La unidad que tenemos?
Paz y bien
Leía en el matutino La Nación que en la homilía pronunciada en una Basílica de San Pedro teñida de rojo por la presencia de más de 120 cardenales de todo el mundo, el Papa Benedicto XVI llamó a sus máximos colaboradores a evitar caer en la "lógica del poder y de la gloria" y a ser servidores de la Iglesia, fieles al ejemplo de Cristo.
De la homilía resaltan estos párrafos
Dijo además
Pero esa unidad no vendrá si primero no quemamos en las llamas del amor todo el odio, el rencor, las rencillas, las divisiones que nos están separando y amargando. Si no es por el olvido, el perdón y el amor, nunca llegaremos a la unidad de la Santa Iglesia Católica primero, y de todos los cristianos después.
Es preciso que nos fijemos más en la meta hacia la que todos vamos, que es Dios, y menos en los caminos por los que vamos a la meta.
La gran petición de Cristo a Padre fue la unión de sus discípulos “Padre Santo, guárdalos en ese tu Nombre que a mi me diste, para que todos sean uno como nosotros (...) que todos sean uno como Tu, Padre, estás en Mí y Yo en Tí. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que Tú me has enviado”.
Me conmueve el pedido final de nuestro Papa "Y recen también por mí, para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia", porque lo veo solo, muy solo. Tan solo que, hace unos días, un editorial de L'Osservatore Romano, que recordó en primera página el 30° aniversario del arribo a Roma de Joseph Ratzinger, describió al Pontífice como "un apacible pastor" rodeado "de lobos": una metáfora que resumió el clima dramático que reina en estos días en el Vaticano.
Fraternalmente,
Leía en el matutino La Nación que en la homilía pronunciada en una Basílica de San Pedro teñida de rojo por la presencia de más de 120 cardenales de todo el mundo, el Papa Benedicto XVI llamó a sus máximos colaboradores a evitar caer en la "lógica del poder y de la gloria" y a ser servidores de la Iglesia, fieles al ejemplo de Cristo.
De la homilía resaltan estos párrafos
"El servicio a Dios y a los hermanos, el don de sí: ésta es la lógica que la fe auténtica imprime y desarrolla en nuestra vida cotidiana y que no es, en cambio, el estilo mundano del poder y la gloria"Sus palabras fueron una alusión directa al clima envenenado que se respira en el Vaticano, golpeado por una fuga inédita de documentos reservados y cartas anónimas que sacaron a la luz intrigas varias, incluido un inverosímil complot de atentado contra el Santo Padre.
"Dominio y servicio, egoísmo y altruismo, posesión y don, interés y gratuidad: estas lógicas profundamente contrarias se enfrentan en todo tiempo y lugar. No hay ninguna duda sobre el camino escogido por Jesús: El no se limita a señalarlo con palabras a los discípulos de entonces y de hoy, sino que lo vive en su misma carne. En efecto, explica: «Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por la multitud». Estas palabras iluminan con singular intensidad el consistorio público de hoy. Resuenan en lo más profundo del alma y representan una invitación y un llamamiento, un encargo y un impulso especialmente para ustedes, queridos y venerados hermanos, que están a punto de ser incorporados al Colegio Cardenalicio".
Dijo además
"A los nuevos cardenales se les confía el servicio del amor: amor por Dios, amor por su Iglesia, amor por los hermanos con una entrega absoluta y sin condiciones, hasta derramar su sangre si fuera preciso, como reza la fórmula de la imposición de la birreta e indica el color rojo de las vestiduras...".Y se me ocurre -claramente- la idea de unidad. La unión hace la fuerza, pero cuando esa unión no es física, de fuerzas, sino de corazones, entonces es mucho más positiva. Cristo ha predicado la unión de todos en un mismo Padre, que es Dios.
"Queridos hermanos y hermanas, recen para que en ellos (los cardenales) se refleje de modo vivo nuestro único Pastor y Maestro, el Señor Jesús, fuente de toda sabiduría, que indica a todos el camino".
Pero esa unidad no vendrá si primero no quemamos en las llamas del amor todo el odio, el rencor, las rencillas, las divisiones que nos están separando y amargando. Si no es por el olvido, el perdón y el amor, nunca llegaremos a la unidad de la Santa Iglesia Católica primero, y de todos los cristianos después.
Es preciso que nos fijemos más en la meta hacia la que todos vamos, que es Dios, y menos en los caminos por los que vamos a la meta.
La gran petición de Cristo a Padre fue la unión de sus discípulos “Padre Santo, guárdalos en ese tu Nombre que a mi me diste, para que todos sean uno como nosotros (...) que todos sean uno como Tu, Padre, estás en Mí y Yo en Tí. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que Tú me has enviado”.
Me conmueve el pedido final de nuestro Papa "Y recen también por mí, para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia", porque lo veo solo, muy solo. Tan solo que, hace unos días, un editorial de L'Osservatore Romano, que recordó en primera página el 30° aniversario del arribo a Roma de Joseph Ratzinger, describió al Pontífice como "un apacible pastor" rodeado "de lobos": una metáfora que resumió el clima dramático que reina en estos días en el Vaticano.
Fraternalmente,
Rezo por esa soledad del Papa Claudio... a veces estoy yo solisima agarrada a la Crua de Jesus y El es el unico que me conforta y me dice Sigueme, no preguntes nada ...tu sigueme y esto me dá tantas veces la Vida ..un abrazo
ResponderBorrarMuchas veces, cuando siento pequeñas difultades y pequeños ataques, se me viene a la mente el Santo Padre. Entiendo muy bien lo que significa cuando leo o escucho que hay que rezar por el sufrimiento del Papa. ¡Es el Pastor que no deja de cuidar a su rebaño en medio de todos los peligros!
ResponderBorrarAbrazos
Me parece tremendo eso de "un pastor apacible rodeado de lobos". Históricamente, hemos tenido periodos con unos Papas de echarse a temblar, pero llevamos como mínimo un siglo y medio con unos titanes de santidad que es para darse con un canto en los dientes. Y, ¿qué hacemos? Darles caña.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.