29 de enero de 2011

Una Plegaria a la Virgen

Santa María, Madre de Dios,
dame un corazón de niño,
puro y transparente
como agua de manantial.
Dame un corazón sencillo,
que no experimente la tristeza;
un corazón generoso en la entrega,
tierno en la compasión;
un corazón fiel y generoso,
que no olvide ningún beneficio,
y no guarde rencor por ningún mal;
dame un corazón humilde,
que ame sin exigir ser amado,
que goce desapareciendo en otro corazón
delante de tu divino Hijo;
un corazón grande e invencible,
que no se cierra ante ninguna ingratitud,
que no se canse ante ninguna indiferencia;
un corazón apasionado
por la gloria de Jesucristo,
herido por su amor,
con una herida que no cierre hasta el cielo

Leoncio de Grandmaison
Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre,

6 comentarios:

  1. un corazón apasionado
    por la gloria de Jesucristo,
    herido por su amor,
    con una herida que no cierre hasta el cielo gracias queDios te bendiga siempre unidos enn oración y un abrazo

    ResponderBorrar
  2. "Un corazón que goze desapareciendo en otro corazón delante de tu divino Hijo..."
    Santa MAría permanece siempre a mi lado.Gracias Claudio,es precioso. Un abrazo.

    ResponderBorrar
  3. Que me dé un corazón grande que se alegre al dar, pero no se entristezca al no recibir. Un abrazo Claudio ¡¡

    ResponderBorrar
  4. Amén.

    Amigo qué hermosa oración. Quién pudiera confiar en Dios como un niño en su padre! ¡Por Dios! Rezo por esa confianza en Dios,nuestro Padre.
    Un abrazote.

    ResponderBorrar
  5. Que hermosa oración en forma de poesía.
    Preciosa. Para decirla todo el día.
    Graciaaaaaaaaaaaas!!!

    ResponderBorrar
  6. ¡Gloria a Dios!
    Un abrazo en el Señor

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.