A mayor amor, mayor generosidad
Dios
no puede ser más bondadoso con el hombre, le concede tantos beneficios,
le concede tantas gracias.., realmente, Dios ya no puede hacer más por
el hombre.
En
cambio, el hombre, suele ser desagradecido con Dios; no solamente no le
agradece lo que recibe de El, sino que incluso emplea los mismos dones
de Dios para rebelarse contra El.
No
podría quejarse de Judas, que tuvo tanto apuro por cometer su
sacrilegio, que no tuvo paciencia para esperar la segunda comunión, sino
que ya en la primera comunión efectuó su sacrilegio!
Dios no pudo hacer más, el hombre no pudo hacer menos.
Dios no pudo dar más, el hombre no pudo responder menos.
Dios no pudo ofrecer más, el hombre no pudo rebajarse menos.
Pero
Dios está empeñado en sacar luz de las tinieblas, vida de la muerte,
generosidad de la negación; ojalá Dios ahora salga con la suya y
nosotros no salgamos con la nuestra.
«El que siembra escasamente, escasamente cosecha y el que siembra a manos llenas, cosecha en abundancia. Cada cual de según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues Dios ama al que da con alegría»
La
medida de nuestra generosidad la tiene que dar nuestro corazón, nuestro
amor a Dios; es regla de proporción directa: a mayor amor, mayor
generosidad.
Fraternalmente,
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