20 de marzo de 2012

Jesús, me abrazo a la cruz

Señor, te extiendes en la Cruz todo lo largo que eres.
Ya está. Perfecto. No hay nada que tocar, te está a la medida.
Así, Señor, yo debo unir mi cuerpo, mi corazón, mi espíritu,
y, tan largo como soy, tenderme sobre la cruz del momento presente.
Y no tengo derecho a elegir la madera de mi pasión:
la cruz ya está esperando mi medida.
Tu me la ofreces cada día, cada minuto y yo debo ocuparla.
No es agradable, Señor... el momento presente es tan estrecho
que no hay modo de darse en él la vuelta.
Con todo, Señor, yo no te encontraré en otra parte,
es ahí donde tú me esperas,
es ahí donde, tú y yo juntos, salvaremos a nuestros hermanos.
Amén
Paz y bien

2 comentarios:

  1. Buenos día, gracvias por este compartir el estar colgado de la mano de Dios es la gran felicidad en la tierra, pero dejarse abrazar de la cruzes sabe que estamos en su presencia, gracias muy unidos en oración y un abrazo

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  2. Cierto, no es agradable.
    Muchas veces tengo la esperanza secreta de que a base de amar la cruz desaparezcan los dolores. Pero no es así.
    y sin embargo me ata a ella lo que tu dices: allí está el Señor, ese es el punto de encuentro.
    Gracias por recordarmelo

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«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.