20 de enero de 2010

La voluntad de Dios

La voluntad de Dios nunca te llevará:
donde la gracia de Dios no te pueda sostener,
donde los brazos de Dios no te puedan cargar,
donde las riquezas de Dios no puedan satisfacer tus necesidades,
donde el poder de Dios no pueda proveerte,
donde el Espíritu de Dios no pueda trabajar en ti,
donde la sabiduría de Dios no te pueda enseñar,
donde el ejercicio de Dios no pueda protegerte,
donde las manos de Dios no puedan moldearte,
donde el corazón de Dios no pueda envolverte,
donde la misericordia de Dios no pueda sostenerte,
donde la paz de Dios no pueda calmar tus miedos,
donde la autoridad de Dios no pueda regirte,
donde el consuelo de Dios no pueda secar tus lágrimas,
donde la palabra de Dios no pueda alimentarte,
donde los milagros de Dios no se hagan para ti
donde la omnipresencia de Dios no pueda encontrarte.

17 de enero de 2010

Razones de ser


Por 40 años la existencia de Moisés fue gris y árida, como el desierto mismo. Su horario y su calendario, así como su itinerario, eran fijos, cerrados a cualquier cambio. Su vida era monótona. Encerrado en un callejón sin salida, se refugió en la mediocridad, con razón afirma el relato bíblico que se sentó junto al pozo (Ex 2, 15b).

No son las cualidades humanas las que construyen el reino. No depende de cuantas y grandes carismas se tenga, sino de la purificación que se haya logrado. Por eso es necesario el desprendimiento de toda seguridad humana para que la pobreza sea el marco que haga resaltar la acción poderosa de Dios que es el único que libera desde las prisiones interiores hasta las más externas.

Todos somos llevados al desierto cuando nuestras estructuras se desmoronan, cuando se decoloran los amados planes, o se esfuman los acariciados sueños; cuando nuestros héroes nos defraudan o somos decepcionados por la persona amada; cuando se nos rompen las alas de la confianza o cuando de improviso perdemos todo lo que habíamos ganado con tanto esfuerzo.

Siempre que Dios va a hacer algo importante en nosotros o a través nuestro, desestabiliza nuestras seguridades y nos invita a caminar sobre las aguas como una imitación a Cristo. Pero, en el fondo, es el divino alfarero que esta remoldeando entre sus manos el cacharro de barro, porque quiere hacer un vaso nuevo. Es su divina sabiduría que nos descarga de los pesos, porque nos quiere ligeros de equipaje para el largo camino rumbo a la libertad.

Bendiciones,

Más allá del desierto

Por una de esas ironías de la historia, sabemos que el Papa Julio II pidió a Miguel Angel que le hiciera una estatua majestuosa que guardara su mausoleo, ya que nada se sabía de la tumba de Moisés, sólo que fue sepultado en la cumbre de Pisgá.

Sin embargo, lo que se admira no es la escultura de Miguel Angel, sino la historia del propio Moisés que supo de hacer de su vida una obra de arte imperecedera. Hasta ahora, nadie ha reparado en el grave defecto de la escultura, tan descomunal como el tamaño de ella misma. El peregrino que nunca reposó, que siempre fue incansable andariego, buscador de nuevas rutas, desplazándose en tiendas de campaña rumbo a la tierra prometida, ha sido esculpido sentado, en vez de caminando con la mirada en el horizonte de la promesa.

En cambio, todos los guías recuerdan una anécdota histórica: cuando Miguel Angel culminó su obra maestra, se sintió tan orgulloso de ella, que dejó el cincel y con el martillo golpeó la rodilla de la estatua y le ordenó: ¡¡¡Habla!!!

Dice Prado Flores: El día que comenzamos a escribir estas páginas, fuimos a visitar la imponente estatua de Moisés en la Iglesia de San Pedro. Nos colocamos delante de él, que no miraba de frente, sino que esquivaba nuestro encuentro (...) otra vez, el huidizo pastor, el solitario libertador, no quería ningún trato personal y se negaba a darnos la cara(...) mirándolo a los ojos le exigimos una explicación: ¡¡¡Habla!!! Entonces Moisés nos reveló su secreto:

Más allá del desierto:
  • Más allá de la pascua hebrea, está Cristo Jesús, que ha sido inmolado. Más allá del cordero pascual, está el cordero de Dios, el único que es capaz de quitar el pecado del mundo, porque él soportó el castigo que nos trae la paz y con sus llagas hemos sido curados.
  • Más allá del mar Rojo, está el bautismo en Espíritu y en fuego que sólo ofrece el Mesías.
  • Más allá del maná, está el verdadero pan del cielo que Dios da.
  • Más allá de la serpiente de bronce levantada en el desierto, está la cruz de Jesús levantado en alto, que atrae a todos hacia si para salvación del que cree.
  • Más allá de la tienda de reunión donde Dios se encontraba con su pueblo, esta el Emmanuel que planta su tienda en nuestro campamento y convierte el corazón del hombre en santuario del Espíritu.
  • Más allá de la roca de la que brota agua en el desierto, está el Mesías de cuyo pecho brota un río de agua viva que es el Espíritu Santo, que salta hasta la vida eterna.
  • Más allá de la antigua alianza está la nueva alianza. Más allá del monte Sinaí, está el monte Calvario, donde se halla la nueva y eterna alianza en la sangre preciosa del Hijo de Dios.
  • Más allá de las leyes culturales y los sacrificios del templo, está la adoración en espíritu y en verdad. Más allá de la ley del Sinaí, está la ley del Espíritu que da vida. Más allá de las prescripciones del monte Horeb, está el monte de las bienaventurados donde el nuevo Moisés proclama el espíritu del Reino de los cielos.
  • Más allá del pastor de Madián está el buen pastor que conoce a cada una de sus ovejas.
  • Más allá, siempre más allá, esta el Camino, la Verdad y la Vida; el nuevo Moisés que conduce más allá: hacía la verdadera Jerusalén e instaura en este mundo el Reino de Dios, que es un Reino de Justicia, gozo y paz en el Espíritu.