La fuerza de la razón y del amor

Paz y bien
1 Cor 1, 31

Pretender que en la vida no haya dificultades y no tengamos que realizar esfuerzos, es pura utopía; mirando al futuro, es necesario distinguir dos cosas: el esfuerzo y el resultado. El esfuerzo depende de mi, el resultado no.

En lo que depende de mi, debo lanzarme al combate con todas las armas y todos los medios a mi alcance: la experiencia de la vida, la colaboración de los demás, el sentido común, la ley de la proporcionalidad, el idealismo, el entusiasmo, la discreción... En un campo de batalla, el estratega no puede descuidar ningún detalle; de una pequeña imprevisión, pude depender una derrota.

De igual manera, en cada proyecto de tu vida, luego de proponerte una meta alta, razonablemente alta, debes poner acción, con sagacidad y tesón, todos los medios de que dispongas para alcanzar la meta. Debe haber, pues, una pasión. Pero también debe haber paz.

Pero he de tener presente que el éxito, el triunfo, nunca lo conseguirá el cobarde sino el valiente. Ser cobarde no es ninguna hazaña, cualquiera puede serlo; ser valiente es propio de los grandes espíritus y uno no querría quedarse en dimensión de pigmeo, uno pretende llegar a la altura de su propia madurez.

Quédate en paz con la satisfacción de haber hecho lo que estaba en tus manos, aceptando la realidad tal como es; ocupado, sí; pero nunca preocupado. Este es, pues, el secreto para el combate de la vida: engarzar en un mismo atado estas dos energías bien distintas: pasión y paz.

Por todo esto necesitas valentía; de los valientes es el éxito, de los valientes es el triunfo; los valientes consiguen la tierra y alcanzan el cielo; los valientes se dominan a si mismos y se imponen a los demás. Se imponen, no por razón de la fuerza, sino por la fuerza de la razón; o si quieres, mejor: se imponen por la fuerza de la razón y del amor.

¿Podré alguna vez decirle al Señor “ya te he dado suficiente”? «El que se gloríe, gloríese en el Señor»

Fraternalmente,


Dominus Providebit

Comentarios

  1. Pasion y Paz...estas son mis armas Claudio...tan apasionada y temperamental como soy he de acogerme a la Paz que solo El me dá para llegar al final de la jornada con la Paz que desde que comienza el dia El me regala todo confiado....el combate es puñetero a veces pero si me confio del todo a El tengo garantizada esa Paz que no se acaba con nada!!!un abrazo...siempre me ayudas.

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