“Llegué a esta hora para enfrentar esta angustia”
Paz y bien
5º Domingo de Cuaresma, B, Jn 12, 20-33
La Cruz es algo nuclear en el cristianismo. Jesús nació para morir en ella, para triunfar en ella, y ésa será la señal de los cristianos. Nosotros no la toleramos, la amamos, porque es nuestro lugar, como lo fue para el Señor. Él se ilusionó por la Cruz, suspiró por ella, la amó; y por eso rechazó a Pedro que quería alejarle de ella.
Si nosotros hemos de amar lo que Él amó, tener sus mismos sentimientos, también hemos de amar la Cruz, querer ser corredentores, ser crucificados con Cristo.
Es una de las paradojas del cristianismo: para ser glorificados hay que pasar por la humillación, para tener vida espiritual y dar vida a los demás es necesario morir, ser mortificados; pero es el camino.
Estos días lo consideramos al contemplar la Pasión y Muerte del Señor. El sufrimiento en los hombres es un misterio, pero el cristiano que une su dolor al de Cristo puede entender su significado salvífico.
El sufrimiento es un lugar privilegiado donde podemos ejercitar la Fe, la Esperanza y la Caridad, donde podemos acercarnos con rapidez al Padre, como estaba unido Jesús a su Padre. El dolor nos puede dar una gran solidaridad con Cristo, que sabe lo que es sufrir y se ha unido de tal manera con el que sufre para hacerle entender lo que significa ser hijo de Dios.
5º Domingo de Cuaresma, B, Jn 12, 20-33
La Cruz es algo nuclear en el cristianismo. Jesús nació para morir en ella, para triunfar en ella, y ésa será la señal de los cristianos. Nosotros no la toleramos, la amamos, porque es nuestro lugar, como lo fue para el Señor. Él se ilusionó por la Cruz, suspiró por ella, la amó; y por eso rechazó a Pedro que quería alejarle de ella.
Si nosotros hemos de amar lo que Él amó, tener sus mismos sentimientos, también hemos de amar la Cruz, querer ser corredentores, ser crucificados con Cristo.
Es una de las paradojas del cristianismo: para ser glorificados hay que pasar por la humillación, para tener vida espiritual y dar vida a los demás es necesario morir, ser mortificados; pero es el camino.
Estos días lo consideramos al contemplar la Pasión y Muerte del Señor. El sufrimiento en los hombres es un misterio, pero el cristiano que une su dolor al de Cristo puede entender su significado salvífico.
El sufrimiento es un lugar privilegiado donde podemos ejercitar la Fe, la Esperanza y la Caridad, donde podemos acercarnos con rapidez al Padre, como estaba unido Jesús a su Padre. El dolor nos puede dar una gran solidaridad con Cristo, que sabe lo que es sufrir y se ha unido de tal manera con el que sufre para hacerle entender lo que significa ser hijo de Dios.
Acepto ya desde ahora la Cruz cuando aparezca en su sorpresa o en su aspereza. Quiero amarte, Señor, en todas esas pequeñas cruces con las que me encuentro cada día: la intensidad y perfección en el trabajo, el cumplimiento de los deberes, la caridad esforzada, tener que cargar con las necesidades de los demás.Fraternalmente,
Dame tu gracia para que no me canse, para que no me queje, para que te sea fiel en lo que me parece grande y en lo que me parece pequeño. Amén.
†
Dominus Providebit
Las huellas de Jesus Martínez García
"Dame tu gracia para que no me canse, para que no me queje, para que te sea fiel en lo que me parece grande y en lo que me parece pequeño. Amén."
ResponderBorrarMe lo llevo si?, como si fuera una jaculatoria la haré mía para repetirla a solas.
Te abrazo.
Tb me apunto a la jaculatoria
ResponderBorrarDame tu gracia...
Amén