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Mostrando las entradas de abril, 2012

Instintos

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Paz y bien Lucas 2, 29-32 Se necesita mucha mayor fortaleza y dominio de si mismo para ser bueno que para ser malo; hay que ser mucho más valiente para guardar fidelidad al deber que para quebrantarlos; se precisa un esfuerzo más vigoroso y constante para remar contra corriente, que para dejarse llevar río abajo. La ley de gravedad tira hacia abajo; los instintos tiran hacia abajo; el peso de la comodidad nos deja en el llamo; solamente el empuje del motor es el que posibilita ascender a las alturas o arrastrar el tren hacia adelante. Si en la vida nos dejamos llevar por instintos e inclinaciones, por comodidades o conveniencias, no podremos volar a gran altura... una vida de bajo vuelo, de muy limitada visión, de horizonte difusos. Es siempre más hermoso y provechoso aspirar a las alturas oxigenadas que a las miasmas de los pantanos; se divisa siempre un panorama más cautivados desde arriba que al ras de la tierra. «Señor, ahora ya puedes dejar que tu servidor muera en

La salvación y mucho más...

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Paz y bien 4º Domingo de Pascua - B - Juan 10, 11-18 Jesús es el Señor de nuestra vida, es la autoridad, el Pastor que nos guía con sus palabras y con el ejemplo de su vida. Y si el ejercicio de toda autoridad ha de ser un servicio, Jesús demostró con su entrega en los años que vivió entre nosotros -y de manera elocuente en la cruz- que dio su vida por sus ovejas. ¿Cuál ha de ser nuestra respuesta ante sus silbidos amorosos, ante las indicaciones que nos hace a través de los que ha constituido como pastores en la Iglesia? La respuesta ha de ser la sumisión y la obediencia. Nuestra actitud ante los documentos del Papa y de los Obispos ha de ser la sumisión de nuestra inteligencia. No son opiniones lo que dicen, lo han pensado muy bien y se han informado por expertos cuando indican cuál es la respuesta de la fe o la solución moral a una cuestión. Sólo el Papa y los Obispos unidos a él tienen esta autoridad delegada de Cristo. Por eso, aunque un teólogo fuera muy listo, si disient

Una simple plegaria a la Virgen

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Madre, no permitas que me desoriente en mi camino; no dejes que el cansancio se apodere de mi con exceso, de suerte que me detenga, sin adelantar... Que tampoco me deslumbre el paisaje del camino y me haga olvidar el término y la meta donde me dirijo. Madre, que camine siempre con la vista levantada y clavada en la meta final, que es la posesión de tu Hijo Jesús, sin desviarme a derecha o izquierda,  respondiendo siempre a las exigencias del amor de Dios y del amor de los hermanos... Y que en ese camino te lleve siempre a ti, Madre mía,  como la más cálida y tranquilizante compañía. «Madre, perseveras de manera admirable en el misterio de Jesucristo, porque estas siempre dondequiera están los hombres tus hermanos, dondequiera está la Iglesia» (Juan Pablo II) Fraternalmente,

¡Señor, haznos uno..!

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El sol acaba de iluminar a lo lejos al franja externa del primer oriente. Una vez más, bajo la movediza cascada de sus rayos, se despierta la superficie viva de la tierra, se estremece y reinicia su pasmoso trabajo. Dios mío, te ofreceré la anhelada cosecha de este primer esfuerzo. Te presentaré en mi copa la savia de todos los frutos que hoy serán pulverizados. Oh Señor, llevaré a tu presencia  las profundidades de mi alma ampliamente abierta a todas las fuerzas que dentro de un instante van a elevarse a todos los puntos del globo y a converger hacia el Espíritu. En otro tiempo, se traían a tu templo las primicias de las cosechas y lo mejor de los rebaños. La ofrenda que realmente esperas, la que tú necesitas misteriosamente todos los días para calmar tu hambre, para apagar tu sed, no es nada menos que el desarrollo del mundo empujado por el progreso universal. Recibe, Señor, esta Hostia total que la Creación movida por tu atracti

Amor total, único y entregado

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“No sé . Todo lo que sé es que amar es  experimentar el espacio más hermoso dentro de uno mismo.” Paz y bien El otoño es soltar, liberar, desprender, dejar ir... vaciarnos para completarnos... tomar a cargo la felicidad de otro es el primer movimiento, la primera exigencia del verdadero amor; y es que el amor no se fija en si, sino en la persona amada. Siempre que te busques a ti mismo en primera línea, no amas con auténtico amor; siempre que prefieras tu propia satisfacción o utilidad a la satisfacción y tranquilidad de otros, no amas de verdad. Es decir... no amas a los otros, te amas a ti mismo... amarse a si mismo en detrimento de los otros es destruirse a si mismo y eso no es amarse; solo te amaras a ti mismo cuando ames de veras a los otros... cuando te inmoles por los otros... cuando te preocupes por los otros... cuando te sacrifiques a ti mismo por los otros. Cuando uno se sirve de otro sin una perspectiva de entrega profunda, es imposible el amor...

Siembra...

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Paz y bien 1 Tes. 5, 5 Siempre es mejor construir que destruir, y sembrar es construir para el día de mañana, para recoger más adelante. Siembra tu fe, para sostener y apoyar a los que vacilan. Siembra tu abnegación y no la reserves totalmente para ti. Siembra tu confianza y Dios no te dejará ni los hombres te fallarán. Siembra la sonrisa a tu alrededor; la sonrisa hace bien y te hace bien... la sonrisa disipa nubes y suaviza tiranteces. Siembra tu dulzura y llegarás a conquistar a los hombres, aun a aquellos que tienden a la violencia o no saben dominarse. Siembra tu amistad, tu gozo y tu entusiasmo en todos aquellos que lo necesitan, pues así llegarás a hacer felices a los demás y ellos te harán feliz a ti. Siembra tus sacrificios, aún con lágrimas y sin alarde; todo sacrificio requiere una cuota de dolor y de sangre... pero toda sangre es redentora y toda lágrima es purificadora. Siembra toda tu vida; que toda tu vida sea una verdadera siembra de alegría,

¡Ama..!

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Paz y bien 2 Pe 1, 5-6 Es bueno hacer lo que Dios quiere; pero quizá sea mejor, y cueste más, querer lo que Dios hace. Y todavía se puede dar otro paso adelante: querer lo que Dios hace, pero quererlo con amor; porque lo que en la vida se hace sin amor, vale muy poco; en cambio, lo que se hace con amor...¡cuánto se estima! Entre un ramo de flores que te tiran a la cara, o el capullito que te ofrecen con cariño; entre una tarjeta que te la dan como al pasar en la calle o aquella que te ofrecen con amor a la salida del templo... seguramente preferirás esto último. Si las cosas de tu vida las realizas con amor y por amor, nadie te preguntará que es lo que has hecho, sino más bien se fijarán en el amor con que lo has hecho. «Por esta misma razón, pongan todo el empeño posible en unir a la fe, la virtud; a la virtud el conocimiento; al conocimiento, la templanza; a la templanza, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad, el espíritu fraternal; y al espíritu fr

Llegar a la hora la muerte...

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Paz y bien Salmo 116, 15 Rom 8, 11 Muchos ponen toda su esperanza en morir bien; cómo es morir bien y cuál es el sentido que se le da esa frase... ¿morir sin dolor? ¿morir con una enfermedad corta? ¿morir rodeado de los tuyos? Morir bien es, sobre todo, morir con la conciencia tranquila, sin angustias espirituales, que son mucho más torturantes que los dolores de cuerpo. Morir bien es paz con Dios y con los demás; es morir de tal forma, que todos sientan tu muerte y nadie tenga motivos para alegrarse por ella. Quizá lo principal no es morir bien, sino vivir bien; porque debe ser muy triste llegar al fin de la vida, arrastrando tras de si una secuela de odios, de amarguras producidas a los que nos han rodeado, de injusticias con todos, de egoísmos, y cosas parecidas... en cambio, llegar a la hora de la muerte, con la conciencia de haber cumplido con nuestro deber durante la vida, con la seguridad de haber vivido bien, es lo que convierte el momento de la muerte en un pasar

Resucitar es encender las luces

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Paz y bien 3º Domingo de Pascua, B, Lucas 24, 35-48 Hay personas que opinan que la vida de cada ser humano está escrita. Dicen que el destino de cada uno ya está predeterminado. Los católicos no creemos en esta afirmación. Nosotros no creemos en el destino. La vida de cada ser humano está basada en el amor y la libertad personal que nos hace realmente dueños de nuestra existencia. El Evangelio de hoy nos dice que "así estaba escrito..." pero no referido a un cumplimiento ciego de un supuesto destino. Jesús entregó su vida libre y conscientemente por la salvación de todos. Aceptar al Señor pide de nosotros esa entrega libre y consciente a la voluntad de Dios. Muchas veces podemos pensar que el cristianismo es una religión complicada donde la filosofía se ha hecho teología y viceversa. Para algunos la filosofía les es suficiente para llenar sus vidas. Ya existen en muchas ciudades el "consejero filosófico" además de los consejeros espirituales y psicológico

El auxilio de María Santísima

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Paz y bien Invocar a María como Auxilio de los cristianos no es sino expresar con palabras lo que la celestial Madre hace en nosotros con sus obras. María es la gran auxiliadora del pueblo cristiano, que de ella recibe la protección contra las adversidades, el consuelo en sus penas, la fortaleza en las desgracias. Si el hijo en todo momento de aflicción acude a su madre, al cristiano no se le cae de los labios la invocación  de su Madre Santísima y a esta celestial Señora nada le preocupa tanto, como ayudar a sus hijos, que a ella acuden con sencilla confianza y profundo amor. ¡Oh Corazón de María! el más simple y compasivo de los corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los miserables pecadores; yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a ti a quien el Señor ha puesto todo el tesoro de ser por ti socorrido. Tu eres mi refugio, mi amparo, mi esperanza; por esto te digo y te diré en todos mis tiempos de apuros y peligros: ¡Oh dulce C

Bendita la luz

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Bendito el lugar y el motivo de estar ahí bendita la coincidencia. Bendito el reloj que nos puso puntual ahí... Bendita sea tu presencia. Bendito Dios por encontrarnos en el camino y de quitarme esta soledad de mi destino. Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada bendita la luz, bendita la luz de tu mirada... desde el alma. Benditos ojos que me esquivaban, simulaban desdén que me ignoraba y de repente sostienes la mirada. Bendito Dios por encontrarnos en el camino y de quitarme esta soledad... de mi destino. Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada bendita la luz, bendita la luz de tu mirada, oh. Gloria divina de esta suerte, del buen tino, de encontrarte justo ahí, en medio del camino. Gloria al cielo de encontrarte ahora, llevarte mi soledad y coincidir en mi destino, en el mismo destino. Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada bendita la luz, bendita la luz de tu mirada. Bendita mirada, oh,  bendita mirada desde

Imperfectos

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Paz y bien Job 4, 17 Job 9, 2-3 Nadie es totalmente perfecto, todos tenemos nuestras limitaciones, que no serán producto de una mala voluntad, pero si ello fruto de la humana naturaleza, débil e imperfecta. Hasta el sabio más sabio reconoce que hay cosas que ignora; más aún, cuanto más sabio es, más reconoce y lamenta el mundo ilimitado al que no alcanza con sus conocimientos, incluso en su propia especialidad. Hasta el santo más santo reconoce que tiene sus defectos e imperfecciones; más aún cuanto más santo es, tanto más humillado se siente, pues ve y lamenta que le falta tanto aún para llegar a conseguir perfección. “¿Hay algún hombre que se encuentre bueno delante de Dios?” “¿Cómo puede un hombre justificarse ante Dios? Si quisiera discutir con Él, no podría responderle ni una entre mil veces”. No temas por lo tanto, reconocer en ti limitaciones, imperfecciones y defectos; reconócelos y siéntelo profundamente. Si pensaras que no tienes defectos, sería argumento irre

Aquel que me fortalece

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Paz y bien Jn 15, 5 Filip. 4, 13 Es difícil tener fe; es mucho más difícil vivir sin fe. Con fe, el camino de la vida se hace difícil; sin fe, el camino se torna imposible. Si no se tiene fe, en su auténtica dimensión, se cae en mil supersticiones ridículas e irracionales. Sin fe, no alcanzarán a levantar una hoja del suelo; con la fe podrán mover el mundo y convertir al hombre. Ni fe sin amor, ni amor sin fe; ni fe sin obras, ni obras sin fe; ni Dios sin el hombre, ni el hombre sin Dios. Muchas cosas no se entienden hasta que no sufrimos por ellas. «Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace» puede ser una muy buena norma de conducta para la vida. La perseverancia es buena, si es perseverancia en el bien... el bien no es valedero si no es perseverante. Nosotros solos somos muy poca cosa; el Señor nos lo advierte “... pero sin mi no pueden hacer nada.” En cambio, sabemos que con El todo lo podemos, ya que Cristo y yo somos mayoría aplastante ... “Todo lo pued

Ya su olor inunda el cielo

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La bella flor que en el suelo plantada se vio marchita ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta, pero no fructificó del todo, hasta que quedó en un árbol seco injerta. Y, aunque a los ojos del suelo se puso después marchita, ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta, flores de finos olores, mas no se irá todo en flores, porque flor de fruto es ésta. Y, mientras su Iglesia grita mendigando algún consuelo, ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto cuando resucita Dios, que, si el barco llega al puerto, llegamos junto con vos. Hoy la Cristiandad se quita sus vestiduras de duelo. Ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Amén. —                                                                      Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre ___ Himno de Laudes, lunes de la Semana II, ti

El ángel guardián

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Es verdad, no es un cuento; hay un Ángel Guardián que te toma y te lleva como el viento y con los niños va por donde van. Tiene cabellos suaves que van en la venteada, ojos dulces y graves que te sosiegan con una mirada y matan miedos dando claridad. Él tiene cuerpo, manos y pies de alas y las seis alas vuelan o resbalan, las seis te llevan de su aire batido y lo mismo te llevan de dormido. Hace más dulce la pulpa madura que entre tus labios golosos estrujas; rompe a la nuez su taimada envoltura y es quien te libra de gnomos y brujas. Es quien te ayuda a que cortes las rosas, que están sentadas en trampas de espinas, el que te pasa las aguas mañosas y el que te sube las cuestas más pinas. Y aunque camine contigo apareado, como la guinda y la guinda bermeja, cuando su seña te pone el pecado recoge tu alma y el cuerpo te deja. Es verdad, no es un cuento: hay un Ángel Guardián que te toma y te lleva como el viento y co

Incrédulos

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Paz y bien Domingo 2º de Pascua - Divina Misericordia ¿Qué es en realidad lo que creemos los cristianos cuando hablamos de resurrección? ¿Qué es lo que creemos cuando afirmamos la resurrección de Jesús? La resurrección no es la reanimación de un cadáver, no es poner en marcha un corazón que se había parado; no es una vuelta a esta vida de debilidad y muerte para alargarla unos años más. No. Resucitar no es eso para nosotros los cristianos. La resurrección es la total transformación de toda la persona, su realización plena, su entrada en la Vida, en la Vida de Dios. Decir que Jesús ha resucitado es decir que ha triunfado, que ha sido constituido por Dios en Señor, en Hombre Nuevo. Y, por lo tanto, es afirmar que el Reino que Él predicaba es realmente posible. ¡Hay esperanza para los pobres, los marginados, los crucificados de la tierra tal como Él les anunció! Al lado de esta afirmación de la resurrección de Jesús el evangelio nos desconcierta. En lugar de la alegría y del goz

María, Paraíso de la augusta Trinidad

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Paz y bien María es más santa que los santos, más pura que los ángeles, más excelsa que los cielos, más gloriosa que los querubines, la más cercana y la más semejante a Dios. Es como un lirio entre espinas, como un amanecer sin ocaso, como un astro que recibe continuamente la luz del sol, como una fuente perenne, como un huerto siempre florido en el que se recrea el Padre eterno, saturado de fragancias por donde se pasea el Espíritu Santo... es el Paraíso de la augusta Trinidad. Fraternalmente, † Dominus Providebit

La Gloria de Dios

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La gloria de Dios, maneja mi vida, con hilos de amor, que puso en mi alma me lleva hasta Él La gloria de Dios gigante y sagrada me carga en sus brazos alienta mis pasos, me llena de paz y bien, sale a jugar cuando me viene a ver y me deja ganar De la gloria de Dios tendré el descanso para mis pies, con su manto mi frío desaparecerá y descansaré... de la gloria Dios vendrá bendición y abundante pan para ti para mí y a quien quiera venir a la gloria de Dios La gloria de Dios gigante y sagrada me carga en sus brazos alienta mis pasos, me llena de paz y bien, sale a jugar cuando me viene a ver y me deja ganar... De la gloria de Dios tendré el descanso para mis pies, con su manto mi frío desaparecerá y descansaré... de la gloria Dios vendrá bendición y abundante pan para ti para mí y a quien quiera venir a la gloria de Dios Y para quien no lo conozca habló de un amanecer, un río de aves y un sol que jamás ha salido y que sólo

Altares

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Paz y bien Exodo 30, 1-10 Todo templo tiene un altar; no sería templo sin el altar; el templo es para cobijar el altar. Pero es que en nuestra vida debemos tener un altar, allí en lo más secreto del alma, guardado con todo respeto y veneración y orientando hacia él todas las acciones de nuestro trajinar diario. Frente al altar cabe un postura de entrega y de brazos abiertos. De labios en flor, que se abren a besos, a canciones y a rezos. El beso al altar es palabra caliente de agradecimiento sincero; ese altar íntimo del alma debo besarlo de manera intensa, por cuanto en él está Dios, en él se manifiesta la bondad de Dios, que me sigue día a día, momentos tras momentos, pensando en mi, llamándome, esperándome. He de besar esa mano de Dios extendida, ese ara sacra en la que he de ofrendar mis sacrificios. “Harás también un altar para quemar el incienso... será un cosa santísima para Yavé” El altar en el que diariamente debes ofrecer tu holocausto al Señor, ha de ser la m

La victoria la tienen los esforzados

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Paz y bien Mateo 11, 12 No basta con querer una cosa; es indispensable poner los medios para alcanzarla; porque querer una cosa y no poner los medios, una de dos: o es una simpleza o es una cobardía. Una simpleza que pretende alcanzar las cosas sin esfuerzo, sin trabajo, sin emplearse a fondo; o una cobardía, que no deja desarrollar las fuerzas del espíritu, las inhibe, afloja los resortes de la voluntad. El que lucha y al mismo tiempo confía en Dios, llegará a la victoria; el que se esfuerza  y también tiene fe en sus propios esfuerzos, va por buen camino; el que se emplea a fondo con optimismo y no mira tanto al trabajo cuanto al éxito que coronará el trabajo, es digno de que Dios mismo esté de su parte y lo apoye. Y si Dios está de su parte, ya puede dar por descontada la victoria; victoria que no llegará quizá por sus esfuerzos sino por la ayuda de Dios; pero ayuda de Dios que exige que nosotros pongamos nuestros propios esfuerzos. Esfuerzos para renunciar el propio

Trilogías

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Paz y bien Sabiduría 2, 5 Puede parecer algo artificial, pero no deja de tener su razón: las trilogías, que al fin pueden ser símbolos de la Trinidad y así prudentemente, aprovechar el tiempo que Dios nos concede para la práctica del bien como legados históricos, esto es al fin, la práctica de las virtudes. Tres cosas debemos ser : puros, justos y honrados . Tres cosas debemos tener : valor, afecto y amabilidad . Tres cosas debemos dar : limosna al necesitado, consuelo al triste y estima a quien la merece . Tres cosas debemos amar : la sabiduría, la virtud y la inocencia . Tres cosas debemos ensalzar : la frugalidad, la laboriosidad y la presteza . Tres cosas debemos despreciar : la crueldad, la arrogancia y la ingratitud . Tres cosas debemos lograr : la bondad de corazón, la integridad de nuestros propósitos y nuestra alegría. «Nuestros días pasan fugaces como una sombra, la muerte no vuelve atrás; una vez señalado por la muerte, nadie vuelve» Fraternalmente,

Me levanto hoy

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Paz y bien Oración de San Patricio Me levanto hoy por una fuerza poderosa, la invocación a la Trinidad, la creencia en la Trinidad, la confesión de la Unidad del Creador del Mundo. Me levanto hoy por la fuerza del nacimiento de Cristo y de su bautismo, por la fuerza de su resurrección y de su ascensión, por la fuerza de su venida el día del juicio. Me levanto hoy por la fuerza de Dios que me guía, por el poder de Dios que me sostiene, por la inteligencia de Dios que me conduce, por el ojo de Dios que mira delante de mi, por el oído de Dios que me escucha, por la palabra de Dios que habla conmigo, por la mano de Dios que me guarda, por el camino de Dios que me precede, por el escudo de Dios que me protege, por el ejército de Dios que me salva de las redes del demonio, de las seducciones de los vicios, de las inclinaciones de la naturaleza, de todos los hombres que me desean el mal, de lejos y de cerca, en la soledad y en la multitud. Cristo conmigo, Crist

Un SI a la creación sin límite

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¡¡Feliz Pascua de Resurrección!! Celebramos la Pascua Victoriosa de Cristo Resucitado. Es la gran noticia que la Iglesia sigue anunciando en el mundo Cristo, el Amado, vive, fue como un beso del Padre al cuerpo roto y ensangrentado de su Hijo y lo llenó de Espíritu de vida. Cristo vive y está siempre con nosotros. La fuerza de la resurrección se me da para que también yo la comunique. Esto obliga a luchar contra las fuerzas que producen muerte, a situarnos junto a los crucificados, a resucitar lo que va muriendo, a alentar a lo que va naciendo. A veces nos desanimamos pensando que ni la sociedad ni la Iglesia se renuevan positivamente, que la injusticia campea libremente, que los sistemas económicos y financieros son perversos, y en ellos vivimos tranquilamente instalados, que el mundo sigue roto y la Iglesia dividida, que la gente pasa de todo tipo de utopías, que el consumismo todo lo materializa, y sentimos la tentación de gritar ¿Hasta cuándo? La respuesta de Dios es la

El dolor de María Santísima...

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¡Oh, Padre, devuélveme a mi Hijo! Que lo vea regresar como Hombre y no como un cadáver, como a Rey y no como a un sentenciado. Después, lo sé. El volvera a Tí, al cielo. Pero lo habré visto curado de tanto mal, lo habré visto fuerte después de su gran debilidad, lo habré visto triunfante después de su gran lucha, lo habré visto como a Dios después de que tanto sufrió por los hombres. Me sentiré feliz aun cuando no lo tenga cerca. Sabré que estará contigo, Padre Santo, sabré que para siempre está fuera del dolor... pero ahora, ahora no puedo olvidar que está en el sepulcro, está allí muerto por los dolores que le hicieron sufrir, que Él, mi Hijo Dios, está sujeto a la suerte de los hombres en la oscuridad del sepulcro, Él tu viviente. Padre, Padre, escucha a tu sierva. Por aquel “si”...nunca te he pedido nada porque he obedecido tu voluntad, tu voluntad que es la mía. Nada debía exigirte por haber sacrificado mi voluntad a Ti, Padre Santo. ¡Pero ahora, ahora, por aquel “si” que di

La cima del Gólgota

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No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. †   Dominus Providebit

Dios se ha hecho débil hasta morir

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Acusado, condenado, muerto. Traicionado, negado, vendido. Abandonado también de Dios porque sobre Mi estaban los crímenes que había tomado. Me vi más pobre que un mendigo a quien los bandidos hubieran robado. No se me dejó ni siquiera mi vestido con que cubriera mi amoratada desnudez de mártir. Ni siquiera después de muerto dejaron de insultarme y de herirme. Sumergido bajo el fango de todos vuestros pecados, arrojado hasta el fondo tenebroso del dolor, sin más luz del Cielo que respondiese a mi mirada de agonizante, y sin más voz que contestase a mi última súplica...  Isaías da la razón de tanto dolor: Verdaderamente El tomo sobre Si nuestros males y cargo nuestros dolores. Fraternalmente, † Dominus Providebit

Meditando el Evangelio del Jueves Santo

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Paz y bien Jn 13, 17 Un breve diálogo con el Señor que puedes llevar a tu oración para profundizar en el sentido del Jueves Santo Jesús, son tus últimas horas. ¡Cómo quieres a esos discípulos, a los que vas a dejar esta noche! ¡Cuánto van a sufrir! ¡Cuánto van a sufrir María, tu madre, que a querido acompañarte a Jerusalén sabiendo que ha llegado tu hora! ¿Qué más puedes hacer? Te queda una última cena para decir lo más importante, lo que les debe quedar como testamento para que lo puedan predicar después al mundo entero.  Sabiendo Jesús que todo lo había puesto el Padre en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía..., empezó a lavarles los pies a sus discípulos. Eres Dios y esa conciencia de tu divinidad te impulsa a servir. Y quieres hace algo gráfico, que entre por los ojos, inequívoco. Al lavar los pies a los apóstoles les estás grabando a fuego la clave de tu paso por la tierra: ser de Dios es ser servidor de los demás. No bastaba saberlo, hace falta ponerlo

Salvarse salvando... amor en estado puro

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Paz y bien Preocuparse por los demás, pensar en los demás, entregarse a los demás, en cristiano se llama apostolado; el apostolado no es una asignatura opcional para los cristianos ni un objeto de lujo del que en absoluto se pueda prescindir. Aunque, según el Papa Juan Pablo II, ni siquiera sería preciso exponer la doctrina cristiana si nuestra vida fuera auténtica; ni sería necesario recurrir a las palabras si nuestras obras dieran testimonio. No debemos olvidar que el hombre no se salva hasta que el mismo no se convierta en salvador de los demás... solamente se salvará salvando. Ante el múltiple trabajo que queda por hacer, conviene recordar un viejo proverbio oriental «Más vale encender un fósforo que maldecir en la oscuridad» ; más que lamentarnos de que falta mucho por hacer, o de que otros hacen poco, hagamos algo nosotros, encendamos una luz para disipar las tinieblas. El sálvese quien pueda no es cristiano. Indudablemente hay que salvarse en racimo, con los hermanos y

El hombre interior

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Paz y bien Lc. 17, 21 A Dios se lo encuentra en la profundo del corazón. Quien se encuentra con Dios se conoce mucho mejor a si mismo, porque se descubre y experimenta amado por Dios. En ese encuentro reconoce que cosas pide Dios que destierre del corazón para que pueda habitarlo más plenamente la Trinidad Santa. El hombre interior , aún en medio de luchas y padecimientos, gustará la felicidad porque se sabe propiedad de Dios. El hombre exterior , el que sigue sus propias inclinaciones y vive como propiedad del mundo, aún en medio de efímeros gozos, padece; experimenta lo pasajero del mundo y la atención al que dirán carcome su aparente paz y bienestar. El hombre exterior no se conoce; no es testigo consciente de sus propios defectos y por eso se transforma en juez de las conductas ajenas. El hombre interior se conoce radicalmente incapaz y profundamente pecador; esa convicción es un escudo para librarlo de la constante tentación de juzgar al prójimo. El hombre exterior

Se puede, siempre se puede

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Paz y bien Cuando sé aquietarme noto como se ensanchan mis posibilidades y puedo avanzar seguro y decidido. Mi fuerza interior crece si estoy en armonía con Dios y con mi conciencia, y así renuevo la fe y alejo las dudas. Sé que puedo confiar y superar los obstáculos, calmar las penas y dominar la incertidumbre. Todo sale mejor cuando conservo la serenidad y entro en sintonía con Dios dentro de mí. Sé que en las crisis la luz se apaga para volver a encenderse y, mientras tanto, es penoso caminar. Por eso renuevo la decisión de ser perseverante y me digo a mi mismo palabras de ánimo y esperanza. Sé que el sol volverá a brillar en el horizonte y no escucho los presagios apocalípticos de los pesimistas. Apelo a toda mi fuerza interior, confío en Dios y El me da fuerzas para proseguir y no rendirme. Fraternalmente, †   Dominus Providebit __ Algunas huellas de Gonzalo Gallo

Eloí, eloí, lemá sabaqtaní..!

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Paz y bien Domingo de Ramos La Pasión que nos cuenta san Marcos es la más antigua que existe ya que es anterior a la de los otros Evangelios sinópticos —san Mateos y san Lucas— escritos más tarde. Comienza el relato con la conspiración para arrestar y matar a Jesús. Le sigue un momento de alegría con perfume derramado y a renglón seguido la traición de Judas, La cena del Señor se continúa con  la negación de Pedro desde donde se pasa a la oración en Getsemaní. De la oración pasamos al arresto y de allí al Sanedrín y a las negaciones de Pedro. Pilato y la sentencia de muerte de Jesús le llevan directamente a la crucifixión, a la muerte y a la sepultura. ¿Cuántas veces en nuestra vida sucede lo mismo? De la gloria pasamos a la soledad del dolor , de allí al juicio y del juicio a la propia muerte. Estamos en Domingo de Ramos cuando entramos triunfalmente en la vida de los demás. Cuando somos alguien para los otros, cuando el Evangelio no nos resulta pesado de llevar ni inconven