31 de enero de 2012

Dos vidas y una cruz

Paz y bien
Gal 2, 19-20

Hay una vida alegre, una vida en la que todo sale bien y en la que gozamos de todos y de todo. Una vida llena de optimismo, de éxitos, de nuevos planes que se llevan a cabo; una vida de ilusiones realizadas... una vida de paz y comprensión con los propios y los ajenos.

Y también hay una vida de dolor; una vida en la que nuestra enfermedad muerde nuestro cuerpo; una vida en la que la enfermedad de alguno de los nuestros aprieta nuestro corazón; una vida de dificultades y de fracasos, de pobreza y de falta de trabajo, de incomprensiones, de lágrimas y angustias... de sentida soledad.

Pero también puede haber una vida que sea la suma de las dos anteriores, vale decir: una vida que no sea solamente de alegría o de dolor, sino que llegue a ser de alegría en el dolor; la alegría y el dolor probablemente te vendrán de Dios, pero el hacer de la vida una vida de alegría en el dolor dependerá exclusivamente de nosotros.

Pero eso no lo lograremos sino miramos el dolor en la cruz; la cruz sin Cristo se vuelve insoportable, pesada y cruel; Cristo en la cruz la hace llevadera.

Lo dice nuestro cantar popular
“En nuestros hogares tendrá la gracia residencia, y en el trabajo en las escuelas repartiremos nuestros colores y estando alegres, renovaremos nuestros corazones hasta acabar en el cielo”
Fraternalmente,

30 de enero de 2012

El reflejo de la luz eterna


Paz y bien
Sab. 7, 21-30

“Yo conocí todo lo que se ve y lo que está oculto, 
porque la Sabiduría lo hizo todo y me lo enseñó

En ella hay un espíritu inteligente, santo, único,
múltiple, delicado, móvil, distinto, claro,
puro y que no se corrompe, 
amante del bien, agudo,
irrefrenable, bienhechor, amigo del hombre,
firme, seguro, sereno,
que puede hacer todo y observa todo.

Ella penetra en todos los espíritus:
los inteligentes, los puros y delicados.
La Sabiduría supera en movilidad 
a cualquier cosa que se mueva,
todo lo atraviesa y lo penetra, gracias a su pureza.

Ella es un derrame del poder de Dios,
una emanación pura de la Gloria del Todopoderoso,
en la cual no penetra ninguna cosa manchada.
Es un reflejo de la luz eterna,
un espejo limpio de la actividad de Dios,
una imagen de su perfecta bondad.

Siendo única lo puede todo,
sin salir de si misma lo renueva todo,
viene a las almas santas a lo largo de los tiempos
y hace de ellas amigos de Dios y profetas,
porque Dios ama solamente a los que viven con la sabiduría.

Es ella, en efecto, más bella que el sol,
más hermosa que el cielo estrellado.
Ella es más luz que la luz
porque la luz se deja vencer por la noche,
pero contra la sabiduría el mal no puede prevalecer.”

El cristiano considera su unión con Dios más preciosa que su misma vida. Procura compartir ésta sabiduría con los que lo rodean y hace que sus vecinos, sus hermanos, su familia avancen cada día más es esa misma amistad. 

No es más sabio el que más conocimientos tiene, sino el que mejor sabe transmitirlos a los demás, sobre  todo cuando lo que transmite es la amistad con Dios.

Fraternalmente, 

29 de enero de 2012

Libres para amar

Paz y bien

Domingo 4º - Ciclo B - T.0. Marcos 1, 21-28

Jesús hizo milagros saltándose las leyes de la naturaleza y la fuerza del poder diabólico, así asombraba a quienes quería evangelizar para que le creyeran. Pero en ningún momento cambió la voluntad de ninguna persona. Él, que puede forzar las cosas para que cambien, no quiere forzar a nadie. Ese don que ha dado a cada uno es tan grande, que Dios prefiere que el hombre lo utilice mal y le ofenda, y se pierda para siempre, antes que privarle del gran don de la libertad.

La libertad es el instrumento con el que podemos hacer el bien, con el que podemos amar a Dios y orientar bien nuestra vida. Dios no quiere esclavos obligados; desea que los hombres le amemos voluntariamente. Para eso cada uno ha de conocer la verdad, los verdaderos bienes -no los aparentes- que enriquecen al hombre y le hacen feliz. Los Mandamientos y las Bienaventuranzas con caminos de libertad, de amor y de felicidad. El pecado es siempre una equivocación respecto al bien del hombre, y la consecuencia en el plano humano es el sentimiento de culpa y el sufrimiento. Las consecuencias en el plano sobrenatural son peores.

Jesús sorprende a sus interlocutores para que acaben asombrados y entiendan que les habla con autoridad. Él mismo va por delante y vive lo que enseña. Se trata de que el espectador acepte libremente sus palabras y le obedezca.

Tratándose de Jesús, los hechos tienen la primera y definitiva palabra. Y de esos hechos nace una autoridad incomparable. El que enseña con autoridad y exorciza con autoridad primero ha mostrado esa autoridad sobre la historia nuestra, que en sus manos se reconstruye, limpia y florece.
«Señor Dios, que respetas tanto nuestro modo de ser y nuestra libertad, queremos escuchar tu voz, seguir tu doctrina y ponerla en práctica, sabiendo que es lo mejor para nosotros; pero sobre todo es el modo que tenemos de demostrarte nuestro amor. Queremos obedecerte libremente y no tener otra libertad que la de amarte. No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del Maligno.»
Libres para amar, para vivir el evangelio. Libres para elegir lo que más nos lleva hacia Él, hacia los otros y hacia una vida más auténtica. Libres para soñar, con los pies en la tierra y el corazón en la eternidad. Libres para romper las cadenas que nos mantienen a medias. Libres para abrazar la cruz… pero después dejar los sepulcros vacíos . Así nos quiere, libres...

Fraternalmente,

28 de enero de 2012

Alegría de verdad

Paz y bien
Prov 8, 34-36

Todos anhelamos la alegría, una verdadera alegría, que no siempre se consigue.

“Si quieres estar triste, piensa solamente en ti; si quieres estar alegre, piensa en Dios” 
Y es cierto porque al pensar en uno mismo, encontraremos sobrados motivos para la tristeza, porque somos poca cosa, limitados y débiles; en cambio, al pensar en Dios, hallaremos razones serias para alegrar el espíritu, porque Dios es bondad y amor... y la bondad y el amor no pueden menos que producir una sana alegría.

Quien está lejos de Dios, el que vive lejos de Dios o prescindiendo de Él, está alejado de la fuente de la alegría y de la paz; por el contrario, el que vive en Él y con  Él, queda absorbido por la paz del Señor que colma sus deseos de felicidad.

Y entonces, es cuando uno descubre que la vida merece vivirse y que uno puede tener paz, aun en los fracasos y en las propias deficiencias.
“El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le dé, se convertirá en él en fuente que brota para la vida eterna” (Jn 4, 14)
Nadie tantos motivos para vivir feliz, como el cristiano.

Fraternalmente,



27 de enero de 2012

Diálogo


Paz y bien

Entre un discípulo y su sabio maestro:
- No entiendo por qué Dios se queda pasivo ante el sufrimiento y no hace nada por sus hijos.

- No, El siempre está ahí con su amor y su luz y te ayuda a crecer con el dolor y a llevar la cruz.

- ¿Será?  Hay penas y ofensas devastadoras y lo ponen a uno dudar de la existencia de un Dios de amor.

- Es cierto pero no son un castigo y, quien las acepta, un día reconoce cuánto  evolucionó en ese crisol.

- Entonces ¿es necesario sufrir para evolucionar espiritualmente?

- No, hay dolores inútiles, fruto del desamor, pero otros sí llegan para practicar el amor real.
Sólo cuando hay ofensas ejercitas el perdón y sólo en grandes pruebas practicas fe, desapego, aceptación y fortaleza.

Ciertamente la vida no es fácil y cuesta aceptar las podas para poder cosechar buenos frutos.

Fraternalmente,


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Leído en Oasis


Exclusión social, exclusión de Dios


Paz y bien

Con una llamada a la globalización de la solidaridad, la Conferencia del Episcopado Latinoamericano expresaba en su documento de Aparecida (2007) su preocupación por un nuevo fenómeno, peor que la opresión y la explotación: “la exclusión social”. Con este fenómeno “queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está afuera”. Los excluidos –se añade–  no son solamente “explotados”, sino “sobrantes” y “desechables”.

El documento se refiere repetidamente al hecho de la exclusión, como refuerzo de la renovada “opción por los pobres”, que Benedicto XVI ratificó en su discurso inaugural de conferencia en Aparecida, el 13 de mayo de 2007: “La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza”.

A este propósito, en un congreso de la Academia Internacional de Teología Práctica, celebrado en Chicago, un asistente alemán recordaba que los evangelios fueron escritos en un tiempo en el que había muchos “excluidos”, es decir, personas que quedaban “fuera” de la sociedad –por ejemplo, a causa de algunas enfermedades, o de las relaciones con el Imperio Romano, o por comportamientos que se consideraban reprensibles, etc–. Jesús rompió estas barreras, inaugurando el Reino de Dios. Un mensaje y una realidad de salvación, plena y verdadera, que incluye a todos y no excluye a nadie.

En la tercera encíclica de Benedicto XVI no se emplea la expresión “exclusión social”, pero se habla de ella y también, análogamente, de alguna otra “cara” de la exclusión. Tres pasajes de la encíclica iluminan poderosamente la cuestión de la “exclusión”.

El Papa se refiere concretamente a  (“los países excluidos o marginados de la los circuitos de la economía global”, que deberían beneficiarse de iniciativas empresariales que contribuyan a la humanización del mercado y de la sociedad.

En un plano diverso, se habla de “la exclusión de la religión –particularmente la cristiana, pero no exclusivamente– del ámbito público” . Esa exclusión, junto con el fundamentalismo religioso “impiden el encuentro entre las personas y su colaboración para el progreso de la humanidad”. Como consecuencia, “la vida pública se empobrece de motivaciones y la política adquiere un aspecto opresor y agresivo. Se corre el riesgo de que no se respeten los derechos humanos, bien porque se les priva de su fundamento trascendente, bien porque no se reconoce la libertad personal”. Resumiendo, en el laicismo y en el fundamentalismo se pierde la posibilidad de un diálogo fecundo y de una provechosa colaboración entre la razón y la fe religiosa; ésta pérdida comporta un alto coste para el desarrollo de la humanidad.

Por último, en la conclusión de la encíclica, se subraya: “El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano”, pues sin Dios el hombre no sabe donde ir ni tampoco logra entender quién es”. Al reconocer que Dios llama a cada persona a formar parte de su familia como hijos suyos, se abre la capacidad de forjar un pensamiento nuevo y concitar nuevas energías al servicio de un humanismo íntegro y verdadero. “Por tanto, la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es un humanismo cristiano”

Con otras palabras del mismo pasaje, “El amor de Dios nos invita a salir de lo que es limitado y no definitivo, nos da valor para trabajar y seguir en busca del bien de todos”.

Así se puede ver cómo la exclusión de los pobres –tanto de las personas singulares como de los pueblos y culturas insuficientemente desarrolladas– no es independiente de la exclusión de Dios de la esfera pública. La religión, y concretamente la religión cristiana, afecta a la vida de las personas y de los pueblos. Es una dimensión esencial que enriquece las otras dimensiones: la cultural y la social, y también la económica y la política. Excluir a Dios no es una buena estrategia.

Fraternalmente,



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Las huellas de Ramiro Pellitero
Imagen: Niños socialmente vulnerables de Argentina 

26 de enero de 2012

La victoria llegará


Paz y bien

Querer sin que cueste, es propio de muchos; querer aunque cueste, es sólo de los selectos; querer porque cuesta, es cosa de héroes.

Un hombre no es verdaderamente hombre sino cuando ya aprendió a superarse cada día. Nada se hace en la vida sin sacrificios, sin esfuerzos; querer llegar a ser héroe, a ser santo sin esfuerzo es querer un imposible.

Al acero hay que templarlo, al oro hay que purificarlo en el crisol; al hombre hay que fortificarlo con el sacrificio. Cada soldado -dijo Napoleón- lleva en su mochila el bastón de mariscal, lo que hace falta es tener voluntad de vencer. Cada hombre lleva en su interior la imagen de un héroe y de un santo; lo que hace falta es que día a día y golpe tras golpe, vaya cincelando esa imagen pues el hombre no se improvisa y el héroe y el santo menos... los éxitos acompañan más a los constantes que a los fuertes.

Que no nos gane el desaliento si todavía no nos sentimos tan perfectos como quisiéramos... lo único que tenemos que hacer es seguir en el empeño, duplicar el esfuerzo y tener fe: la victoria llegará, confiando en el Señor.
“... pero tengan valor, yo he vencido al mundo.” (Jn 16, 33)
Fraternalmente,




25 de enero de 2012

Dios ha dejado de ser “buena noticia”


Paz y bien!

Hay personas que, al escuchar el nombre de Dios, reaccionan casi instintivamente con una actitud de rechazo: “¿Dios? No me interesa. Bastante tengo con mis problemas”. Otros parecen adoptar una postura más vacilante: “Tal vez sea importante, pero no tengo tiempo para ocuparme de esas cosas. No veo para qué puede servir Dios”. A alguno le he oído decir estas palabras: “Ojalá Dios no existiera. Todos viviríamos mejor y más tranquilos, sin miedo a caer algún día en sus manos”.

¿Por qué ha dejado Dios de ser Buena Noticia para tantas personas? ¿Por qué su nombre no es pronunciado con más amor y más gozo por los hombres de hoy? ¿Por qué ha quedado vacío de atractivo? ¿Es que Dios los ha defraudado?

Quien se ha encontrado con El, aunque sea de manera humilde y modesta, sabe que Dios no decepciona. Los que decepcionamos una y otra vez somos los que decimos creer en El.

Se han escrito muchos estudios sobre las causas que están en la raíz de la indiferencia religiosa y del ateísmo contemporáneo. Pero no siempre se recuerda la posible responsabilidad de quienes pretendemos ser sus mensajeros.

Y, sin embargo, cuántos se alejan de Dios decepcionados por la mediocridad de quienes hablamos de El. Un experto como Ch. Chabanis ha podido afirmar que “la gran crisis religiosa de nuestro tiempo es menos una desafección hacia Dios que una desafección hacia las instituciones religiosas”.

Es cierto que no hay que confundir nunca a Dios con los hombres que lo anuncian o las instituciones que lo representan. Pero, dentro de las Iglesias, hemos de tomar conciencia de la enorme frustración que podemos provocar en quienes buscan sinceramente a Dios.

¿Cómo podrán escuchar su voz en medio de nuestra palabrería? ¿Cómo descubrirán su rostro bajo esas ideas mezquinas de un Dios puesto al servicio de tantos intereses y quimeras? ¿ Cómo se sentirán atraídos por su misterio si no perciben más amor entre los que lo adoran? ¿Cómo podrán experimentar bajo una religión, a veces tan complicada, sobrecargada y triste, la presencia de un Dios cercano y bueno, capaz de aliviar su corazón fatigado?

El evangelista Marcos resume la actividad de Jesús diciendo que “anunciaba la Buena Noticia de Dios”. Encontrarse con Jesús era encontrarse con alguien que acercaba a Dios, transparentaba su misterio de bondad, contagiaba su alegría y su perdón.

Sólo una vida como la de Jesús puede anunciar a Dios como Buena Noticia. En caso contrario, por mucho que hablemos de Él, no seremos sus testigos sino pantalla opaca que oculta su rostro.

Fraternalmente,



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Leído en Antena Misionera

24 de enero de 2012

Por eso...

Paz y bien

Indudablemente, todos debemos morir, pero no todos morimos lo mismo.

Uno ha de vivir de tal forma que cuando muera, lloren los demás y uno pueda reír; triste y trágico sería que cuando al morir uno, las lágrimas fueras propias y las alegrías ajenas.

La nobleza de la vida no está ni en el nacer, ni en el morir, sino en el vivir, en el modo de vivir y en el para que morir. El índice de nuestra vida no lo da el vivir, sino el sentido que sabemos darle a nuestra vida. Por eso en la vida no tenemos que hacer lo que nos agrada, sino lo que más tarde nos agradará haber hecho.

“Yo quisiera” nada hizo; “intentaré” ha hecho grandes cosas; “quiero” hizo milagros. La vida es lucha, pero la lucha es vida. La vida sólo decepciona a quienes no esperan bastante de ella.

Por eso, el verdadero sentido de la vida es “la Vida de la gracia”. Lo explica bien San Juan cuando dice: “Esta es la Vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo”.

“Quien a Dios tiene nada la falta” dice Teresa de Jesús; nosotros repetimos que nada nos asusta estando con Cristo. Como decía el lema de un retiro que hice hace mucho tiempo “Cristo y yo, mayoría aplastante”.

Fraternalmente,


23 de enero de 2012

Y no mirar atrás


Paz y bien
Lucas 9, 62

Cuando nacemos, no somos todavía del todo hombres, al menos no somos los hombres que debemos ser, que luego llegaremos a ser.

Tenemos dos nacimientos. ¿Cuándo es nuestro segundo nacimiento? Cuando llegamos a tomar conciencia, no de lo que somos, sino de lo que debemos llegar a ser; no de lo que deseamos, sino de lo debemos desear llegar a ser.

Al fin y al cabo, el hombre se hace a medida que va haciendo, que se va esforzando por ser lo debe ser; si el joven es producto del niño, el hombre es producto del joven; en este sentido el niño es el padre del hombre.

No nos hacemos viejos cuando hemos vivido cierto número de años, sino cuando vamos perdiendo el entusiasmo de nuestros ideales. Santos llegaron a ser, no lo que comenzaron, sino los que continuaron y continuaron continuando, lo que nunca se cansaron de continuar.

Perseverar es mantenerse en la verdad. De poco servirá entregarse al servicio de Dios si no se persevera en Él, si uno se encuentra con Cristo pero se aleja de Él. El encuentro ha de ser definitivo, para ya nunca volver a separarse... más allá del desierto.

Fraternalmente,

22 de enero de 2012

Decir si enseguida


Paz y bien

3º Domingo Tiempo Ordinario, ciclo B - Marcos 1, 14-20

“Ya ha llegado el tiempo, el reino de Dios está cerca” y “Conviértanse y crean en la Buena Noticia.” La vida del cristiano bien se puede resumir en estas dos frases. Si cada cristiano viviese practicando estos dos anuncios nuestro mundo sería sensiblemente mejor.  

La realidad de este anuncio es muy desigual. Tanto en aquel tiempo como en este, muchas personas no lo aceptaron ni creyeron en él; de esta manera en muchos seres humanos el reino de Dios no ha llegado ni la aceptación de la fe, ni de su Evangelio.

¿Cuál es la mentalidad del mundo? La que nos lleva a quedarnos en lo temporal y a olvidarnos de lo eterno, a preferir lo terrenal y olvidarnos de lo celestial, a conformarnos con lo humano y a descartar lo divino, a creer en el mundo y a olvidarnos del Evangelio.

En su primer carta Juan dice “Sabemos que pertenecemos a Dios, mientras el mundo entero está bajo el poder del Maligno”; hay muchas vidas vacías porque no se han arriesgado a la maravillosa aventura de lanzarse al mar de la confianza en Dios y en su Palabra. Una persona siempre está a tiempo de revisar su camino, de rehacer sus sendas, de coger nuevos atajos. Sólo hay que tener la seguridad de que tenemos que cambiar de ruta.

Aquellos pescadores tenían sus ilusiones y afanes -como tenemos todos-. Hasta que Jesús les abrió un panorama nuevo de vida sobrenatural, de vida eterna, y de ayuda y orientación en el verdadero bien. Ante aquel mensaje, sus ilusiones humanas eran como el polvo del camino comparado con el oro. Por muy nobles que parezcan, las ilusiones de este mundo son muy pobres y se terminan.

Jesús plantea una vida nueva, apasionante, que trasciende lo humano. No basta con adquirir unas determinadas virtudes naturales, o con guardar ciertas prácticas de piedad. Seguir a Cristo supone deshacerse de todo lo que estorba para unirse a Él y dejar que sea Él quien conduzca nuestros pasos.

Cuando Dios escoge ... escoge. Eso lo han sabido muchos santos.

Fraternalmente,




21 de enero de 2012

Amor y sacrificios


Paz y bien!

Las dificultades están hechas para superarlas y no para dejarse superar por ellas; porque en la vida, queramos o no, hallaremos no pocas dificultades.

Pienso en Tony Meléndez, un guitarrista que viaja por todo el mundo con su música alegre y sus conciertos. Las personas lloran y muchos destierran las quejas al verlo feliz mientras toca la guitarra con sus pies.

Es que él nació sin brazos debido una droga fatídica llamada Talidomida que le recetaron a su madre en el embarazo. Pero ni Tony ni su madre se entregaron a la pena y desde niño él se aceptó y eligió superarse. No lo sobreprotegieron, poco a poco avanzó y hoy deslumbra a todos como ejecutante y cantante. Hace años le cantó al papa Juan Pablo II en Estados Unidos donde vive, es un creyente feliz, está casado, maneja su automóvil y dice que su secreto es sólo uno: “Confiar en Dios y en mi mismo”.

No temamos los golpes de las dificultades ; a veces son duros, son crueles, pero el atleta no se hace entre sábanas sino en las pistas; el sabio no resulta de las diversiones, sino de los estudios; el santo no es fruto de contemplaciones, sino de vencimientos; el hombre no se hace entre blanduras, sino bregando con la dificultad.

La palanca es la oración, pero también el sacrificio que nos moverá a negarnos muchas cosas, y eso por amor... a Dios y por amor a los hermanos. Sin la muerte de Cristo no hubiéramos nosotros gozado de la Vida y sin nuestro propio sacrificio, sin la palanca de sacrificio, algunos de nuestros hermanos no recibirán la gracia.

La gracia no solo da hermosura, sino sobre todo fuerzas para sostener la cruz.

Fraternalmente,


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Dejó sus huellas Alfonso Milagro



20 de enero de 2012

Atreverse



«La locura es seguir haciendo lo mismo
y esperar resultados diferentes»
Paz y bien!
Aplica a tu vida esa frase del científico Albert Einstein. En otras palabras, sueña, sé creativo e innovador. Sal de la trampa de la rutina y atrévete a cambiar.

Avanza y no dejes que te paralice el miedo a fracasar y cometer errores porque las fallas siempre dejan valiosas lecciones. La creatividad es un don dado por Dios a todos sus hijos, no a unos a unos pocos privilegiados.

Si te calmas y te haces preguntas podrás encontrar nuevos senderos y aplicar otras estrategias. Dicen que los soñadores y los creativos trabajan con el lema «Qué tal si...» y escriben ideas hasta que encuentran algo valioso.

Hazlo tú también y conjura el tedio en tu trabajo y en tus relaciones con buenas sorpresas. Ánimo, ponle alas a la imaginación y busca nuevos paradigmas. La rutina acaba con el amor y con la vida.

Gonzalo Gallo
Fraternalmente,



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Imagen: Felix Baumgartner

19 de enero de 2012

Moldeados a la luz de Dios

Paz y bien!

1 Pe 3, 21

Todos consideramos como una verdadera alabanza, un elogio, el que digan de nosotros que tenemos mucha personalidad. Nos sentimos bien, holgados diría.

Ahora bien, la propia personalidad se forma sólo con el dominio de si mismo, con el acero de la voluntad que sabe negarse a muchas cosas y ser fiel a otras. No traicionar la propia conciencia, que es lo mismo que no traicionar a Dios.

Por el contrario, calificamos como un insulto, un agravio, el que nos digan que somos cobardes; pero resulta que para adquirir una personalidad propia, definida, auténtica, es imprescindible el valor; el valor que sepa decir que si cuando hay que decirlo y que no titubee, que no dude en decir que no cuando no se pueda decir que si.

Ser valiente... ser cobarde; tener personalidad... no tenerla.

Es la voluntad la que deberá regirnos, guiarnos... pero esa voluntad debe ser iluminada por el entendimiento y por la gracia del Señor; debemos pedir esa luz y esa fuerza y con ella lanzarnos a las cumbres sin titubeos, sin miedos, sin angustias de ninguna clase.

Si tenemos conciencia de que somos hijos de Dios, esa conciencia deberá regir todos nuestros actos.
«Todo esto es figura del Bautismo, por el cual ustedes ahora son salvados y que no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo»
Fraternalmente,



18 de enero de 2012

Esfuerzos y desalientos


Paz y bien!
1 Cor 3, 7

El dolor tiene su aspecto amargo, pero también dulce; todo dependerá del lado que nosotros miremos.

Es duro trabajar muchos días sembrando la semilla y cuidándola, pero es agradable recoger la cosecha; es duro pasar horas estudiando, pero es agradable recibir el título y la aprobación; es duro realizar esfuerzos y más esfuerzos para construir la casa, pero es gratificante poseer luego el hogar propio; es duro realizar cualquier esfuerzo, pero luego es agradable gozar del fruto de los esfuerzos realizados.

Para llegar a ser buenos de veras, hay que hacer también, grandes esfuerzos, conseguir duras victorias... llegará el tiempo de poder gozar la alegría de llegar a ser lo que debemos ser. Que no nos desalienten los esfuerzos que haya que realizar, que nos alienten los resultados conseguidos por esos esfuerzos.

Dios, con su infinita sabiduría y misericordia permite éxitos y fracasos, pero no nos pide ni unos ni otros; Dios sólo nos pide nuestra acción apostólica, lo demás corre por su cuenta.
«Y no cuentan ni el que planta, ni el que riega, sino Dios que hacer crecer» 
Fraternalmente,


17 de enero de 2012

Las adversidades y yo


Paz y bien!

No es tan fácil confesarse a si mismo que uno no quiere hacer las cosas; es mucho más fácil buscar una excusa que nos exima de los compromisos de nuestros deberes.

La excusa más fácil es decir "no puedo" y con esa excusa ya quedamos tranquilos; pero en nuestro interior sabemos muy bien que no es cierto que no podemos, y así tratamos de serenarnos, diciéndonos a nosotros mismos que "no sabemos cómo hacer", y como ésta segunda excusa tampoco llegar a serenar nuestra conciencia, recién entonces apuntamos a la realización, con un tímido "creo que no puedo".

Si hiciera todo cuanto puedo, seguramente quedaría asombrado de lo que puedo; y ¿si puedo más, mucho más de lo que estoy haciendo, no estaré obligado a hacerlo? ¿Puedo defraudar a Cristo si el cuenta conmigo? «Señor, ¿qué debo hacer?» preguntó Pablo luego que el Señor lo derribara del caballo camino a Damasco.

Damasco, es el Sagrario. No se bien por qué, pero me acuerdo de una vieja canción de la liturgia que se llama Pescador de Hombres y dice:
Tú has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca: junto a Ti buscaré otro mar.
Tú sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espada,
tan sólo redes y mi trabajo.
Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.
Tú, pescador de otros lagos, ansia eterna de hombres que esperan.
Amigo bueno que así me llamas.
Fraternalmente,

16 de enero de 2012

Moral y cultura, los cimientos del edificio social

Paz y bien!

Me impresionó el texto de un cable proveniente de China. El gobierno adopta medidas para promover los valores y virtudes tradicionales ante signos inequívocos de alarmantes quebrantos en esa decisiva área. Se trata del factor intangible, pero esencial. Ese que no se ve, pero hace la diferencia. Es la moral y la cultura, los cimientos del edificio social.

Como símbolo de la decadencia espiritual – una inopinada rareza en un pueblo más que milenario, de riquísima cultura -, una muchacha china expresó, con tanta soltura como desembozo: “prefiero llorar en un BMW que reír en una bicicleta”.

¿Así que es mejor llorar que reír? Con tal de estar sustentado por bienes materiales, ¿no importa hallarse desestabilizado espiritualmente? ¿Basta una satisfacción material para compensar la adolescencia de felicidad?

Todo indica que estamos ante un literal trastrocamiento. Es que los desarreglos espirituales aparejan eso, conmociones y crisis, caracterizadas por los trastornos y dislocamientos. Hombres y cosas están buscando ubicación. Cuanto más se dilata el encuentro, más se agudiza la situación. Interín, todo está fuera de su lugar. Gana el desorden.

Me atrevo a recordar el vocablo hoy maldecido – ‘desorden’ – porque al toro del trastrocamiento hay que asirlo por sus astas ¡Basta de circunloquios! Como decía Discépolo hace noventa años, con el tango «Cambalache» vivimos revolcados en un merengue, es decir la antítesis de ordenados.

Si en China se resquebrajan las tradiciones y el vendaval consumista amenaza los valores, ¿qué pasa en nuestro hogar nacional?

Somos incomparablemente menos tradicionalistas que ese y muchísimos otros pueblos. Por ende, el quebranto moral nos afecta más que nadie. Estamos menos protegidos. El sobresalto debe ser mayor.

En nuestro país de estos días me parece que se está presentando un fenómeno inquietante: consumimos – los que podemos – batiendo récords, pero la confianza en el futuro, en las instituciones, en el porvenir de la economía y  en tantísimos otros planos de la vida colectiva se encuentra envuelta en una nebulosa, con tendencia sombría. Es que la experiencia neoliberal en Argentina desde el '90 al 2001 destruyó todo el sistema productivo y social; desde el 2003 a hoy se ha recuperado mucho, pero es mucho lo que falta.

Una de las señales de la crisis moral es el vivir al día. ¡quiérese más carente de valores el ser indiferente acerca de qué país legaremos a nuestra descendencia! Algo así, vivo y me desintereso de lo que vendrá. No existe peor displicencia.

Se ha expresado, pero vale ser recurrente: nos estamos vandalizando, dicho con una palabra erudita, desocializando. Aumenta el presupuesto educativo, tal como lo enfatiza el relato oficial, pero nos estamos deseducando. Somos más, incluídos más vehículos y más amontonamiento de habitantes, disfrazado de urbano, pero cada día nos faltamos, también más, al respeto que nos debemos mutuamente. En este contexto, el mañana está mucho peor que amenazado. Si a ese cuadro le agregamos la caída vertical de los valores – algo que en mayor o menos medida acaece en todo el planeta – prospectivamente sólo cabe la preocupación.

Se pueden encarar soluciones. Una, la más efectiva, es el pacto moral de los responsables políticos y sociales. Algo así como llegó la hora de tener y exhibir buena conducta, dando ejemplo. Si de la cumbre social desciende buen comportamiento, en el valle de la sociedad inexorablemente se adopta esa actitud.

La ejemplaridad vale por mil leyes. Es, junto con la Constitución, la ley primera, como diría Martín Fierro.

Algo efectivo tenemos que hacer. La decadencia no se revierte espontáneamente. Necesita de la entereza y sabiduría de buenos dirigentes.



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Sobre textos de Alberto Asseff

15 de enero de 2012

Encontrar a Jesús


Domingo 2 - Tiempo Ordinario - Juan 1, 35 - 42

Paz y bien!

Hay que estar con los ojos y el corazón bien abiertos para saber que seguir al Señor no es algo fácil, nunca lo ha sido. Sólo son auténticos seguidores de Jesús aquello que le anteponen a sus propias batallas interiores, a sus propios intereses y egoísmos. Lo demás son buenas intenciones…

Algunas personas buscan en la fe cosas que la fe no puede ofrecer. Hay personas que se acercan buscando seguridad personal, cuando la fe nos da una seguridad interior arriesgada y siempre llena de tentaciones. Otros buscan hacer carrera: estar bien mirados, reconocidos y admirados… Los hay que quieren encontrar en la fe alguna clase de paz, pero no se atreven a combatir consigo mismos. La peores batallas que puede librar una persona son las guerras que tiene que combatir contra sí mismo.

La persona que quiera ser discípulo de Jesús no se dará por satisfecha con una palabra de pasada, sino que querrá tener un encuentro personal con Él.

La vida cristiana auténtica es la única realidad en la existencia que comienza llegando ya a la meta: a Jesús. Es cristiano quien ha descubierto en el interior de su morada a Jesús y, ya desde ese momento, toda su vida será un profundizar en Él. Y el Señor es tan inagotable que necesitamos la eternidad para seguirnos zambullendo en Él.

Hay personas que oyen hablar sobre Jesús, hablar de Jesús y hablan con Jesús, pero quizá no han experimentado en la profundidad de su corazón la fuerza de ese encuentro, de ahí que sean corazones débiles y vacilantes… El único encuentro que puede transformar la vida de un ser humano es el encuentro verdadero con Jesús, de ahí que los discípulos de Juan se quedasen con Él nada más al encontrarlo.

El Evangelio nos hace referencia a la mirada de Jesús; una mirada que va al fondo de la vida, al corazón. Jesús no ve solamente lo que la persona es en el momento, sino también lo que puede llegar a ser. Ve en cada ser humano no sólo lo que hay en la actualidad, sino todo lo que puede llegar a ser si acepta encontrarse con Él y seguirle.

Fraternalmente, buen domingo



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Las huellas de P. Mario Santana Bueno

14 de enero de 2012

San Pablo a los corintios y Joaquín Sabina


Paz y bien!

Joaquín Sabina dice que «La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.»

Cuando uno va por la ruta con su automóvil a alta velocidad, va con cierta tranquilidad si sabe que el coche responde bien. La vida para muchos es eso: un coche lanzado a alta velocidad, que exige conservar la calma y el dominio de la situación en que uno se halle. Por el contrario, si no soy dueño de mis nervios y mis reflejos son tardíos, seguramente estaré en el límite de alguna catástrofe.

No es posible prever respuestas para cuando se plantee una situación. Todas las circunstancias son diferentes y exigen una apertura a lo inesperado. No se puede ofrecer el mismo código para todos los casos. Lo que antes fue bueno, hoy puede haber sido superado por algo mejor. El hombre es tan limitado, que intenta prever todo y hasta programar su futuro. ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! dijo San Agustín al descubrir su ceguera y su sordera

«El dios de este mundo los ha vuelto ciegos de entendimiento y se niegan a creer...» dice San Pablo a los corintios. En la vida siempre hubo encontronazos y los habrá en la medida que uno no sea dueño de si mismo, si no frena sus impulsos y no domina sus instintos. El dominio propio es el secreto de la vida; saber ir donde se quiere, eso es control propio, eso es dominio, eso es mandar uno en la propia vida, eso es el éxito.

Dios puede arder en la zarza de cualquier persona, aunque aparentemente no haya suficiente materia prima.
«Nos vienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos. Andamos con graves preocupaciones, pero no desesperados; perseguidos por no abandonados; derribados, pero no aplastados. Por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifiesta en nuestra persona» 1
Fraternalmente,


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Dejó sus huellas José Prado Flores -  (1) 2 Cor 4, 8-10

13 de enero de 2012

La esperanza ¿una anestesia?

Paz y bien
Salmo 40, 5
Salmo 62, 6-8

«La esperanza es lo último que se pierde»; ¡cuántas veces lo escuchamos y lo dijimos!

Y no es que sea desacertada, sino que puede entenderse mal y así, convertirse en una anestesia de las fuerzas del espíritu.

Esperar y dejarse estar; esperar... y aguardar pasivamente; esperar... y dormirse; esperar... y engañarse... Todo esto son distintas formas de cobardía, de inacción, de pereza; son las formas con la que cubrimos nuestros estados de ánimo pocos confesables para nuestra conciencia.

Es más fácil tener algo o alguien que nos exima de responsabilidades que escuchar en soledad la voz interior que nos exige tomar decisiones..., hay menos riesgos en la arena de la playa que levar anclas y desplegar velas.

En cambio, trabajar con perseverancia, esforzarse con valentía, pensar seriamente en orden a la acción, confiar en uno mismo y confiar plenamente en Dios, esperar en que nuestro esfuerzo personal triunfará y que para ello Dios nos ayudará, esto es verdaderamente «esperanza».

La esperanza no puede inhibir, no puede alienar; la esperanza suelta más bien las alas y empuja hacia la acción. Si ponemos toda nuestra confianza en el Señor, forzosamente deberemos esperar en su ayuda.

Fraternalmente,

12 de enero de 2012

Totus Tuus, Dios mío!


Paz y bien!
Mc 1, 40-42

Convertirse significa acoger agradecidos el don de la fe y hacerlo operativo por la caridad.

Convertirse quiere decir reconocer a Cristo como único señor y rey de nuestros corazones, de los que puede disponer.

Convertirse implica descubrir a Cristo en todos los acontecimientos de la historia humana, también de la nuestra personal, a sabiendas de que Él es el origen, el centro y el fin de toda la historia, y que por Él todo ha sido redimido y en Él alcanza su plenitud.

Convertirse supone vivir de esperanza, porque Él ha vencido el pecado, al maligno y la muerte, y la Eucaristía es la garantía.

Convertirse comporta amar a Nuestro Señor por encima de todo aquí en la tierra, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.

Convertirse presupone entregarle nuestro entendimiento y nuestra voluntad, de tal manera que nuestro comportamiento haga realidad el lema episcopal del Santo Padre, Juan Pablo II, Totus Tuus, es decir, Todo tuyo, Dios mío; y todo es: tiempo, cualidades, bienes, ilusiones, proyectos, salud, familia, trabajo, descanso, todo.

Convertirse requiere, entonces, amar la voluntad de Dios en Cristo por encima de todo y gozar, agradecidos, de todo lo que acontece de parte de Dios, incluso contradicciones, humillaciones, enfermedades, y descubrirlas como tesoros que nos permiten manifestar más plenamente nuestro amor a Dios: ¡si Tú lo quieres así, yo también lo quiero!

Convertirse pide, así, como los apóstoles Simón, Andrés, Jaime y Juan, dejar «inmediatamente las redes» e irse con Él (Mc 1,18), una vez oída su voz.

Convertirse es que Cristo lo sea todo en nosotros.

¡Gloria a Dios!

11 de enero de 2012

Navidad, el Apóstol Santiago y nuestra siembra

Paz y bien!

Mt 7, 21

Es cierto. Pasada la Navidad sentimos que se termina un espacio de vida eterna, que se termina la magia y la ilusión; el mundo lo razona y lo vive así. Los que de un modo u  otro estamos comprometidos con el Señor nos preguntamos ¿Dónde nos hemos estancado? ¿Que hacer? Preguntas-respuestas a seguir caminando, seguir sembrando.

Había reflexionado en el blog que saber callar en el dolor es heroísmo, en el sentido de guardarme mis cruces, en el momento de trabajar para el Reino. Entonces, actuar desde el dolor, también es heroísmo.

¿Y la luz que tanto hemos pedido, la alegría que hemos gritado, la esperanza que tendríamos que haber renovado? ¿Vamos a seguir el ritmo de esta sociedad? ¿Vamos a rebajar también nuestra entrega, entusiasmo, testimonio e ilusión? se interroga Angelo con espíritu crítico; casi como un grito desesperado agrega ¡Nos queda la fe después de Navidad, a trabajar con ella!

Y ese es el sentido que le da el Apóstol Santiago a la fe en su carta, que es particularmente dura, pero de altísimo consuelo.
Hermanos, ¿qué provecho saca uno cuando dice que tiene fe, pero no la demuestra con su manera de actuar? ¿Será esa fe la que lo salvará? (...) la fe que no se demuestra con obras está completamente muerta.

Y sería fácil rebatir a cualquiera: «Tu tienes la fe y yo hago el bien, ¿dónde está tu fe que no produce nada? Yo por mi parte te mostraré mi fe por el bien que hago. Crees tu que hay un solo Dios? Muy bien. No olvides que los demonios creen y sin embargo tiemblan»

Hombre tonto, ¿quieres convencerte de que la fe que no actúa no sirve? Acuérdate de Abraham, nuestro padre. ¿No fue reconocido justo por sus obras sacrificando a su hijo Isaac en el altar? Y ya ves: la fe inspiraba sus obras y por las obras su fe llegó a la perfección (...) y fue llamado amigo de Dios.

Ya lo ven, son las obras las que hacen justo al hombre y no solo la fe. Así como el cuerpo sin el Espíritu está muerto, del mismo modo la fe que no produce obras está muerta.
Diría el Apóstol Santiago «no me vengan con cuentos...» en esto de decir y hacer: el hombre interiormente dividido, será inconstante en todos sus caminos; el profeta Miqueas la hace más simple todavía, pero no menos dura «Ya se te ha dicho hombre lo que es bueno y lo que el Señor te exige: tan solo que practiques la justicia, que sepas amar y te portes humildemente con tu Dios»

Sigo sembrando, aún desde el dolor, sin heroísmos.

¡Gloria a Dios!


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Santiago 2, 14-26 // Miqueas 6, 8

10 de enero de 2012

Expectación


Siento que algo solemne va a llegar a mi vida.
¿Es acaso la muerte? ¿Por ventura el amor?
Palidece mi rostro, mi alma está conmovida,
y sacude mis miembros un sagrado temblor.

Siento que algo sublime va a encarnar en mi barro, 
en el mísero barro de mi pobre existir.
Una chispa celeste brotará del guijarro,
y la púrpura augusta va el harapo a teñir.

Siento que algo solemne se aproxima y me hallo todo trémulo; 
mi alma de pavor llena está.
Que se cumpla el destino, que Dios dicte su fallo,
para oír la palabra que el abismo dirá

                                                     Amado Nervo

9 de enero de 2012

La sanación en Cristo Jesús

Paz y bien!

Nunca antes en su historia ha estado el hombre tan roto en su espíritu, mente y cuerpo y tan necesitado de sanación espiritual, emocional y física  como lo está hoy en día. Cuando, en búsqueda de su total sanación e integración personal, el recurrir a los médicos ha sido en vano, con frecuencia ha recurrido a medicinas alternativas, a dudosos movimientos religiosos nuevos y finalmente incluso a prácticas ocultistas para satisfacer sus necesidades. Desgraciadamente, éstas a menudo le han situado bajo una gran esclavitud y le han arrastrado a una muerte en vida.

La respuesta bíblica a esta situación mundial es la proclamación de Jesús en la que declaró que había sido ungido por el Espíritu para perdonar, sanar y liberar (Lc 4, 16-21) Nos invita a acercarnos a Él para recibir su descanso que es la sanación (Mt 1, 28) Inspirada por su ejemplo y motivada por sus ruegos, la Iglesia ha continuado el ministerio de proclamación y sanación de Cristo en los sacramentos y a través de los carismas.

Pero como los Sacramentos poco a poco se hicieron rutinarios y ritualistas y los carismas parecieron desparecer o emplearse mal, las sanaciones se asociaron a lugares como Lourdes y a ciertas personas como los Santos. Al menos esto fuer verdad hasta 1959 cuando la Iglesia, incitada por Juan XXIII oró, en el Espíritu de Hechos 4, 31 por un Nuevo Pentecostés para renovar la Iglesia con signos y prodigios.

La sanación cristiana no tiene lugar por el uso exclusivo de alguna sustancia medicinal o por la sola confianza en alguna oscura energía impersonal sino a través de una experiencia personal con Jesús nuestro Salvador, Sanador y Liberador.

No es algo que obtenemos sino Alguien que tenemos. No se produce por algún tipo de fe psicológica sino de una confianza total en el Señor en su amor y poder.  Es el Evangelio completo en acción, trayendo paz al hombre y dando gloria a Dios, destruyendo las obras de Satanás y proclamando el amor de Dios.

La oración de sanación no es por lo tanto una fórmula mágica sino un proceso de fe de experimentar a Dios como perdón, sanación interior y liberación. Requiere prepararse uno mismo a través del arrepentimiento, el perdón y la renuncia. Puede ser experimentado en la Misa o ante el Santísimo, por medio de la imposición de manos, palabras de conocimiento o descansos en el Espíritu. En cualquier caso la sanación tiene lugar en un ambiente de fe en el Señor y de amor de unos por otros, igual que es tanto el poder como el amor de Cristo lo que sana.

La sanación no es un fin en si mismo sino que es un modo de llevar a la persona a una relación más profunda con Cristo y la Iglesia y luego a capacitarse para llevar a Cristo a otros.

Fraternalmente,



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Huellas del Padre Rufus Pereira

8 de enero de 2012

Hijos de Dios

Paz y bien!

Bautismo del Señor - Ciclo B - Marcos 1, 7-11

Al recibir el sacramento del Bautismo hemos sido constituidos hijos de Dios. Dios Padre se complace en cada uno de sus hijos, y nos ama a cada uno con predilección, porque somos amados en Jesús. De Él no recibimos sino bienes, porque es un Padre amoroso que nos quiere mucho. Ningún mal que hay en el mundo procede de Dios, sino del diablo que complica a los hombres. Incluso el dolor que Dios permite es para nuestro bien, aunque ahora no lo entendamos. Sería una blasfemia echar en cara a Dios algo malo, porque de Él no recibimos nada más que bienes.

Y el mayor don que puede recibir una criatura humana es el ser hijo de Dios. Él se ha comprometido a mirarnos con ojos de misericordia. Esta es la gran verdad de nuestra vida, ésta la roca donde apoyar toda nuestra existencia. Todo lo demás se puede tambalear, pero Dios no falla, Él siempre es fiel: nos entregó a su Hijo, y con Él nos dará todos los bienes -también el Cielo- siempre que nosotros seamos buenos hijos, hijos fieles.

«Quiero recordar las misericordias del Señor, las alabanzas del Señor; todo lo que hizo por nosotros, sus muchos beneficios a la casa de Israel, lo que hizo con nosotros por su misericordia y su bondad. Él dijo: "Son mi pueblo, hijos que no engañarán". Él fue su Salvador en todas sus angustias; no fue un mensajero o un ángel, sino que él mismo en persona los liberó» (Is 63, 7-9). ¿No es para estar seguros y para cantarle?
Es bueno dar gracias al Señor, y salmodiar en tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia, y tu lealtad por la noche, con arpas de diez cuerdas y laúdes, al son de la cítara... ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios¡ El estúpido no lo entiende, el insensato no comprende estas cosas (Sal 91, 2-7). 
Hazme entender, Señor, la gran verdad de mi vida, mi dignidad de ser hijo amado de Dios.

Fraternalmente, buen domingo


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Me acompañó el P. Jesús Martínez García

7 de enero de 2012

Saber hablar y saber callar

Paz y bien!
Mc. 14, 61
Prov. 11,12
Eclo. 20, 5-8

Saber hablar y saber callar; no sabemos que será más fácil o más difícil, más conveniente o más meritorio.

Callar de si mismo, es humildad. No hablar de si, cuanto siente uno el deseo de exponer los propios méritos o las propias ideas o iniciativas es signo de verdadera humildad.

Callar de los defectos ajenos, es caridad. No criticar a los demás, las actitudes, sus intenciones, sus actos; no emitir juicios comparativos, no hablar tanto de los otros, siempre con un dejo de crítica o pesimismo, es ciertamente caridad.

Callar a tiempo, es prudencia. No hablar cuando nos sentimos con el impulso de la reacción, cuando nos viene a la punta de la lengua toda una serie de palabras, invectivas o agravios, eso es prudencia.

Callar en el dolor, es heroísmo. No tratar de volcar en los corazones de los demás las penas propias, los dolores íntimos; hacerles partícipes no tanto de los dolores, cuanto de las alegrías, reservándonos para nosotros las penas, eso es heroísmo.
Dice el Rev. D. Jordi Castellet «Hoy comienza el tiempo en que Dios nos da una vez más su tiempo para que lo santifiquemos, para que estemos cerca de Él y hagamos de nuestra vida un servicio de cara a los otros.  Los sacramentos de la Iglesia y la oración comunitaria nos otorgan el perdón y la paz y la oportunidad de participar, nuevamente, en la obra de Dios en el mundo, a través de nuestro trabajo, estudio, familia, amigos, diversión o convivencia con los hermanos.»

Fraternalmente, 

6 de enero de 2012

Día de regalos

María es la Madre de Jesús, es la Madre de Dios en cuanto hombre. Necesitamos entrar también nosotros -como los Reyes magos- en la casa de José y de María y contemplar a esa mujer, criatura humana como nosotros, que es protagonista y testigo a la vez del nacimiento del Verbo de Dios, que le da el alimento, le viste, le cuida y le enseña a andar.

Qué buen día para hacer un acto de fe y de adoración en Jesús. Sabemos que es Dios y Hombre. Por eso nos ponemos espiritualmente de rodillas ante su divina presencia. Y queremos ofrecerle lo que tenemos de más valor, quizá lo que más nos cuesta darle: el tiempo, le voluntad y el amor.

Nuestro tiempo para dedicarlo a la oración y que nuestra voz suba hacia Él como el incienso; nuestra voluntad, ofreciéndole las contrariedades y sacrificios, que son para nosotros como la mirra amarga pero que a Él le agradan. Y queremos ofrecerle especialmente hoy el oro de nuestra fidelidad en todo este año que comienza, para que lo reciba como un anillo, como una alianza sagrada entre nuestra vida y la suya, porque sabemos que el regalo que más le gusta es nuestra perseverancia en su amor.

La Epifanía es día de regalos, día de alegría porque Jesús se nos manifiesta y sonríe viendo nuestros buenos deseos al comenzar el año. Ponemos nuestros buenos propósitos en las manos de María para que Ella los presente a su Hijo, los guarde y nos los recuerde en los próximos meses.
No quiero creerme el rey de mi vida, el rey de mi casa. Quiero que seas Tú, Señor, mi Rey, mi vida, mi todo. Acepta la ofrenda de mi tiempo, de mis buenos deseos para este año, la ofrenda de mi vida, que te quiero hacer llegar por las manos perfumadas de tu Madre.
Fraternalmente,




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Dejó sus huellas el P. Jesús Martínez García

5 de enero de 2012

En adoración

Paz y bien!
- ¿A quién tus ovejas conduces, pastor?
- Al Niño Divino, del cielo Señor
- ¿En cuna de oro le viste, quizá?
- Le vi en un pesebre, sobre el heno está.
Transido de frió, sin ropas le vi, más el buey y el asno le alientan allí.
La Virgen María le canta y José gozoso a sus plantas postrado se ve.
- ¿A quien, mi linda estrellita, anuncia tu luz?
- Mis rayos te llevan al Niño Jesús.
- ¿Por qué en sus camellos los Magos se ven, cruzando desiertos? ¿Qué buscan? ¿A quién? ¿A quién lleva incienso el Rey Baltazar? ¿A quién oro y mira Melchor y Gaspar?
- Al Niño Divino, que el astro anunció; sus rayos dijeron que en Belén nació. Los ángeles cantan: escucha y oirás:
«Gloria en las alturas y en la tierra paz.»
Fraternalmente,

4 de enero de 2012

Pensamientos

Paz y bien!
Sabiduría 1, 3-5

Dijo Mahatma Gandhi que el hombre no es más que el resultado de sus pensamientos; lo que el piensa es lo llegar a ser.

Por eso es importante cultivar buenos y rectos pensamientos; el que uno vaya formando su conciencia día a día, con la reflexión seria de lo que uno es y de lo que es la vida. De lo que soy en la vida y de lo que la vida debe ser para mi.

Se afirma filosóficamente que la idea tiende al acto; el hombre siente según lo que piensa y vive según lo que siente, porque si el hombre no vive según lo que piensa y siente, pronto pensará y sentirá como vive.

Cultivar pensamientos serios, nobles, rectos, plenos de bondad, ha de ser mi prioridad; día tras día oxigenar la mente, purificar el espíritu, limpiar la conciencia, aclarar la vista del alma, rectificar la orientación de mi vida.
Si nos atrevemos a creer en la vida eterna, a vivir para la vida eterna, veremos como la vida se torna más rica, más grande, libre y dilatada (Benedicto XVI)
Fraternalmente,

3 de enero de 2012

Ego

Paz y bien!

«Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado» (San Jerónimo)

Los abuelos decían que la ociosidad era la madre de todos los vicios, pero ese es un privilegio del orgullo. Es él quien se camufla detrás de todos los males para que el ego se imponga y domine a su antojo.

Y ¿qué es el ego? Es el Yo petulante y engreído, el Yo que manipula y pisotea, en suma, el Yo sin Dios y sin amor. ¿Cómo apaciguarlo? Con unas buenas dosis de amor y sencillez y con una consciencia despierta.

El trabajo de controlar el ego sin  anularlo es de toda la vida, porque él no se resigna a estar en la sombra. El quiere figurar e imponerse, busca lisonjas, se regodea con los aplausos y no acepta que otros se destaquen.

El ego es como el sapo envidioso que, cansado de ver la luz de una luciérnaga, la pisa con una pata. Entonces ella le pregunta: ¿Por qué lo haces? Y el sapo responde: ¿por qué brillas?, y luego la aplasta.

Estamos en una época del año de muchísima ilusión, de replanteos y de peticiones; me parece que también es tiempo de ofrecimientos y de entrega. San Agustín decía Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que falta, y en el larguísimo camino de santidad me pregunto ¿como librarme del ego? ¿Como librarme de la maldad, la ira, la pereza, la lujuria, la avaricia, la envidia... la gula? ¿Es posible ir desarraigando el ego y cada uno de los vicios cada año? Sería como sacar la gramilla: al sacar un pedazo quedan otros y cada pedazo crece y se multiplica.

En este tiempo, cabe que nos preguntemos en medio de una cultura laicista que niega el pecado, ¿contemplo a Jesús como aquel que me salva del mal moral? En medio de una corriente de opinión que sólo ve en Jesús un hombre religioso extraordinario, ¿creo en Él como aquel que existe desde siempre, antes que Juan, antes de que el mundo fuera creado? En medio de un mundo desorientado por mil ideologías y opiniones, ¿admito a Jesús como aquel que da sentido definitivo a mi vida? En medio de una civilización que margina la fe, ¿adoro a Jesús como aquel en quien reposa plenamente el Espíritu de Dios?

Pues bien, hay un centro, un lugar donde estas preguntas tiene efectiva respuesta, donde todos los defectos son expulsados al mismo tiempo y sin esfuerzo, es el lugar de la presencia viva de Dios. Ella preserva del pecado, ella vivifica y da fuerzas para practicar todas las virtudes al mismo tiempo.

Fraternalmente,




2 de enero de 2012

Bendición para el año nuevo

Que tu mirada gane en hondura y detalle
para que puedas ver más claramente
tu propio viaje con toda la humanidad
como un viaje de paz, unidad y esperanza.

Que seas consciente de todos los lugares
por los que caminas y vas a caminar en el nuevo año,
y que conozcas , por experiencia, qué bellos son los pies
del mensajero que anuncia la paz y la buena noticia.

Que no tengas miedo a las preguntas
que oprimen tu corazón y tu mente;
que las acojas serenamente y aprendas a vivir con ellas
hasta el día en que todo se manifieste y sepa.

Que des la bienvenida con una sonrisa
a todos los que estrechan tu mano:
las manos extendidas forman redes de solidaridad
que alegran y enriquecen con su presencia protectora.

Que sea tuyo el regalo de todas las cosas creadas;
que sepas disfrutarlas a todas las horas del día;
y que te enfrentes, con valentía y entusiasmo,
a la responsabilidad de cuidar la tierra entera.

Que el manantial de la ternura y la compasión
mane sin parar dentro de ti, noche y día,
hasta que puedas probar los gozos y las lágrimas
de quienes caminan junto a ti, tus hermanos.

Que despiertes cada mañana sereno y con brío,
con la acción de gracias en tus labios y en tu corazón,
y que tus palabras y tus hechos, pequeños o grandes,
proclamen que todo es gracia, que todo es don.

Que tu espíritu esté abierto y alerta
para descubrir el querer de Dios en todo momento;
y que tu oración sea encuentro de vida, de sabiduría
y de entendimiento de los caminos de Dios para ti.

Que tu vida este año, cual levadura evangélica,
se mezcle sin miedo con la masa
y haga fermentar la Iglesia y el mundo en que vivimos,
para que sean realmente nuevos y tiernos.

Y que la bendición del Dios que sale a tu encuentro,
que es tu roca, tu refugio, tu fuerza, tu consuelo
y tu apoyo en todo momento, lo invoques o no,
descienda sobre ti y te guarde de todo mal.
Fraternalmente,




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Leído en el blog de Antena Misionera

1 de enero de 2012

Imitar a la Madre de Dios


Solemnidad de Santa María, Madre de Dios - Lucas 2 16-21

A una semana del Nacimiento del Niño-Dios, la Iglesia nos presenta  para comenzar el nuevo año, la Fiesta de María, Madre de Dios.

En ninguna criatura se da tan perfectamente que Dios viviera en ella y que ella viviera en Dios como María Santísima. Entre Dios y María hubo una estrechísima relación: Dios habitó en María en toda su plenitud, haciéndola un templo sagrado y María vivió en Dios, entregada a la total realización de los planes del Creador.

De todos los privilegios, títulos y dogmas de María, éste es sin duda el mayor y de más trascendencia, pues todos los demás (Inmaculada Concepción, llena de Gracia, Virginidad perpetua, Asunción...) fueron dados en atención a este hecho tan inmenso y tan elevado:  el de ser la Madre de Dios.

Sin embargo lo más importante para nosotros y lo que más desea la Santísima Virgen María -Madre de Dios, pero también Madre nuestra- es que la imitemos a Ella, pues imitándola a Ella estamos imitando a su Hijo.

¿Qué imitar de la Madre de Dios?  Su espíritu de oración:  María oraba y en oración la encontró el Ángel cuando le anunció el misterio de su Maternidad Divina.  Su humildad y su entrega a la Voluntad de Dios: se reconoce “esclava del Señor” y se entrega a que se realice en ella todo lo que Dios quiera.  Su fe a toda prueba:  María creyó por encima de las apariencias y de las posibilidades humanas; creyó que lo imposible se realizaría en Ella:  ser la Madre del mismo Dios.

Feliz, santo y fecundo 2012..!

Fraternalmente,