31 de marzo de 2012

María, socorro de los necesitados

Virgen alada pintura de Miguel de Santiago, exponente de la escuela quiteña del siglo XVII
«Te saludamos, oh María, Madre de Dios,
verdadero tesoro de todo el universo,
antorcha que jamás se puede extinguir,
corona de la virginidad, 
cetro de la fe ortodoxa,
templo incorruptible,
lugar del que no tiene lugar, 
por quien nos ha sido dado 
Aquel que es llamado bendito por excelencia
y que ha venido en nombre del Padre.
Por ti la Trinidad es glorificada,
la cruz es celebrada y adorada por toda la tierra,
por ti los cielos se estremecen de alegría,
los ángeles se regocijan,
los demonios son puestos en fuga,
el demonio tentador cae del cielo
y la criatura caída es puesta en su sitio» (san Cirilo)


Santa María, socorro de los necesitados, extiende tu mano a los que necesitan de ti. Amén

Dominus Providebit

30 de marzo de 2012

Señor mío y Dios mío...

Cuando yo te llame, óyeme
Cuando yo te ofenda, perdóname
Cuando yo te deje, sígueme
Cuando yo te olvide, recuérdame
Cuando yo te pida, socórreme
Cuando yo te sirva, anímame.
Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor, que resplandece como luz del mundo para que siguiéndolo no caminemos en tinieblas, sino que tengamos la luz de la vida.

Cristo, amigo de los hombres, haz que sepamos progresar hoy en tu imitación, para que lo que perdimos por culpa del primer Adán lo recuperemos en el segundo.

Que tu palabra sea siempre luz en nuestro sendero, para que, realizando siempre la verdad en el amor,
hagamos crecer todas las cosas en ti.

Enséñanos, Señor, a trabajar por el bien de todos los hombres, para que así, por nuestra acción, la Iglesia ilumine a toda la sociedad humana.

Que por nuestra sincera conversión crezcamos en tu amistad y expiemos las faltas cometidas contra tu bondad y tu sabiduría.

Amén

Dominus Providebit

29 de marzo de 2012

La fuerza de la razón y del amor

Paz y bien
1 Cor 1, 31

Pretender que en la vida no haya dificultades y no tengamos que realizar esfuerzos, es pura utopía; mirando al futuro, es necesario distinguir dos cosas: el esfuerzo y el resultado. El esfuerzo depende de mi, el resultado no.

En lo que depende de mi, debo lanzarme al combate con todas las armas y todos los medios a mi alcance: la experiencia de la vida, la colaboración de los demás, el sentido común, la ley de la proporcionalidad, el idealismo, el entusiasmo, la discreción... En un campo de batalla, el estratega no puede descuidar ningún detalle; de una pequeña imprevisión, pude depender una derrota.

De igual manera, en cada proyecto de tu vida, luego de proponerte una meta alta, razonablemente alta, debes poner acción, con sagacidad y tesón, todos los medios de que dispongas para alcanzar la meta. Debe haber, pues, una pasión. Pero también debe haber paz.

Pero he de tener presente que el éxito, el triunfo, nunca lo conseguirá el cobarde sino el valiente. Ser cobarde no es ninguna hazaña, cualquiera puede serlo; ser valiente es propio de los grandes espíritus y uno no querría quedarse en dimensión de pigmeo, uno pretende llegar a la altura de su propia madurez.

Quédate en paz con la satisfacción de haber hecho lo que estaba en tus manos, aceptando la realidad tal como es; ocupado, sí; pero nunca preocupado. Este es, pues, el secreto para el combate de la vida: engarzar en un mismo atado estas dos energías bien distintas: pasión y paz.

Por todo esto necesitas valentía; de los valientes es el éxito, de los valientes es el triunfo; los valientes consiguen la tierra y alcanzan el cielo; los valientes se dominan a si mismos y se imponen a los demás. Se imponen, no por razón de la fuerza, sino por la fuerza de la razón; o si quieres, mejor: se imponen por la fuerza de la razón y del amor.

¿Podré alguna vez decirle al Señor “ya te he dado suficiente”? «El que se gloríe, gloríese en el Señor»

Fraternalmente,


Dominus Providebit

28 de marzo de 2012

Amar sin límites

Paz y bien

Leía hace instantes
Si no te pareces a quien amas, es porque no amas a quien te pareces, porque el amor, o encuentra semejantes a los que se aman o los hace semejantes.

Y, si lo amas, si eres semejante a él, lo defenderás en su ausencia y le reprocharás en su presencia; y si lo defiendes, lo harás con sinceridad y si lo reprochas, lo harás con profunda caridad.

Si lo defiendes con sinceridad y lo reprochas con caridad, lo ganarás para ti y para Dios, le habrás hecho un bien, habrás contribuido a su mejoramiento y, al hacerlo mejor a él, te habrás hecho mejor a ti mismo.

Y de esa forma te habrás dado a los demás, porque el verdadero amor lleva a darse, pero a darse de verdad, sin retaceos, ni limitaciones, sin falsedades ni hipocresías.
Por éstas horas, casi medianoche, un bálsamo.

Fraternalmente,


Dominus Providebit

27 de marzo de 2012

La vida es...

Paz y bien

Muchas veces nos preguntamos que es la vida y sobre todo nos inquieta el saber para qué es la vida.

Resulta triste estar en una sala de espera, sin esperar nada, vivir porque se tiene vida, pero sin hacer nada en la vida, sin esperar nada de ella ni darle un sentido; una vida inútil es una muerte prematura.

El aprendizaje del arte de vivir no se termina cuando el hombre alcanza su mayoría de edad,  al conseguir un diploma universitario para ejercer una profesión y ser autónomo. ¿Que consigue el hombre con haber asegurado una sólida situación económica o con haber educado una hermosa familia, si su corazón sigue agonizando en un tristeza mortal?

Vivir es el arte de ser feliz y serlo, es liberarse, en mayor o menor grado, de todas las ansiedades que, de todas formas seguirán porfiadamente los pasos humanos hasta la frontera final.

Vive de tal manera que, cuando mueras no tengas vergüenza de haber vivido; al contrario, te sientas satisfecho de haber vivido y de haber vivido tal como viviste.

La vida no es placer, la vida no es comodidad, la vida no es diversión, la vida no es turismo, la vida no es dinero, la vida no es confort; la vida tiene todo eso, pero la vida no es eso.

Como tampoco la vida no es dolor, la vida no es lágrimas y llantos, la vida no es sufrimientos y pesadumbres, la vida no son problemas y angustias... la vida tiene todo eso, pero la vida tampoco es eso, precisamente.

La vida es cumplimiento del deber, llenar un puesto, cumplir una misión, contribuir al bienestar de los demás, eso es vivir.

Es aquel valor que da valor a todos los demás valores. De pronto, todo lo que es y hacemos -palabras, actitudes, reacciones...- aparece revestido de un color y brillo tan particular que no se puede explicar con palabras. Eso es el sentido de una vida.

Es ¿como decirlo? un cierto tono de alegría que no se traduce en una risa ni en una sonrisa; que envuelve a algunas personas vistiéndolas como de un aire primaveral, y que todos perciben desde lejos, y dicen: esa persona tiene un no se que, que no se como calificarlo, pero ¡se la ve tan feliz!

Es, en fin, aquella sensación de plenitud que, en el otoño de sus años, al volver sus miradas hacia atrás, les hace exclamar a algunas personas: valió la pena... de verdad fue una venturosa ventura.

Fraternalmente,


Dominus Providebit

26 de marzo de 2012

Fracasos

Paz y bien
1 Crónicas 29, 11-12

Ayer hablaba sobre los fracasos. Esos golpes que te da la vida. El fracaso puede ser y es una fuente inagotable de abatimiento.

Veámoslo. Tu tenías un proyecto y calculabas que el plan alcanzaría un techo de cien puntos, digámoslo así; y te adheriste a esos cien puntos. Pero, al culminar la tarea, el proyecto alcanzó solo cuarenta puntos. Fue, pues, un resultado negativo; pero, en realidad, no fue negativo, sino solamente inferior a tus previsiones.

Entre frustrado y herido por el amor propio, tu corazón comienza ahora a resistir mentalmente, a rechazar cordialmente aquel resultado, inferior a lo esperado. Y es entonces cuando ese resultado negativo se convierte en fracaso.

¿Dónde estuvo el error? ¿En haber apuntado demasiado alto, ilusionándose con alcanzar los cien puntos? No, ciertamente, sino en haberte adherido a esos cien puntos. Entre tu persona y los cien puntos se estableció, pues, una vinculación apropiadora.

Forjaste en sueños una imagen dorada, te identificaste con ella casi en una especie de simbiosis, y ahora la construcción de tu mente se derrumba, haciéndose trizas. Desilusión quiere decir que una ilusión se deshace y se esfuma. Te hiciste una ilusión a la que te abrazaste con toda tu alma, y al deshacerse la ilusión se produjo en ti una especie de desgarramiento, el despertar amargo de quien estaba abrazado a una sombra.

¡Wake up! ¡Despierta!

Un fracaso no es una vida frustrada; quizá sean necesarios muchos fracasos para que la vida sea un éxito y quizá la ausencia de fracasos sea lo que constituye una vida fracasada.

Porque vida fracasada es no hace nunca nada para no exponerse al fracaso; si nunca haces nada, nunca fracasarás; pero si nunca fracasas, quizá sea porque nunca haces nada; y no hacer nada ¿no es una vida fracasada?

Muchos éxitos comenzaron con fracasos; prueba y error; muchos fracasos tuvieron como positivo el haber intentado el éxito y después de un fracaso, siempre queda tiempo para una victoria definitiva.

Siempre debemos atribuir a Dios la victoria y los éxitos; los fracasos se deberán a nuestras flaquezas y miserias.
A ti, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. Tuyo el reino y el que está por encima de todos. Riqueza y gloria vienen de ti. Todo lo gobiernas. En tus manos están la fuerza y el poder, en tus manos engrandecer y fortalecer a quien quieras.
Fraternalmente,

† 
Dominus Providebit

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Huellas de Ignacio Larrañaga, “Del sufrimiento a la paz”

25 de marzo de 2012

“Llegué a esta hora para enfrentar esta angustia”

Paz y bien

5º Domingo de Cuaresma, B, Jn 12, 20-33

La Cruz es algo nuclear en el cristianismo. Jesús nació para morir en ella, para triunfar en ella, y ésa será la señal de los cristianos. Nosotros no la toleramos, la amamos, porque es nuestro lugar, como lo fue para el Señor. Él se ilusionó por la Cruz, suspiró por ella, la amó; y por eso rechazó a Pedro que quería alejarle de ella.

Si nosotros hemos de amar lo que Él amó, tener sus mismos sentimientos, también hemos de amar la Cruz, querer ser corredentores, ser crucificados con Cristo.

Es una de las paradojas del cristianismo: para ser glorificados hay que pasar por la humillación, para tener vida espiritual y dar vida a los demás es necesario morir, ser mortificados; pero es el camino.

Estos días lo consideramos al contemplar la Pasión y Muerte del Señor. El sufrimiento en los hombres es un misterio, pero el cristiano que une su dolor al de Cristo puede entender su significado salvífico.

El sufrimiento es un lugar privilegiado donde podemos ejercitar la Fe, la Esperanza y la Caridad, donde podemos acercarnos con rapidez al Padre, como estaba unido Jesús a su Padre. El dolor nos puede dar una gran solidaridad con Cristo, que sabe lo que es sufrir y se ha unido de tal manera con el que sufre para hacerle entender lo que significa ser hijo de Dios.
Acepto ya desde ahora la Cruz cuando aparezca en su sorpresa o en su aspereza. Quiero amarte, Señor, en todas esas pequeñas cruces con las que me encuentro cada día: la intensidad y perfección en el trabajo, el cumplimiento de los deberes, la caridad esforzada, tener que cargar con las necesidades de los demás.

Dame tu gracia para que no me canse, para que no me queje, para que te sea fiel en lo que me parece grande y en lo que me parece pequeño. Amén.
Fraternalmente,

Dominus Providebit 


Las huellas de Jesus Martínez García

24 de marzo de 2012

María, el espejo

Paz y bien

Si Cristo es la luz, María es el espejo que refleja fielmente esa luz. Es la más semejante a Jesús, la más perfecta imagen del Hijo de Dios en cuya contemplación el Padre se complace graciosamente.

San Pablo nos dice que todos los cristianos estamos llamados a hacernos semejantes a Jesucristo; nadie más semejante a Él que su propia madre.

Luego, esforzándonos en asemejarnos a María, nos estamos acercando a la semejanza con Jesús. La madre imprime sus rasgos en el hijo; dejemos que la Madre del cielo realice en nosotros esa función maternal, que nos haga cada vez más semejantes a Jesús por la gracia y las virtudes.

Fraternalmente,

 
Dominus Providebit

23 de marzo de 2012

Oh Jesús, yo quisiera tener...

Toda la sangre de los mártires para derramarla por tí
Toda la sabiduría de los doctores para conocerte a tí.
Todas las penitencias de los anacoretas para soportarlas por tí.
Todo el celo de los apóstoles para luchar por tí.
Toda la pureza de las vírgenes para recrearte a tí.
Todas las virtudes de todos los ángeles y santos para amarte y parecerme a ti.
¡Oh Hijo divino! en todo igual al Padre, verdad infalible, camino seguro y vida felicísima del hombre; te glorifico por todos tus soberanos atributos y te alabo por tu misericordia infinita.

El Señor te conserve y te de vida, te haga sant@ en la tierra y no te abandone al deseo de tus enemigos.


Dominus Providebit



22 de marzo de 2012

Paciencia y constancia

Paz y bien

Hay no pocas cosas que suenan a verdaderas, pero no son verdad; otras parecen buenas, pero no lo son; será importante aprender a distinguir una cosa de otra, porque no se saca provecho de lo que parece, sino de lo que es.

La superficie y la profundidad, el aparecer y el ser, la apariencia y la realidad, lo exterior y lo interior, lo que ve el hombre y lo que juzga Dios: son binomios de los que el hombre no podrá desprenderse en absoluto.

Algunos se creen incapaces de ser buenos, porque se creen incapaces de superarse y en realidad no llegan a ser mejores, porque no tratan de superar su incapacidad. Otros sienten que no se superan porque no se superan de golpe y en un solo momento, cuando en realidad se superarían, si trataran de hacerlo poco a poco; no se superan en las grandes cosas, porque no se esfuerzan en superarse en las cosas comunes y sencillas.

Paciencia y constancia, son valores escasos del siglo 21, casi cotizan en bolsa.

Todos los inventos que hoy disfrutamos se deben a una constancia infatigable y a la creatividad. Es el caso de la hoja de afeitar ideada por un ser perseverante: El norteamericano King Gillette. Ese inventor dedicó ocho largos años a perfeccionar una hoja de afeitar eficiente, práctica y segura.

Al fin impuso su invento y alguna vez dijo que lo habría logrado por su entrega, no por suerte. Y una constancia de esa envergadura es la que necesitamos para convertir sueños en realidad.

No te rindas, sé un apasionado, cuida tu fe y sigue adelante sin sucumbir. Ya sabes que la paciencia todo lo alcanza y que Dios con su diestra victoriosa te sostendrá, como dice el Libro de los Proverbios “Confía en Yavé sin reserva alguna; no te apoyes en tu inteligencia. En todas tus empresas tenle presente y el dirigirá todos tus pasos”

Fraternalmente,

Dominus Providebit
 

21 de marzo de 2012

Siempre y únicamente a Dios


Paz y bien
“Yo Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso.” (Ex 20, 5)

Nada ni nadie hay superior a Dios ni a sus derechos; y dejar de cumplir con El o con ellos, sus derechos digo, por cumplir con otros, es un desorden que la conciencia no puede aprobar.

En la vida hay cosas que son accidentales o secundarias y otras que son esenciales y primarias; de las primeras podremos prescindir en determinadas circunstancias; de las segundas nunca podremos olvidarnos. Entonces, cada uno examinará que es principal y que es secundario; que es esencial y que es accidental y luego, después de discernirlo, vivir según la respuesta.

Ahora, es necesario también tener mucho cuidado en equivocarnos en las apreciaciones, no sea que al equivocarnos en los juicios, nos equivoquemos en la vida... hay equivocaciones que no arrastran mayores consecuencias, mientras que otras pueden producir verdaderas catástrofes.

Hay que jerarquizar las cosas, ponerlas en el lugar que les corresponde en la escala de valores... trastornar esos valores puede ser un desastre. Sin dudas, el primer lugar, por ser el primer valor, le corresponde siempre y únicamente a Dios.

Fraternalmente,

Dominus Providebit

20 de marzo de 2012

Jesús, me abrazo a la cruz

Señor, te extiendes en la Cruz todo lo largo que eres.
Ya está. Perfecto. No hay nada que tocar, te está a la medida.
Así, Señor, yo debo unir mi cuerpo, mi corazón, mi espíritu,
y, tan largo como soy, tenderme sobre la cruz del momento presente.
Y no tengo derecho a elegir la madera de mi pasión:
la cruz ya está esperando mi medida.
Tu me la ofreces cada día, cada minuto y yo debo ocuparla.
No es agradable, Señor... el momento presente es tan estrecho
que no hay modo de darse en él la vuelta.
Con todo, Señor, yo no te encontraré en otra parte,
es ahí donde tú me esperas,
es ahí donde, tú y yo juntos, salvaremos a nuestros hermanos.
Amén
Paz y bien

19 de marzo de 2012

Creaturas

Paz y bien

Dios te ha hecho completo: te ha dado cabeza, manos y corazón; la cabeza para pensar, las manos para obrar, el corazón para sentir.

Necesitas de las tres cosas; no pretendas desprenderte de ninguna de ellas, pues quedarías incompleto, imperfecto, no serías hombre.

No puedes prescindir de la cabeza, pues entonces tus obras serían imprudentes y podrían llevarte al fracaso; no puedes prescindir de las obras, pues, de lo contrario, tus pensamientos quedarían estériles e infecundos; no puedes olvidarte del corazón, pues tus pensamientos y tus obras resultarían muy fríos y por lo mismo no serían humanos.

Ni cabeza sin manos y sin corazón; ni manos sin pensamientos y sin corazón; ni corazón sin ideas y obras. La cabeza para pensar, las manos para obrar, el corazón para sentir.

Y pensando, obrando y sintiendo llegaremos a ser íntegramente hombres, a  imagen y semejanza del Creador, «Mejor es refugiarse en el Señor...» dice el Salmo 118

Dios, como centro de nuestro pensamiento, obras y deseos; así nos iremos despojando de nuestro propio yo, para dejarnos saturar y absorber por la divinidad.

Fraternalmente, 

18 de marzo de 2012

Dios ama al mundo

Paz y bien

4º Domingo de Cuaresma - B - Juan 3, 14-21

Es la afirmación que recoge el núcleo esencial de la fe cristiana. «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único». Este amor de Dios es el origen y el fundamento de nuestra esperanza.

Dios ama al mundo. Lo ama tal como es. Inacabado e incierto; lleno de conflictos y contradicciones; capaz de lo mejor y de lo peor... este mundo no recorre su camino solo, perdido y desamparado, Dios lo envuelve con su amor por los cuatro costados. Esto tiene consecuencias de mucha importancia.

Jesús es, antes que nada, el regalo que Dios ha hecho al mundo, no sólo a los cristianos. Sólo quien se acerca a Jesucristo como el gran regalo de Dios, puede ir descubriendo en todos sus gestos, con emoción y gozo, la cercanía de Dios a todo ser humano.

La razón de ser de la Iglesia, lo único que justifica su presencia en el mundo es recordar el amor de Dios. Lo ha subrayado muchas veces el Vaticano II: la Iglesia es enviada por Cristo a manifestar y comunicar el amor de Dios a todos los hombres. Nada hay más importante. Lo primero es comunicar ese amor de Dios a todo ser humano.

Según el evangelista, Dios hace al mundo ese gran regalo que es Jesús, no para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por él. Es muy peligroso hacer de la denuncia y la condena del mundo moderno un programa pastoral. Sólo con el corazón lleno de amor a todos, nos podemos llamar unos a otros a la conversión. Si las personas se sienten condenadas por Dios, no les estamos transmitiendo el mensaje de Jesús sino otra cosa: tal vez, nuestro resentimiento y enojo.

En estos momentos en que todo parece confuso, incierto y desalentador, nada nos impide a cada uno introducir un poco de amor al mundo... es lo que hizo Jesús. No hay que esperar a nada. ¿Por que nosotros, hombres y mujeres buenos, no introducimos entre nosotros amor, amistad, compasión, sensibilidad, justicia y ayuda a los que sufren..? Así construiremos la Iglesia de Jesús, la Iglesia del amor.

Fraternalmente,

17 de marzo de 2012

Nuestra Señora de América Latina

Madre de los pobres, Señora de la América Latina,
tan dulce y de bondades tan divinas,
color como el color de tantas razas.
Virgen tan serena,
Señora de estos pueblos tan sufridos,
patrona de pequeños y oprimidos
derrama sobre tu pueblo tus gracias...

Derrama sobre los jóvenes tu luz,
y dona a quien es pobre: Tu Jesús,
al mundo entero trae el cielo donde estás,
a los que tienen todo, enseña a ver...
a los que poco tienen, a buscar
la fuerza del derecho que les traiga paz.

La fuerza del luchar concédenos,
enseña al pueblo a no bajar la voz,
despierta al corazón de quién nos despertó
enseña tu justicia y tu valor
libéranos de todo desamor
y haznos finalmente conocer a Jesús..!
Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros!

Fraternalmente,

16 de marzo de 2012

Oh Señor, heme aquí en tu presencia

Como un pobre ante su limosnero, ampárame.

Como un enfermo ante su médico, cúrame.

Como un discípulo ante su maestro, enséñame.

Como una oveja extraviada ante su pastor, hállame.

Como un criado ante su Señor, mándame.

Como un hijo ante su padre, cuídame.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

¡Suyo es el reino, el poder y la gloria!

15 de marzo de 2012

Ámame como eres


Paz y bien
Recuerda, Yo Soy tu Dios, Tu Señor, Tu Maestro, Tu Hermano, Tu Amigo... Si crees en Mí. Vivo siempre contigo y te amo... Ámame como tú eres... lo demás déjamelo a mi.

Conozco tu miseria, tu aflicción y la tribulación de tu alma, la debilidad y la enfermedad de tu cuerpo, lo mismo tu vileza y tus pecados, a pesar de todo, yo te digo: dame tu corazón, ámame como eres.

Si te esperas a ser como un ángel para abandonarte al amor, no amarás jamás. Aunque seas débil en la práctica del deber y de la virtud y caigas nuevamente en aquellos pecados que no quisieras volver a cometer, no te permito que no me ames...

Ámame como eres...

En todo instante, en cualquier situación en que te encuentres, en el fervor o en la tibieza, en la fidelidad o en la infidelidad, ámame como eres. Quiero el amor de tu pobre corazón si esperas a ser perfecto, no me amarás jamás.

¡Qué! ¿No podría yo, acaso, hacer de cada grano de arena un serafín radiante de pureza, de nobleza y de amor? ¿No soy yo el Omnipotente y si me place dejar en posibles aquellos seres maravillosos y preferir el pobre amor de tu corazón, al de ellos? ¿No soy dueño de mi amor?

Hijo mío, deja que te ame. Quiero tu corazón.Ciertamente quiero con el tiempo transformarte pero, por ahora, te amo como eres y deseo que tú hagas lo mismo.

Quiero ver surgir, del fondo de tu miseria el amor. Amo en ti hasta tu debilidad, amo tu amor pobre y miserable, quiero que salga de lo más profundo de tu ser un grito continuo: “Jesús, te amo...”

Quiero únicamente el canto de amor de tu corazón, no necesito tu ciencia ni tu talento. Una sola cosa importa: el verte vivir amando.

No son tus virtudes las que quiero, si te las diese eres tan débil que alimentarías tu amor propio, no te preocupes por eso. Te podría haber destinado a grandes cosas pero no serias siervo inútil, te amo aunque seas tan poca cosa, porque te he hecho para el amor.

Hoy estoy a la puerta de tu corazón, como un mendigo suplicante. ¡Yo, Rey de Reyes! Busco y espero, apúrate y ábreme. No alargues tu miseria, si tu conocieses perfectamente tu indigencia, morirías de dolor. Lo que me heriría el corazón, sería verte dudar de mí y fallar a la fe.

Quiero que pienses en mi cada hora del día y de la noche, quiere que tú hagas, aún la acción más insignificante, sólo por amor. Cuento contigo para que me ames y me des gloria.

No te preocupes de no tener virtudes, de daré las mías. Cuando tengas que sufrir te dará fortaleza.

Dame tu amor y enseñaré a amar más allá de lo que nunca has soñado... Te he dado a mi Madre, deja todo en su Corazón Purísimo, pase lo que pase... No esperes a ser santo para abandonarte al Amor, no me amarías jamás... anda...

¡Ámame como eres!
Fraternalmente,

14 de marzo de 2012

Rincón de paz

Paz y bien
1 Reyes 19, 11-13

A veces el sol se oculta tras los celajes de las nubes; en la vida a veces se oculta la alegría tras los nubarrones de las preocupaciones.

Pero no debes olvidar que aún cuando el sol está oculto, brilla límpido, con todo su señorío arriba de las nubes; así tú, sobres tus preocupaciones y problemas, debes conservar siempre la calma, que hará posible que el brillo del sol de la alegría en tu vida.

Siempre debes conservar en tu corazón un lugar en el que no permitas penetrar la turbación o el tedio; ese debe ser tu lugar sagrado en el que no penetren sino la paz, la serenidad, la tranquilidad, en una palabra: Dios.

Si, porque Dios es eso: paz, tranquilidad y bienestar. En cambio, el mal es siempre tormenta, nubarrón, rayo devastador y trueno que amedrenta, tristeza enervante, desaliento que llega a secar las fuentes de la vida, el dinamismo de la actividad creadora.

En el Primer Libro de los Reyes dice la palabra que el profeta Elías esperaba a Dios en el Horeb... primero vino un violento huracán, pero Dios no estaba en el huracán... después vino un terremoto, pero Dios no estaba en el terremoto; después brilló un rayo, pero Dios no estaba el rayo... y después del rayo se sintió el murmullo de una suave brisa... Elías al oírlo se tapó la cara con su manto, salió y se paró frente a Él. Previamente el Ángel del Señor le había dicho «sal afuera y permanece esperando a Dios»

Al que arde de amor celoso por Dios, éste le manifiesta su ternura más allá de todo de lo que puedan imaginar los hombres, dándose a conocer en los silencios, en un rincón de paz y no en las tormentas del mundo.

Así es Dios, y su voluntad es buena, perfecta y agradable.

Fraternalmente,

13 de marzo de 2012

Fe, una cuestión de corazón y vida


Paz y bien

El hombre necesita de la fe, ha de vivir con fe y ha de obrar por la fe. La fe no es una cuestión solamente de entendimiento; es también y sobre todo, cuestión de corazón y vida.

Por eso, porque es una cuestión de corazón, de amor, cien dudas y objeciones no llegan a turbar la fe; aunque también es cierto que cien argumentos y razones no son capaces de hacer surgir un acto de fe.

La fe es la luz que ilumina el camino a seguir; es la respuesta por todas las objeciones; es la fuerza para todas las pruebas; es el bálsamo que suaviza todos los dolores; es la pañuelo que enjuga todas las lágrimas; es el color que alegra todos los panoramas.

No hagas caso al que no cree; va en tinieblas, no puede dar luz para el que no tiene; haz caso al creyente: está seguro del terreno que pisa, de la ruta por la que camina, de la meta que se ha puesto.

El justo vive por la fe, porque vive de la fe, es justo y porque es justo, es feliz y porque es feliz, transmite felicidad. La luz que lo ilumina, clarifica el espacio que lo circunda.

Fraternalmente,

12 de marzo de 2012

El anonimato de Dios

Paz y bien

Lo irritante, lo bello, lo agotador de Dios es su terco anonimato. Dios va siempre de incógnito. “A Dios nadie lo ha visto”. (Jesús) Incluso cuando el astronauta salió de la atmósfera del planeta, volvió diciendo que no había visto a Dios.

En cambio -los que tenemos fe- vivimos gozando su presencia. Pero una presencia anónima. Tan anónima que resulta comprensible que muchos publiquen la posibilidad de que ese anonimato sea sinónimo de gran estafa. Tan anónimo es Dios que muchos no lo detectan, ni les interesa. A otros que, alguna vez creyeron en Él, su anonimato les llegó a cansar hasta el abandono.

A otros creyentes, la omnipresencia de Dios será anónima, pero palpable, sensible, vital, imprescindible. ¿Son los creyentes más listos? ¿Han estudiado más? No. Simplemente tienen fe. La fe es un ojo especial que ve una realidad. No crea una realidad. Quien tiene esa visión, debe alabar a Dios día y noche, debe cuidar con mimo, audacia y sin miedo esa luz de la fe. Porque podrían venir tiempos en los que las cataratas nublaran la pupila de su visión.

El anonimato es propio de Dios. Dios fue siempre de incógnito en la historia. Su presencia cuanto más real más oculta. “Resulta que Dios estaba aquí, y yo no me dí cuenta”. (Jacob)

Nuestra fe dice que Dios se hizo presente. No en un Templo. No en un Sumo Pontífice. No en un monte. Se hizo presente “de incógnito” en  la plenitud humana. Parece que Dios no busca ser adorado ni reconocido, sino vivificar, transformar y plenificar.

Fraternalmente,





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Dejó sus huellas Luis Alemán

11 de marzo de 2012

El “templo” de Dios es toda persona humana

Paz y bien

Domingo 3º de Cuaresma - B - Juan 2, 13-25

Cuando Jesús entra en el templo de Jerusalén, no encuentra personas que buscan a Dios sino comercio religioso. Su actuación violenta frente a “vendedores y cambistas” no es sino la reacción del Profeta que se topa con la religión convertida en mercado.

No estamos acostumbrados los cristianos a la imagen violenta de un Mesías, fustigando a las personas, con un látigo en la mano. Y, sin embargo, ésta es la reacción de Jesús al encontrarse con hombres que, incluso en el templo, no saben buscar otra cosa, que no sea su propio egoísmo.

Suelen aparecer anuncios en la prensa invitando: “Reza nueve Avemarías durante nueve días, pide tres deseos, uno de negocios y dos imposibles, al noveno día publica este aviso. Se cumplirán aunque no lo creas”… Creo que los católicos no llegamos hasta ese nivel de degradación…, pero ¿no hay mucho de “cambista”, de comercio en nuestras relaciones con  Dios? ¿No tenemos que decir que nuestras relaciones con Dios se rigen por la norma “te doy para que me des? ¿No queremos comprar a Dios cuando le hacemos diversas promesas para obtener algo y nos sentimos decepcionados y hasta airados porque no nos ha concedido lo que deseamos?

Los mercaderes del templo, son más numerosos de lo que ordinariamente se piensa. Y la operación limpieza habrá que realizarla muy a fondo. Es preciso decirlo bien claro: en la iglesia no se permite hacer ningún comercio. Ni siquiera de “géneros de eternidad” y otros afines.

Me explico. Hay gente que va a la Iglesia con el único afán de arreglar los asuntos concernientes a la vida futura. Se le dirige a Dios un discurso de este estilo: “Tú me das un rincón en el paraíso, suponiendo que exista… y yo te lo pagaré con misas, sacrificios… o con una peregrinación, o con lo que sea”. ¡Asunto concluido!

Una mentalidad así, merece latigazos. Dios a nuestra disposición y no nosotros a disposición de Dios.

La operación limpieza sólo se completará cuando logremos erradicar esa mentalidad mercantil, esta concepción egoísta de la religión que nos hace mezquinos y nos transforma en comerciantes a la sombra del templo.

¿Quién tiene derecho a estar en el templo? Podríamos contestar qué sólo aquellos que saben estar fuera, con un estilo de vida cristiano (ayudando a los demás, perdonando los roces que puedan producirse, viviendo como hermanos no como jueces implacables para con todos…)

Sólo los que son capaces de reflejar a Dios en la vida de la familia y del pueblo, en la vida de cada día, pueden pasar el dintel de la Iglesia.

Fuera es donde hemos de demostrar que sabemos estar en la Iglesia. Fuera es donde se adquiere el billete de entrada en la Iglesia.

A pesar de las apariencias no es fácil entrar y permanecer en el templo. El gesto y las palabras de Jesús así lo demuestran.

Lo peor de la escena del evangelio de hoy, es la tentación de convertirnos en espectadores que piensan que lo que se dice aquí se refiere a otros. Quizás a los curas que con sus aranceles por bodas, funerales y misas han convertido el templo en un mercado…; o los que venden medallas en los santuarios… Y ante ellos, comentamos: “bien hecho, ya lo había dicho yo siempre, que era una vergüenza este comercio”

Desde esta actitud no captamos el significado de este episodio.

Nadie puede creerse dispensado de esta limpieza.

¿Quién de nosotros está seguro de no abusar del templo? ¿Quién de nosotros puede decir que alguna vez no haya comerciado con Dios? ¿Quién de nosotros puede decir que no ha ido alguna vez a la iglesia sólo para sentirse bien, tranquilo?

El gesto de Jesús se entiende sólo si nos colocamos entre los destinatarios de su ira.

Lo que impresiona en las palabras de Jesús es la alternativa entre “casa de mi Padre” (o “casa de oración”) y “mercado” (o “cueva de bandidos”).

El templo que no es casa de oración, se convierte en mercado.

Ese término de “mercado” no se refiere solamente al tráfico que se desarrolla a la sombra del templo, sino también a un cierto tipo de religiosidad.

Con Dios no se comercia, como se hace con los vendedores para el sacrificio. No se enderezan las cosas torcidas rezando un salmo. Las cosas torcidas sólo se enderezan mejorándolas. No se puede ir en peregrinación al templo y después continuar calumniando y mintiendo. No se puede ser sincero con Dios cuando se engaña a los propios semejantes.

Dios no quiere las genuflexiones de quien pisotea después la justicia.

No se va a la Iglesia para huir de los propios compromisos sociales y familiares, sino precisamente para tomar conciencia de las propias responsabilidades.

En otras palabras lo que se condena es el templo como refugio. Lo que se desautoriza es el aspecto tranquilizador de determinadas prácticas religiosas. Lo que se denuncia es la piedad como coartada. Un culto de este género es un culto mentiroso y la seguridad que proporciona es una falsa seguridad.

En este sentido la purificación del templo se traduce en desenmascarar la hipocresía de esas personas religiosas que creen ponerse en regla con Dios, por el hecho de hacer unas prácticas religiosas concretas…

Jesús deja intuir, refiriéndose a Jeremías, que el problema es el de modificar la conducta, no el multiplicar rezos o aumentar ofrendas.

La alternativa al templo “cueva de bandidos” es el templo abierto, no ciertamente a las personas perfectas, sino a las personas que quieren vivir en fidelidad, en transparencia y sinceridad y que buscan en Dios no a un “cómplice” dispuesto a cerrar los ojos ante ciertos hechos y conductas, sino alguien que guía por el camino de la rectitud.

Cada persona, toda persona es templo de Dios. Es en nuestra relación con los demás donde manifestamos nuestra auténtica relación con Dios.

Fraternalmente,





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Misioneros de la Consolata 

10 de marzo de 2012

Toda la alegría de la Virgen


Paz y bien

María estaba inundada del amor de dios, pero no lo quiso guardar para ella, sino que quiso enriquecernos  con ese amor divino.

Toda la alegría de la Virgen radica en vernos llenos del amor de Dios y cuanto más amemos a Dios, mayor será su alegría.

Si debemos amar a Dios para dar el gusto a nuestro Padre celestial también debemos hacerlo para dar gusto a nuestra Madre bondadosa. Hagamos todas las cosas no tanto por el mero sentido del deber, sino principalmente por amor a Dios, para agradar a Dios y a la Santísima Virgen.

María, no se encerró en si misma; vivió para su Hijo y para los seguidores de Él antes y después de la ascención.

Madre de Dios de Chipre de Stromyn, ruega por nosotros!

9 de marzo de 2012

Oh Jesús! ¿Porqué?


La reina de Saba vino a visitar a Salomón y nosotros no venimos a visitarte en el Sagrario?

Los pastores vinieron a adorarte en la cueva de Belén y nosotros no venimos a adorarte en el Sagrario?

Los reyes Magos vinieron desde tierras lejanas a ofrecerte sus dones y nosotros no venimos a ofrecerte los nuestros en el Sagrario?

La muchedumbre te buscaba para escucharte, hasta en el desierto, donde multiplicaste los panes y nosotros no venimos a escucharte en el Sagrario?

Los leprosos, los mudos, los sordos, los ciegos, los inválidos y toda clase de enfermos iban en tu búsqueda para que los sanes, los cures... y nosotros no venimos para que nos cures en el Sagrario?

Las mujeres piadosas vinieron al sepulcro para honrar con sus ungüentos y aromas tu cuerpo muerto y nosotros no venimos a honrarte vivo en el Sagrario?

Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Te rogamos nos concedas, oh Señor Dios, que nosotros, tus siervos, gocemos de continua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María seamos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutemos de la alegría eterna. Por Cristo Nuestro Señor. Amen
Paz y bien 





8 de marzo de 2012

Para la mujer, en su día, un clásico

Paz y bien
Una hermosa historia cuenta de una cristiana que soñó con tres mujeres que estaban en oración.

Mientras permanecían así, el Maestro se les acercó.

Se acercó a la primera, se inclinó hacia ella con gracia y ternura, con una sonrisa llena de radiante amor y le habló con voz pura, dulce y musical.

Apartándose de ella, se acercó a la segunda, pero solamente le puso la mano sobre la cabeza inclinada, y le dio una mirada de aprobación.

Pasó junto a la tercera en forma casi abrupta; no se detuvo a hablarle, ni a mirarla.

La mujer, en su sueño, pensó: ¡Qué grande debe ser su amor por la primera! A la segunda le dio su aprobación sin las demostraciones de amor que le hizo a la primera; la tercera debe de haberle ofendido profundamente, porque Él no le dirigió una sola palabra y ni siquiera una mirada al pasar. ¿Qué habrá hecho, y por qué hizo tanta diferencia entre ellas?

Mientras trataba de explicarse la acción del Señor, Él mismo se le acercó y le dijo:

Mujer, ¡qué mal me has interpretado! La primera mujer necesita todo el peso de mi ternura y cuidado para poder afirmar el pie en el camino angosto. Ella necesita mi amor, mi interés y ayuda todo el día. Sin él, fallaría y caería.

La segunda tiene una fe más fuerte y un amor más profundo, y puedo estar tranquilo porque confía en mi, no importa lo que haga la gente.

La tercera, que según tú no noté y aún descuidé, tiene una fe y un amor de la más fina calidad.

A ella la preparo por medio de un proceso rápido y drástico para un servició sublime y santo. Ella me conoce tan íntimamente, y confía en mí hasta tal punto, que no depende de palabras ni de miradas ni de ninguna demostración externa de mi aprobación. No desmaya ni se desalienta ante ninguna de las circunstancias por las que la hago pasar. Confía en mí aun cuando el sentido, la razón y los instintos más finos del corazón natural se rebelarían. Sabe que estoy trabajando en ella para la eternidad, y aunque lo que hago no se lo explica ahora, lo entenderá después.

Callo en mi amor, porque amo más que lo que las palabras pueden expresar, o el corazón humano puede entender. Callo por amor a ti, para que aprendas a amarme y a confiar en mí en respuesta espontánea y espiritual a mi amor, sin que ningún estímulo externo pida tal respuesta.


Dios hizo la Mujer como un regalo viviente. Mirémosla y tratémosla como tal.
Toda la felicidad y la paz de Dios en este día..!

Fraternalmente,

7 de marzo de 2012

Señor, enséñame a envejecer así...

Señor, enséñame a envejecer como cristiano.

Convénceme de que no son injustos conmigo:
los que me quitan responsabilidad,
los que ya no piden mi opinión,
lo que llaman a otro para ocupar mi puesto...

Quítame el orgullo de mi experiencia pasada.

Quítame el sentimiento de creerme indispensable.

Señor, que en este gradual despojo de las cosas
yo solo vea la ley del tiempo...
y considere este relevo en los trabajos
como manifestación interesante de la vida
que se releva bajo el impulso de tu providencia.

Pero ayúdame, Señor, para que yo todavía sea útil a los demás:
contribuyendo con mi optimismo y oración a la alegría
y el entusiasmo de los que ahora tienen la responsabilidad;
viviendo en contacto humilde y sereno con el mundo que cambia,
sin lamentarme por el pasado que ya fue;
aceptando mi salida de los campos de actividad
como acepto con naturalidad sencilla la puesta del sol.

Finalmente, te pido que me perdones
si solo en esta hora tranquila caigo en la cuenta de cuanto me has amado
y concédeme que, al menos ahora, mire con mucha gratitud
hacia el destino feliz que me tienes preparado
y hacia el cual me orientaste en el primer momento de mi vida.

Señor, enséñame a envejecer así. Amén
Paz y bien

6 de marzo de 2012

Deístas o creyentes

Paz y bien
Jn 1, 18

El deísmo, es una postura filosófica que acepta la existencia y la naturaleza de Dios a través de la razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. En palabras más sencillas: un deísta es aquel que se inclina a creer en la existencia de Dios, pero no practica ninguna religión.

Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del universo. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino la habilidad de razonar. [1]

Muchos de los ateos de hoy no niegan propiamente a Dios, sino a las falsas imágenes de Dios que nosotros les presentamos.

Porque el Dios del Evangelio no es el Dios frío de la razón, la Causa Primera de la filosofía, el Primer Motor de la metafísica, el Dios inmutable e impasible, el Dios solterón aburrido en su cielo solitario, el Dios interesado o comerciante, el Dios almacenero, el Dios policía; no, nada de eso.

El Dios del Evangelio es el Dios cálido, como unos brazos de Padre, el Dios Padre de los hombres, el dios providente que cuida de sus hijos, el Dios que ama tanto a la humanidad, que entrega a su propio hijo para salvarla, el Dios que nos espera con los brazos abiertos, para perdonarnos o premiarnos, el Dios que quiere repartir con nosotros en rebanadas infinitas el pan de la felicidad.

El Dios-Hijo que muere para salvarnos, el Dios-Espíritu Santos que nos consuela y nos llena de amor. Este es el Dios del Evangelio.

Evidentemente, no es lo mismo ser deísta que ser creyente.
Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado.
Descubrir que Dios es nuestro Padre es la base de la cristiandad; asumida plenamente esta condición de hijo de Dios, uno comienza a ser en verdad cristiano.

Fraternalmente,



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[1] - Wikipedia


5 de marzo de 2012

Tus zonas erróneas

Paz y bien

Leía en el libro de auto ayuda -cuyo título sirve de título a esta entrada- escrito por el Dr. Wayme Dyer
La próxima vez que tengas que decidir acerca de tu propia vida, que tengas que hacer una elección personal, hazte a ti mismo una pregunta muy importante: “¿Cuánto tiempo voy a estar muerto?” Ante esa perspectiva eterna, puedes decidir ahora lo que prefieres, lo que eliges, y dejar a los que siempre estarán vivos las preocupaciones, los temores, la cuestión de si te lo puedes permitir y la culpabilidad. Si no empiezas a actuar de esta manera, ya puedes formularte la posibilidad concreta de vivir toda tu vida tal como los demás piensan que debería ser.  Ciertamente si tu estancia en la tierra es tan corta debería ser por lo menos agradable. En pocas palabras, se trata de tu vida, haz con ella lo que tu quieras.
Adiós a los cánones, a los patrones de conducta, a las cruces..., la máxima es «...debes confiar en tu capacidad de sentir emocionalmente lo que elijas sentir en cualquier momento dado de tu vida.»

No es posible prescindir de la cruz en la vida; pero no nos engañemos en imaginar cruces raras; la cruz toma la forma de una y mil circunstancias diarias en nuestra vida.

El cumplimiento de nuestros múltiples deberes suele ser cruz que gravita sobre nuestros hombros; la fiel ejecución de nuestras obligaciones familiares, profesionales, laborales..., la práctica sincera del amor a todos, aun a los que no nos resultan simpáticos..., la puesta al servicio de los demás, aun a costa de nuestra propia incomodidad, para que los demás estén bien y se sientan cómodos..., la aceptación de las cosas molestas que nosotros no buscamos, pero que nos vinieron solas, sin saber de donde ni por qué.... Todo eso constituye frecuentemente una pesada cruz, o no, pero una cruz al fin.

Feliz aquel que sufre y sabe para qué sufre, feliz el que sufre para que los otros sufran menos. La verdadera cruz cristiana tiene como brazo vertical la tensión hacia el cielo y como trazo horizontal el esfuerzo continuo por mejorar el mundo.

Fraternalmente,

4 de marzo de 2012

¿Quién es Jesús?

Paz y bien

2º Domingo de Cuaresma - B - Marcos 9, 2-10

Pedro, Santiago y Juan parecen -los tres- privilegiados. En realidad Jesús los lleva porque son los que mayor resistencia ponen al Maestro cuando les habla de su destino doloroso en la crucifixión.

Pedro ha intentado incluso, quitarle esas ideas absurdas de la cabeza; los hermanos Santiago y Juan le andan pidiendo los primeros puestos en el reino del Mesías. Ante ellos precisamente se transfigurará Jesús. Lo necesitan más que nadie.

La escena recreada con diversos recursos simbólicos, es grandiosa. Jesús se les presenta «revestido» de la gloria de Él mismo. Al mismo tiempo, Elias y Moisés -que según la tradición han sido arrebatados a la muerte y viven junto a Dios- aparecen conversando con Él. Todo invita a intuir la condición divina de Jesús, crucificado por sus adversarios, pero resucitado por Dios.

Pedro reacciona con toda espontaneidad «Señor que bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elias» No ha entendido nada. Por una parte, pone a Jesús en el mismo plano y al mismo nivel  que a Elias y Moisés: a cada uno su tienda. Por otra parte, se sigue resistiendo a la dureza del camino de Jesús: lo quiere retener en la gloria del Tabor, lejos de la pasión y la cruz del Calvario.

Dios mismo le va a corregir de maneras solemne: «Este es mi Hijo amado». No hay que confundirlo con nadie. «Escúchenle a Él» incluso cuando les habla de un camino de cruz, que termina en resurrección.

Solo Jesús irradia luz. Todos los demás, profetas y maestros, teólogos y jerarcas, doctores y predicadores, tenemos el rostro apagado. No hemos de confundir a nadie con Jesús. Sólo Él es el Hijo amado. Su palabra es la única que hemos de escuchar. Las demás nos han de llevar a Él.

Y hemos de escucharla también hoy, cuando nos habla de «cargar la cruz» en las circunstancias en que nos encontramos. El éxito nos hace daño a los cristianos. Nos ha llevado incluso a pensar que era posible una iglesia fiel a Jesús y a su proyecto del reino, sin conflictos, sin rechazo y sin cruz. Hoy se nos ofrecen más posibilidades de vivir como cristianos «crucificados». Nos hará bien. Nos ayudará a recuperar nuestra identidad cristiana.

La transfiguración de Jesús nos recuerda estas dos dimensiones: la divina y la humana. Hoy más que nunca el mundo necesita cristianos que sepan nivelar y vivir ambos aspectos de la figura y la vivencia del Señor. Si vivo un Dios enteramente divino estoy seguro que no entenderá mi pobre humanidad, porque lo divino es perfección y yo soy imperfecto… Si vivo un Dios enteramente humano, estoy seguro que será un dios que morirá conmigo. No seré semejanza de Él sino que será un Dios a mi medida… 

La vida del cristiano es escuchar en lo íntimo para pregonarlo al mundo. Llegar a esta meta nos llevará la vida entera. Hacer esta síntesis es entender la transfiguración…

Fraternalmente,


3 de marzo de 2012

Ven Señora a nuestra soledad...

Ven a nuestro corazón,
a tantas esperanzas que se han muerto,
a nuestro caminar sin ilusión.
Ven y danos la alegría 
que nace de la fe y del amor,
el gozo de las almas que confían
en medio del esfuerzo y del dolor.
Virgen clementísima, preséntanos al Padre, para que seamos agradables a Él.

Santa María del Espíritu Santo, ruega por nosotros..!


2 de marzo de 2012

La vida ¿un juego de naipes?

Paz y bien

Con frecuencia la vida se convierte en un juego de naipes en el que triunfa el as. La diferencia está en que para unos el as mayor es el de oro, para otros el de espada, para no pocos el de bastos y no falta quienes eligen el de copas.

As de oro para los que ponen sus esfuerzos en almacenar riquezas a toda costa y sin reparar en miramientos o en delicadezas de conciencia, que se juzgan puritanas; es de oro el que se piensa se pueden ganar todas las partidas, incluso la partida de la felicidad.

As de espadas para quienes todo lo quieren conseguir con la fuerza, sea de las armas, sea de las leyes políticas o sindicales.

As de bastos para quienes pretender arreglar el mundo a garrotazos, con violencia, con secuestros, con odios, guerras y crímenes.

As de copas para los despreocupados que tratan de ahogar en vino y licores, en fiestas y comilonas los sinsabores diarios, los problemas acuciantes para la sociedad o el vacío que ellos experimentan en su interior por falta de un sentido para la vida.

¿Es eso la vida? ¿Un juego de naipes?

Todos en el fondo tenemos un vacío difícil de llenar, por cualquier razón... y que a veces no intentamos modificar... ir un poco más allá de lo cotidiano, internarnos en el desierto que nos propone Dios, en busca de un silencio de equilibrio.

El desierto es un lugar donde la soledad posibilita el encuentro con uno mismo, y el silencio hace descubrir la simplicidad de la vida. Se pierden los encantos de las apariencias. Estar desnudos nos permite centrarnos en lo esencial, enfocando lo invisible para los ojos: la propia individualidad, el ser único e irrepetible en el mundo, lo transitorio que es la vida y la posibilidad de trascender en la historia.

Cuaresma es el escenario perfecto para evitar que la vida sea un juego de naipes y lograr eso si, que la vida sea el juego de las coincidencias con Dios.

Fraternalmente,


1 de marzo de 2012

Oh Jesús, estás ahí...


Sobre el altar, en el Copón, en la Custodia, en manos del Apóstol,

Humilde, como un día sobre el monte de la Bienaventuranzas, para enseñarnos la doctrina del cielo.

Transfigurado, como un día sobre el Tabor, para llenarnos como a los apóstoles de consuelo.

Retirado, como un día en Getsemaní, para orar por nosotros.

Expuesto, como un día en el balcón del Pretorio, para que nos compadezcamos de tí.

Glorioso, como un día sobre el monte de la Ascensión, para bendecirnos y anunciarnos que nos esperas en el cielo.

Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.

¡Suyo es el reino, el poder y la gloria!




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Visitas a Jesús Sacramentado