Diciembre
¡Paz y bien!
Este es el mes de la expectativa de la venida del Señor Jesús.
Es Cristo el que ha de venir y ha de venir para salvarnos; somos nosotros los beneficiados con su venida.
Ese Cristo que es nuestro hermano, primogénito de todos los predestinados, como lo llama San Pablo; nuestro hermano que debe comprendernos y ayudarnos.
Ese Cristo que es nuestro amigo, que recibe todas nuestras confidencias y en el que podemos volcar todas nuestras angustias.
Ese Cristo que es nuestro compañero de trabajo, pues lo tenemos junto a nosotros en todos los momentos de nuestros días y en todas nuestras actuaciones.
Ese Cristo que es nuestro redentor, por cuya muerte nosotros tenemos vida: la vida de la gracia.
Ese Cristo que es nuestro salvador, que nos liberó de la muerte de la condenación y de la muerte del pecado, de la esclavitud de nuestras propias pasiones.
Ese Cristo que es nuestro Dios, a quien le debemos adoración profunda y amor sin límites.
Ese es el Cristo que tiene que venir y para cuya venida nos estamos preparando durante este tiempo de Adviento que es el mes de diciembre.
Que también este año se pueda cantar Gloria a Dios en los cielos y paz a los hombres en la tierra.
Fraternalmente,
__
Imagen: Belen Bíblico Monumental - Diputación de Valladolid 2008
Este es el mes de la expectativa de la venida del Señor Jesús.
Es Cristo el que ha de venir y ha de venir para salvarnos; somos nosotros los beneficiados con su venida.
Ese Cristo que es nuestro hermano, primogénito de todos los predestinados, como lo llama San Pablo; nuestro hermano que debe comprendernos y ayudarnos.
Ese Cristo que es nuestro amigo, que recibe todas nuestras confidencias y en el que podemos volcar todas nuestras angustias.
Ese Cristo que es nuestro compañero de trabajo, pues lo tenemos junto a nosotros en todos los momentos de nuestros días y en todas nuestras actuaciones.
Ese Cristo que es nuestro redentor, por cuya muerte nosotros tenemos vida: la vida de la gracia.
Ese Cristo que es nuestro salvador, que nos liberó de la muerte de la condenación y de la muerte del pecado, de la esclavitud de nuestras propias pasiones.
Ese Cristo que es nuestro Dios, a quien le debemos adoración profunda y amor sin límites.
Ese es el Cristo que tiene que venir y para cuya venida nos estamos preparando durante este tiempo de Adviento que es el mes de diciembre.
Que también este año se pueda cantar Gloria a Dios en los cielos y paz a los hombres en la tierra.
Fraternalmente,
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Imagen: Belen Bíblico Monumental - Diputación de Valladolid 2008
Felizes os que acreditam e amam de todo o coração Jesus - Filho de Deus Altíssimo.
ResponderBorrarOjala que que ese canto pudiera extenderse por todos los rincones de la tierra.
ResponderBorrarUn abrazo.