María, socorro de los necesitados
Virgen alada pintura de Miguel de Santiago, exponente de la escuela quiteña del siglo XVII «Te saludamos, oh María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se puede extinguir, corona de la virginidad, cetro de la fe ortodoxa, templo incorruptible, lugar del que no tiene lugar, por quien nos ha sido dado Aquel que es llamado bendito por excelencia y que ha venido en nombre del Padre. Por ti la Trinidad es glorificada, la cruz es celebrada y adorada por toda la tierra, por ti los cielos se estremecen de alegría, los ángeles se regocijan, los demonios son puestos en fuga, el demonio tentador cae del cielo y la criatura caída es puesta en su sitio» (san Cirilo) Santa María, socorro de los necesitados, extiende tu mano a los que necesitan de ti. Amén † Dominus Providebit