer las cosas de Dios y gustar de ellas.

El Espíritu Santo obró en María la mayor obra humana y divina: la encarnación del Hijo de Dios, y también en nosotros por medio de María obrará la maravilla de nuestra santificación.
María, no hay alabanza digna de ti, Virgen Inmaculada, porque en tu seno has llevado al que ni el cielo puede contener. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Fraternalmente, 



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Cinco Minutos de María

10 de febrero de 2012

La Verdad de la Palabra es amor


Paz y bien
Él ha llenado mi boca con palabras de Verdad
para que yo pueda comunicarlas:
Como caudal de aguas
fluye la Verdad de mi boca,
y mis labios declaran Su fruto.

Él ha hecho que su Conocimiento abunde en mí,
porque la boca del Señor
es la Palabra verdadera
y la puerta que conduce a su Luz.
El Altísimo ha estipulado sus palabras,
las cuáles expresan su propia Belleza;
repiten sus alabanzas
y son informadoras de sus consejos;
heraldos de sus pensamientos
y correctoras de sus siervos.

Porque lo sutil de la Palabra es inexpresable,
y como lo que expresa es su rapidez y fuerza.
Su rumbo no conoce límites. Nunca falla, pues es siempre certera,
no se ve donde desciende ni hacia donde se dirige.
Así es su labor y su propósito:
es la luz y el amanecer de los pensamientos.
Por ella los mundos hablan uno al otro;
y en la Palabra estuvieron aquellos que fueron silenciados;
De ella vienen el Amor y la Armonía que comunica a los suyos;
a los que han sido traspasados por la Palabra;

Y así ellos pudieron conocer a quién los creó,
porque estuvieron en comunión
y la boca del Altísimo les habló,
y su explicación corría por su cuenta.

Porque la morada de la Palabra es el hombre:
y su Verdad es Amor.
Benditos son los que por medio de ella
han entendido todo, y han percibido
al Señor en su Verdad. Aleluya.

Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principios del siglo II) N° 12
Fraternalmente, 

9 de febrero de 2012

Oh Jesús! tu Sagrada Hostia


Es un horno que abraza, ¿quién me ama tanto, que piensa en mi noche y día como Jesús Sacramentado?

Es sol que ilumina,  Jesús Sacramentado, es cifra de todas las virtudes y suma de todas las maravillas.

Es panal que endulza, que consuelo el que Jesucristo esté con nosotros; es el fiel amigo y el más poderoso de los amigos.

Es el centro de la Iglesia, toda la liturgia y todo el culto gira en torno a la Eucaristía.

Es diadema que corona, la comunión que ciñe al alma con una guirnalda de rosas, con una diadema engastada con las perlas de todas las virtudes.

Es moneda de la gloria, quien comulga fervorosamente gana la vida eterna.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

Fraternalmente,




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Huella de Saturnino Junquera - «Visitas a Jesús Sacramentado»

8 de febrero de 2012

Himno a la providencia del Señor

Paz y bien
Salmo 32, 20-22
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros esperamos en el Señor:
Él es nuestro auxilio y escudo,
con Él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.
Padre! te da gloria tu Hijo en el Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Fraternalmente,


7 de febrero de 2012

El que es Absoluto y la nada

Paz y bien

Leía en esta nota de un matutino argentino que el exitoso periodista Andrés Perciavale logró la remisión del cáncer de pulmón que se le había detectado hace un año con tratamientos y muchísima espiritualidad.

Pero no es esto lo que llamó mi atención, sino la extraña relación con su madre. Siempre supo que su mamá no lo quiso. Ya en el ocaso de su vida ésta se sincera: “¿Vos sabés que yo nunca pude quererte? Porque siempre pensé que eras más inteligente que yo." Y agrega Perciavale “...Ahora bien, mi madre me hizo la vida imposible... no quería que yo estudiara. A los 17, cuando tenés toda la vida por delante, esta realidad te deja la peor marca de todas.”

“Ese desamor, además, inmediatamente, lo vivís con culpa: si no me quiere, la culpa es mía.” Sin dudas, la confesión de la mamá, significó el inicio de un proceso de sanación espiritual y física para él.

Nada dura mucho si tiene fin. Nada es absoluto si tiene límites. Los días de dolor pareciera que no terminan nunca; las noches de insomnio, los días de duro trajinar, la enfermedad molesta y dolorosa, el problema angustiante, la pena que se aferra al espíritu con garras lacerantes... todo parece que durará para siempre, que nunca acabará.

Sin embargo, todo pasa, todo perece, todo termina, todo desaparece y todo se olvida; por eso, nada dura si tiene fin... una vez llegado a ese fin, ya no se puede hablar de mucho, pues ya estamos en la nada.

En cambio, el Absoluto, el que no tiene ni principio no fin, el que es eterno e inmutable, Dios, es el que nunca pasa, el que por lo mismo no sólo es mucho sino que es todo.
“Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, El que es, el que era y el que ha de venir, el Señor del Universo”.
En nuestra vida, Dios no puede ocupar un segundo lugar; nada puede haber superior a Dios, ni tampoco puede ocupar el primer lugar, sino que ha de ocupar todo lugar.

Fraternalmente

6 de febrero de 2012

Rezar y estar en paz



Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre

Según un proverbio árabe la misma lluvia produce espinas en un pantano y flores en un jardín. Y la explicación está en las semillas y en el terreno que son un buen símbolo de tu interior.

En mi espíritu están mi fuerza, mi esencia, y lo externo sólo me afecta en la medida que yo mismo lo permito. Ni los elogios ni los agravios tocan mi alma puesto que tienen que ver con la imagen, no con mi verdadero ser.

Por eso los sabios han estado siempre más allá de la opinión ajena sin perder la paz por los juicios o las críticas. Buda seguía impertérrito cuando lo ofendían y decía: “si respondo cedo al otro el poder que está en mi”.

Sócrates también decía que responder a una ofensa era seguirles el juego a otros y caer en su trampa. Ellos no se dejaban enganchar y yo también lo puedo hacer para que mi vida sea un jardín, no un pantano.

La verdadera sabiduría nace de serenarme, viajar hacia adentro y vivir a Dios en lo íntimo de mi ser. Sólo así puedo tomar decisiones acertadas y aceptar los hechos y las personas con una profunda compasión.

Las pausas me ayudan a escudriñar mi conciencia y reflexionar sobre mis actitudes y mis posiciones. Y lo mejor es que cuando me examino puedo ver aspectos distintos y llegar a la verdad verdadera.

Al calmarme vibro en otra onda, llego a lo mejor de mi mismo, soy más cauto y escojo el camino justo. Debo ir más allá de las apariencias y no caer en la red de los falsos juicios y los malentendidos.

Cualquiera que sea el problema salgo bien si el amor me lleva y hay pureza en mi mente y en mis acciones. ¿Cuántos minutos del día saco para aquietarme? Sólo hay una riqueza por la que vale la pena luchar: estar en paz.

Cordialmente,


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Leído a Gonzalo Gallo

5 de febrero de 2012

Todos te buscan


Paz y bien

Domingo 5 - T.O. - Ciclo B - Mc 1, 29-39

En Galilea buscaban a Jesús, unos por curiosidad, otros porque solucionaba problemas materiales y otros por motivos superiores: era un placer aprender de sus labios sentencias llenas de sentido sobrenatural que dejaban paz y consuelo en el alma. Jesús hacía el bien: sus manos bendecían y curaban, y sus palabras orientaban hacia Dios. Otros, sin embargo, le buscaban para hacerle alguna pregunta capciosa, para discutir y tratar de perderle.

Hoy sigue Jesús bendiciendo a los hombres, orientándoles en su actuación, curándoles de sus dolencias, y lo hace a través de su vicario en la tierra -el Papa- y de sus sacerdotes. También hoy los hombres sienten la necesidad de alguien que les ayude en las facetas más importantes: el sentido de sus vidas, el sentido del dolor y del amor, resolver el mal que han cometido y recuperar la alegría...

Jesús sigue presente en sus representantes. Lo que se necesita es acudir a ellos con humildad -sin ánimo de polémica-, con el deseo de aceptar su ayuda. Dios no se impone, propone su doctrina de salvación eterna y la orientación correcta de la vida. Todo depende de la buena voluntad de cada uno: primero buscar a Dios, luego estar dispuesto a acudir a quien Él indica. No hay otro camino. Ninguna teoría o ideología puede calmar la sed profunda de verdad que anida en el corazón humano.
Jesús, que hacías oración cuando estabas entre nosotros, que yo aprenda a buscar el silencio para hablar contigo, porque para llegar a conocer el corazón humano necesito penetrar primero en el Tuyo: sólo conociéndote, me conoceré. Te buscaré, porque sólo Tú tienes palabras de vida eterna, y me dejaré orientar y curar por Ti, que sigues bendiciendo a través de las manos y las palabras de tus ministros. 
Fraternalmente,



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Huellas del P. Jesús Martínez García, “Selección de Obras”

4 de febrero de 2012

El rinconcito de María - VI

Paz y bien

María Santísima fue la criatura que más amó a Dios; la amó con toda la intensidad de su corazón; su amor a Dios sobrepasó al amor de todos los ángeles y santos, por eso María fue también la más amada por Dios.

Y es también la más amada de los hombres, sus hermanos; nadie tan alabada y bendecida como ella; nadie tan aclamado por los pueblos como ella; nadie tan invocado, ni con tanta confianza como ella; a nadie se le reza con tanta devoción como a ella,es el reconocimiento de los hombres a la gran bienhechora de la humanidad...

Que en ese coro de alabanzas a María no queden nuestras voces silenciosas, ni suenen disonantes: cantemos las glorias y el amor de María.
María, alégrate, porque eres llena de gracia y Dios es contigo.
Fraternalmente, 

3 de febrero de 2012

Sol sin ocaso



En la antigüedad, después de la puesta del sol, al encenderse los candiles en las casas se producía un ambiente de alegría y comunión. También la comunidad cristiana, cuando encendía la lámpara al caer la tarde, invocaba con gratitud el don de la luz espiritual.

Se trataba del "lucernario", es decir, el encendido ritual de la lámpara, cuya llama es símbolo de Cristo, "Sol sin ocaso".

Al oscurecer, los cristianos saben que Dios ilumina también la noche oscura con el resplandor de su presencia y con la luz de sus enseñanzas. Conviene recordar, a este propósito, el antiquísimo himno del lucernario, llamado Fôs hilarón, acogido en la liturgia bizantina armenia y etiópica:
"¡Oh luz gozosa de la santa gloria del Padre celeste e inmortal, santo y feliz, Jesucristo! Al llegar al ocaso del sol y, viendo la luz vespertina, alabamos a Dios:  Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es digno cantarte en todo tiempo con voces armoniosas, oh Hijo de Dios, que nos das la vida:  por eso, el universo proclama tu gloria". 
¡Solo a Él sea la gloria por siempre!

Fraternalmente,

La bondad, ¿utopia siglo 21?

Paz y bien

No basta no ser malo, es esencial además, no parecer malo, ya que si parezco malo aunque no lo sea, me hago mal a mi mismo y -seguramente- hago mal a los demás.

La bondad será siempre, antes que nada, interna, de corazón, de verdad, auténtica: uno debe ser bueno ante su conciencia y ante Dios. Esta bondad deber ser expresada, visible, manifiesta, a fin de que -y aunque parezca una utopía siglo 21- todos los demás se sientan animados a ser buenos y siendo todos buenos, hagamos al mundo mejor de lo que es.

Por el contrario, la bondad de corazón no aparecerá en rostros tristes, adustos, en actitudes de rechazo, en palabras violentas, en negaciones sin sentido; eso no es parecer bueno, porque no basta ser bueno, sino que es necesario también demostrarlo.

Parecer bueno y no serlo, es hipocresía; serlo y no parecerlo, es falsedad.

El Señor nos exige una perfección real y no aparente; no admite en nosotros ninguna falsedad, nos quiere auténticos hijos de Dios “Sean perfectos como es perfectos su Padre que está en los cielos”; san Pablo profundiza aún más esta exigencia “... y preséntate tu mismo como modelo de buenas obras...”.

Es estribillo de una bellísima canción que solemos cantar en los grupos de oración dice:
“Si me vieran tal cual soy se enterarían que es Jesús, lo que han visto reflejado en mí tan solo fue su Luz. Y es por tu Gracia y tu Perdón, que podemos ser llamados instrumento de tu Amor.”
El camino a la santidad es ser otro Cristo, de tal manera que quien nos vea, vea a Cristo.

Fraternalmente,

2 de febrero de 2012

Oh! Jesús, aquí estás en el sagrario


Como un recuerdo. Hagan esto en memoria mía. Todas las veces que coman este pan y beban este cáliz, anunciarán la muerte del Señor.

Como un alimento. Tomen y coman. Yo soy el pan de vida, yo soy el pan vivo que descendí del cielo, el que viene a mi nunca tendrá hambre, el que cree en mí nunca tendrá sed.

Como un compañero. Mis delicias son estar con los hijos de los hombres. “Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo”.

Como una prenda de la gloria eterna. Quien coma de este pan, vivirá eternamente. “El que como mi carne y bebe  mi sangre, vive de vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.

Como un medio de unirnos contigo. “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”.

Como un medio de unirnos entre nosotros, los banquetes siempre unen. Todos los que participamos del mismo pan, aunque muchos, venimos a ser un solo pan, un solo cuerpo.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

Fraternalmente,

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Huellas de Saturnino Junqueras

1 de febrero de 2012

Amor y humanismo

Paz y bien

El Humanismo extendido por Europa a partir del siglo XV confiaba en el ser humano, en su razón y en su capacidad para cultivar todas las ramas de la sabiduría.

Si en la Edad Media los ideales de perfección fueron el guerrero o el monje, ahora será el cortesano, el caballero renacentista; sabedor de las lenguas clásicas, griego y latín, de la poesía y de la historia; capaz de escribir en prosa y en verso; conocedor y practicante de la música, el dibujo y la pintura; hábil en el manejo del caballo, en torneos, competiciones y juegos; además, gentil y galante. La dama debía ser honesta, tener conocimientos de las letras, de pintura y de música, y saber danzar, para alegrar las fiestas cortesanas.(1)

¡El hombre por el hombre! es el grito del humanismo absoluto que pretende concebir al hombre excluyendo a Dios. Es imposible ir a Dios sin pensar en el hombre, tanto como ir al hombre sin ver su proyección hacia Dios.

El padre De Lubac dice: «No es verdad que el hombre, aunque parezca decirlo algunas veces, no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que, sin Dios, no puede, en fin de cuentas, más que organizarla contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano».

Entre Dios y el hombre existe una relación inquebrantable, imposible de borrar, de olvidar. Por eso, ¡cuantas heridas nos hacemos -entre los hombres- cuando pretendemos herir a Dios y cuántas heridas hacemos a Dios cuando nos herimos entre nosotros!

¿El, nos permitió herirnos acaso? Por el contrario, nos enseñó que nos amemos los unos a los otros, y el hombre en uso de las libertades que el amor de Dios concede, en cualquier momento aprieta el botón rojo y el mundo se reduce a cenizas, de puro guapo nomas, como dice el tango.

«Armense los unos contra los otros» es la consigna y hacia nos va.

Los cristianos sabemos que sólo el amor nos perfeccionará, aún como hombres “les doy este mandamiento nuevo...” dice San Juan en su evangelio. San Pablo en la primera de 1 Corintios es más profundo aún “El amor disculpa todo, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta.”

El amor nunca pasará; es la única cosa que nos llevaremos de aquí, cuando pasemos a disfrutar de la Jerusalén celestial. Sobre lo único que nos va a interrogar el Señor, cuando llegue el momento de juzgarnos, será sobre el amor en nuestra vida.

Fraternalmente,