11 de mayo de 2014

Para que la libertad...

El Lenguaje de la esclavitud es la queja
el lenguaje de la libertad, es la alabanza
 IV domingo de pascua, A, 2014. Juan 10, 1-10

La libertad del hombre no es pura indeterminación. Sin una orientación, sin un fin que alcanzar, la libertad no podría actuar inteligentemente. Pero, además, como el caminante que quiere llegar a una ciudad necesita de carteles indicadores y, al seguirlos, no pierde la libertad, sino todo lo contrario. El hombre necesita de unas normas para ser libre, y para seguir siéndolo.

6 de mayo de 2014

Fe atea



 En los días de riqueza piensa en la carencia de todo, 
en la abundancia sé consciente de la miseria.

No hay ningún hecho conocido en la historia que se pueda comparar con la resurrección de Jesús, como tampoco hay nadie que lo haya visto resucitar, porque pertenece a una esfera del mundo totalmente nueva.

4 de mayo de 2014

Claroscuros de la fe...


III Domingo de Pascua, Evangelio según San Lucas 24,13-35.

«Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe, y también aquellos que han muerto en Cristo se han perdido. Si tenemos esperanza en Él solamente para esta vida, somos los más desgraciados de todos los hombres». Tal es el célebre escrito de Pablo a la comunidad de Corinto.

1 de mayo de 2014

Dignidad humana y bien común


Nada hay más indecente que condenar al que necesita
a sobrevivir en el mundo de los olvidados

El papa Francisco pidió hoy a través de su cuenta de twitter, a quienes tienen responsabilidad política "no olvidar dos cosas: la dignidad humana y el bien común", al conmemorarse el Día Internacional de los Trabajadores y me acordé de la decisión del gobierno argentino de no publicar las estadísticas de pobreza del segundo semestre de 2013

29 de abril de 2014

Dos santos, un mensaje


Francisco busca cerrar las divisiones de la Iglesia

La canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II , quedará en la historia como el " día de los cuatro papas ". Pero la canonización de dos papas tan distintos, considerados cada uno a su manera "hombres de Dios" y santos por la opinión pública, también quedará en la historia como una astuta decisión política de Francisco.

Al elevar al honor de los altares a Juan Pablo II, el "papa viajero" que visitó un centenar de países y, para muchos, hombre de posturas conservadoras, y a Juan XXIII, el "papa bueno" que modernizó el catolicismo con el Concilio Vaticano II, Francisco envía al mundo un mensaje de unidad entre dos maneras de ver la doctrina y el gobierno de la Iglesia, que marcan claras líneas divisorias entre conservadores y reformistas. Es, en definitiva, una canonización para unificar y dejar atrás las luchas internas entre unos y otros.

Con su determinación, Francisco también recuerda al mundo que aún queda mucho del Concilio Vaticano II por poner en marcha, sobre todo en cuanto al gobierno colegial de la Iglesia y su descentralización, y a la importancia de la misericordia. No es casual que la fecha de la canonización coincida con el segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia.

"La misericordia, elegida como programa de pontificado de los dos papas, es el común denominador de la canonización de dos figuras distantes en el tiempo y lejanas desde el punto de vista del recuerdo, ya que mientras todo el mundo recuerda a Juan Pablo II, sólo los más ancianos tienen memoria de Juan XXIII", dijo a LA NACION Luigi Geninazzi, periodista del diario Avvenire que conoció de cerca a Karol Wojtyla.

Al principio, cuando trascendió que Juan Pablo II (1978-2005), un ídolo en su tierra, que hizo 104 viajes por el mundo y atrajo a la Iglesia a millones de jóvenes, iba a ser canonizado con otra persona, los polacos no lo tomaron bien, destacó Geninazzi.

"Les costó, pero después entendieron la enorme importancia y la sabia decisión de Francisco de querer enfrentar la santidad con una perspectiva histórica: Juan XXIII [1958-1963], el papa que abrió el Concilio Vaticano II, y Juan Pablo II, el papa que intentó realizar el Concilio lo más posible, llevando el mensaje del Evangelio a todo el mundo, después de la fase crítica y turbulenta de Pablo VI y el pos-Concilio", explicó.

Fuera de esas coincidencias, la doble canonización -a la que asistió un millón de personas- es vista como una manera de equilibrar la figura de Juan Pablo II con la de Juan XXIII.

Más allá de los viajes, de haber sido el primero en pisar un templo judío y de descalzarse en una mezquita, el papa polaco es cada vez más percibido como un conservador en cuanto a la vida interna de la Iglesia.

"Canonizar a un papa puede dar lugar a divisiones en la Iglesia si se vuelve un intento de un sector de imponer su modelo de papado en el futuro, reforzando el legado de su papa favorito", dijo el reverendo norteamericano Thomas Reese.

"La solución de Francisco es brillante, desde el momento que los dos papas son totalmente distintos y no canoniza ningún modo de ser papa. Lo deja libre de seguir su propio camino", agregó.

El proceso de canonización de Juan Pablo II, el más rápido de los últimos 500 años, fue criticado por los sectores progresistas. "En la orgía mediática y en las emociones de masa de estos días, no es fácil comunicar la opinión contraria que se manifestó en la Iglesia desde el primer día, cuando los movimientos fundamentalistas pretendieron el « santo subito» para Juan Pablo II. Pero para nosotros es un deber de conciencia hablar una vez más en voz alta, es un deber ante todo hacia nuestra Iglesia", dijo Vittorio Bellavite, representante del grupo progresista Nosotros somos Iglesia.

Bellavite reconoció como "méritos evangélicos e históricos" de Wojtyla el encuentro de Asís, en 1986, con las religiones de todo el mundo, el mea culpade marzo de 2000 por los pecados de la Iglesia en la historia y su hostilidad contra la guerra.

"Pero en general constatamos grandes límites y errores, como la represión de los teólogos no alineados; las posiciones en materia de moral sexual; el rechazo a un verdadero debate sobre la condición de la mujer en la Iglesia y sobre el celibato eclesiástico, el silencio ante los abusos sexuales del clero sobre menores; la aceptación de estructuras financieras, como el Instituto de Obras Religiosas, a menudo cómplices de poderes oscuros y criminales; el abandono de cualquier paso en la dirección de la colegialidad episcopal; la designación de obispos casi todos de orientación conservadora; la condena de la Teología de la Liberación; la desconfianza hacia monseñor Oscar Romero [asesinado en El Salvador por denunciar los crímenes del régimen militar] y de los movimientos populares en América latina", especificó Bellavite.

Francisco llegó al trono de Pedro cuando el proceso de canonización exprés de Juan Pablo II ya estaba prácticamente terminado. El proceso de Juan XXIII, beatificado por el papa polaco el 3 de septiembre de 2000, en cambio, se encontraba estancado. Y así como Benedicto XVI decidió no esperar los cinco años que, según las reglas, deben pasar luego de la muerte del candidato para que pueda abrirse el proceso de canonización, Francisco también optó por romper los esquemas.

En lo que se interpretó como una señal clara de su determinación a poner en marcha toda esa riqueza del Concilio Vaticano II que aún debe ser explotada, decidió canonizar a Roncalli pro gratia , es decir, en ausencia de un segundo milagro en su intercesión, que normalmente es necesario para llegar a ser santo. El primer milagro por el cual fue beatificado Juan XXIII fue la curación inexplicable de una monja italiana.

"Uniendo en una sola ceremonia a Juan XXIII y a Juan Pablo II, Francisco no se dejó enredar en un «matrimonio» complicado, sino que quiso subrayar ante los fieles de todo el mundo el espíritu dinámico propio de estos dos papas", dijo Marco Politi, prestigioso vaticanista de Il Fatto Quotidiano.

Francisco está convencido de que la Iglesia tiene que moverse, ir hacia adelante, dejando atrás estructuras fosilizadas y actitudes pastorales inquisitorias.

Paz y bien


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Huellas de Elisabetta Piqué

22 de abril de 2014

Que domine la razón y el corazón


Todos llevamos dentro de nosotros mismos un altar en el que hemos entronizado a nuestro YO y al que le rendimos culto con excesiva frecuencia e intensidad.

19 de abril de 2014

El sentido de la vida

1 Cor, 7, 20

Todo tiene su razón de ser en el mundo: el frío del invierno y el calor del verano, la fuerza del viento y la calma de la atmósfera, la luz y la sombra...

Vos también tenés una razón de ser en la vida; tu vida tiene una misión que ha de ser cumplida por vos y sólo por vos, porque esa misión es personal e inalienable.

Todo tu esfuerzo debe consistir en llegar a conocer cuál es esa misión, cuál es la razón de ser de tu vida; Dios tiene para vos unos planes que debes realizarlos; si no llegas a conocer esos planes, no los podrás cumplir; pero, si los conoces, debes dedicarte plenamente a su realización y entonces verás como tu vida es plena y que descubriste en verdadero sentido de la misma.

¿Que es pues, el sentido de la vida? Es aquel valor que da valor a todos los demás valores. De pronto, todo lo que es y hace una persona (palabras, actitudes, reacciones...) aparece revestido de un color y brillo tan particulares que no se puede explicar con palabras.

Eso es el sentido de la vida. Es... ¿como decirlo? un cierto tono de alegría que no se traduce en una risa ni en una sonrisa; que envuelve a algunas personas vistiéndolas como de un aire primaveral  y que todos perciben desde lejos y dicen: “esa persona tiene un no se que, que no se como calificarlo, pero, ¡se le ve tan felíz!

Es, en fin, aquella sensación de plenitud que, en el otoño de sus años, al volver sus miradas hacia atrás, les hace exclamar a algunas personas: valió la pena, de verdad, fue una hermosa aventura.


Paz y bien