17 de febrero de 2012

Ser felices es una consecuencia


Paz y bien
Eclesiástico 1, 12

El hombre es como un inmenso pulmón, sediento siempre de oxígeno... como un inmenso corazón, hambriento siempre de sangre; el oxígeno, la sangre que el hombre ansía es la felicidad.

A veces buscamos la felicidad fuera de nosotros mismos y nos equivocamos, lamentablemente; pues la felicidad está dentro de nosotros mismos y la construimos nosotros mismos.

Nuestra felicidad es la consecuencia de la que hemos procurado a otros; tal vez, una mamá sepa de esto, que sonríe feliz junto a la cama de su hijo dormido después de un día de trabajo para él.

No tenemos derecho a gozar de la felicidad, si no la creamos en torno nuestro; como no lo tenemos a disfrutar de la riqueza si no la producimos. Nuestra principal tarea en esta vida es ser felices; así lo quiere Dios... pero el camino más corto y más seguro para serlo es hacer felices a los demás, no hay otra manera.
“El temor del Señor deleita el corazón, da gozo, alegría y larga vida”
Felicidad comienza con fe, la fe será, pues, la condición indispensable para una profunda y permanente felicidad.

1 comentario:

  1. Justo esto es mi lema.....estar contento, entusiasmado con lo que haces y crear a mi alrededor un ambiente adecuado para que salga lo mejor de nosotros mismos...esta es la felicidad...lo hacia con un arte espectacular mi padre, que ya está en el cielo.....y entonces atraes como la miel a los demas a ver a Dios palpable y cercanisimo.......
    Hay personas que aun arrastran la culpa y no se perdonan ningun fallo.....y esto amarga a los de su alrededor....es asi. Me encanta te entrada Claudio....Que tengas un dia lleno de la Alegria que solo viene de sentirnos y sabernos amados de Dios nuestro Papaito....

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.