Altares
Exodo 30, 1-10
Pero es que en nuestra vida debemos tener un altar, allí en lo más secreto del alma, guardado con todo respeto y veneración y orientando hacia él todas las acciones de nuestro trajinar diario.
Frente al altar cabe un postura de entrega y de brazos abiertos. De labios en flor, que se abren a besos, a canciones y a rezos. El beso al altar es palabra caliente de agradecimiento sincero; ese altar íntimo del alma debo besarlo de manera intensa, por cuanto en él está Dios, en él se manifiesta la bondad de Dios, que me sigue día a día, momentos tras momentos, pensando en mi, llamándome, esperándome. He de besar esa mano de Dios extendida, ese ara sacra en la que he de ofrendar mis sacrificios.
“Harás también un altar para quemar el incienso... será un cosa santísima para Yavé”El altar en el que diariamente debes ofrecer tu holocausto al Señor, ha de ser la mesa de tu trabajo, tu escritorio, tus herramientas, tu cocina... todo debe ser ofrenda al Él, ofrecida en todo lugar y en todo momento.
Todo es de Dios y todo es para Dios; y todo eso debe ofrecerse con sonrisas, con rezos, con cantos e himnos de alabanza, con canciones y besos de gratitud y de amor reconocido y profundo.
Fraternalmente,
†
Dominus Providebit
Todo ello ofrecido al Padre, en unión íntima al ofrecimiento que Cristo hace de sí mismo en cada Santa Misa que se celebra en el mundo. Con Él, por Él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unión del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos. Amén.
ResponderBorrar¡Qué bueno es nuestro Dios y cuanto nos ama!
Un abrazo, Claudio.
O altar é o centro de toda a Igreja. Nele se enquadra o sacrário onde Jesus vive no Pão consagrado.
ResponderBorrarDepois o altar é a mesa onde todos os cristãos se reunem para agradecer,partilhar e louvar o nosso Deus
Cada pessoa é um altar vivo e deverá fazer do seu trabalho e descanso uma oferenda a Deus Pai.
Justo es eso...
ResponderBorrarTodo por Él, para Él, con la mejor de las sonrisas...
Genial la imagen del altar
ResponderBorrarY sí, todo para la mayor gloria de Dios