Oh Jesús, estás ahí...
Sobre el altar, en el Copón, en la Custodia, en manos del Apóstol,
Humilde, como un día sobre el monte de la Bienaventuranzas, para enseñarnos la doctrina del cielo.
Transfigurado, como un día sobre el Tabor, para llenarnos como a los apóstoles de consuelo.
Retirado, como un día en Getsemaní, para orar por nosotros.
Expuesto, como un día en el balcón del Pretorio, para que nos compadezcamos de tí.
Glorioso, como un día sobre el monte de la Ascensión, para bendecirnos y anunciarnos que nos esperas en el cielo.
Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti y te
conceda lo que pidas, vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.
¡Suyo es el reino, el poder y la gloria!
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Visitas a Jesús Sacramentado
Gracias ,por esta reflexión no se que decir lo has dicho todo sólo que cada vez que ÉL entre en nosotros sea el mejor momento de nuestra vida y donde somos meno nosotros y más ÉL que Dios te bendiga amigo un abrazo fuerte y unidos en oracióngracias me ha gustado tu reflexión.
ResponderBorrarHago una reflexión muy parecida, cuando estoy ante Él en el Sagrario y sigo sin captar tanto amor.Sé que un día me lo explicará.
ResponderBorrarUn abrazo
Lo leí, lo aprendí y esta tarde ante el Sagrario lo he repetido una y otra vez...
ResponderBorrarGracias!
Te abrazo.
GRacias SEñor por seguir allí y no marcharte, aun cuando mi cabeza se vaya en otros mil viajes
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