¿Que es tener claridad en la vida?
Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre,
Domingo 3, tiempo ordinario, ciclo A - Mateo 4, 12-23
Juan estaba preso y Jesús va a Galilea. Galilea era la parte más remota del país y la más lejana de Jerusalén. Era considerada con desprecio y sus habitantes tenidos como gente ruda y tosca. Cafarnaúm era una ciudad de Galilea. En este contexto Jesús comienza a predicar y a proclamar el cumplimiento del profeta Isaías: la luz ha llegado al pueblo que vivía en la oscuridad.
La vida de cada ser humano tiene numerosos momentos de oscuridades. Incluso los grandes místicos han pasado por noches oscuras que, aunque purificadoras, siempre tienen una gran carga de dolor. Quien da cabida a Jesús es capaz de ver con profunda claridad su vida y toda su existencia, aunque ese seguimiento requiera un esfuerzo y sacrificio.
¿Qué es tener claridad en la vida?
Curiosamente decimos que la mañana es clara, que tenemos las cuentas claras y que las intenciones son claras... pero quizás no nos hemos detenido a examinar con profundidad la claridad de nuestra vida.
Tener claridad es saber distinguir lo que nos pasa y por qué nos pasa; saber distinguir quienes somos, de quienes no somos, y saber que no somos dioses y que Dios es Dios.
La tiniebla es engañarse a uno mismo; no querer ver la realidad de mi vida ni la presencia de Dios en ella, por eso las sombras son "sombras de muerte", porque no me hacen ser más humano; no me hacen crecer ni humana ni espiritual ni emocionalmente. Una de las grandes tragedias de la vida humana es saberse en tinieblas y no encontrar senderos de luz.
Encontrar esos senderos, es la conversión a Dios para que la luz llegue a nuestra vida. Convertirse -como vimos antes- es cambiar de mentalidad para adquirir los criterios de Dios. Pero no todo el mundo está dispuesto a realizar este cambio. Muchas veces por miedo o por comodidad las personas prefieren mantenerse en sus dolores que ir a sus esperanzas. Prefieren el sufrimiento al enfrentamiento consigo mismo.
El Señor no nos enfrenta con los demás, ni tan siquiera con nuestros enemigos. Hace algo mucho más duro: nos enfrenta contra nosotros mismos y nuestro mundo interior.
La vida cristiana no se basa en el ver milagros sino en confiar plenamente en Aquel que puede hacerlos. No basta decir yo tengo fe, es algo. Pero no suficiente. Esa fe tiene consecuencias. Recibir el mensaje de Jesucristo con fe, hoy, es seguirlo en el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Tal vez algunos que no han nacido y crecido como Católicos busquen la Voluntad de Dios mejor que muchos de los que sí hemos tenido ese privilegio.
¡Cuidado de no quedar fuera! Cuidado si no nos dejamos iluminar por esa “gran luz” que es Jesucristo nuestro Señor. Cuidado si no aceptamos su mensaje de salvación. Porque “el Señor es mi luz y mi salvación. Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida” (Sal. 26). Y, para vivir en la casa del Señor eternamente, es necesario comenzar a vivir en su casa aquí en la tierra. Y eso significa vivir en su Voluntad siempre y en todo momento.
Una breve reflexión sobre la sexta jornada de oración por la unidad de los cristianos donde el tema propuesto es reforzar nuestra vida de oración y tomar mejor conciencia de la manera como nos enfrentamos ante las situaciones de injusticia y desigualdad, allí donde estamos. En todo eso, es la oración la que da a los cristianos la fuerza para ejercer la misión común.
Elevemos juntos al Padre Celestial esta oración
La vida de cada ser humano tiene numerosos momentos de oscuridades. Incluso los grandes místicos han pasado por noches oscuras que, aunque purificadoras, siempre tienen una gran carga de dolor. Quien da cabida a Jesús es capaz de ver con profunda claridad su vida y toda su existencia, aunque ese seguimiento requiera un esfuerzo y sacrificio.
¿Qué es tener claridad en la vida?
Curiosamente decimos que la mañana es clara, que tenemos las cuentas claras y que las intenciones son claras... pero quizás no nos hemos detenido a examinar con profundidad la claridad de nuestra vida.
Tener claridad es saber distinguir lo que nos pasa y por qué nos pasa; saber distinguir quienes somos, de quienes no somos, y saber que no somos dioses y que Dios es Dios.
La tiniebla es engañarse a uno mismo; no querer ver la realidad de mi vida ni la presencia de Dios en ella, por eso las sombras son "sombras de muerte", porque no me hacen ser más humano; no me hacen crecer ni humana ni espiritual ni emocionalmente. Una de las grandes tragedias de la vida humana es saberse en tinieblas y no encontrar senderos de luz.
Encontrar esos senderos, es la conversión a Dios para que la luz llegue a nuestra vida. Convertirse -como vimos antes- es cambiar de mentalidad para adquirir los criterios de Dios. Pero no todo el mundo está dispuesto a realizar este cambio. Muchas veces por miedo o por comodidad las personas prefieren mantenerse en sus dolores que ir a sus esperanzas. Prefieren el sufrimiento al enfrentamiento consigo mismo.
El Señor no nos enfrenta con los demás, ni tan siquiera con nuestros enemigos. Hace algo mucho más duro: nos enfrenta contra nosotros mismos y nuestro mundo interior.
La vida cristiana no se basa en el ver milagros sino en confiar plenamente en Aquel que puede hacerlos. No basta decir yo tengo fe, es algo. Pero no suficiente. Esa fe tiene consecuencias. Recibir el mensaje de Jesucristo con fe, hoy, es seguirlo en el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Tal vez algunos que no han nacido y crecido como Católicos busquen la Voluntad de Dios mejor que muchos de los que sí hemos tenido ese privilegio.
¡Cuidado de no quedar fuera! Cuidado si no nos dejamos iluminar por esa “gran luz” que es Jesucristo nuestro Señor. Cuidado si no aceptamos su mensaje de salvación. Porque “el Señor es mi luz y mi salvación. Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida” (Sal. 26). Y, para vivir en la casa del Señor eternamente, es necesario comenzar a vivir en su casa aquí en la tierra. Y eso significa vivir en su Voluntad siempre y en todo momento.
Una breve reflexión sobre la sexta jornada de oración por la unidad de los cristianos donde el tema propuesto es reforzar nuestra vida de oración y tomar mejor conciencia de la manera como nos enfrentamos ante las situaciones de injusticia y desigualdad, allí donde estamos. En todo eso, es la oración la que da a los cristianos la fuerza para ejercer la misión común.
Elevemos juntos al Padre Celestial esta oración
Dios Padre nuestro, nos alegramos de que en todo momento, lugar y cultura, la gente se vuelve hacia ti para orar. Te damos gracias sobre todo por el ejemplo y la enseñanza de tu Hijo, Jesucristo, que nos enseñó a perseverar en la oración para que venga tu reino. Enséñanos a orar mejor entre los cristianos reunidos, para que tengamos siempre conciencia que tú nos guías y nos animas a través de todas nuestras alegrías y nuestros dolores, con la fuerza del Espíritu Santo. Amén.Fraternalmente,
Este evangelio de hoy esta llano de detalles en el primer momento de que Jesús se entera de que Juan es arestado sale a Galilea de un acontecimiento negativo Jesús comienza su misión y pedia al señor las luces necesaria para saber descubrir en cada acontecimento negativo sacar algo bueno luego el pueblo que habitaba en tiniebla vio una grande luz y sentia como el señor se revela en nuestra pobreza en nuestra miserias allí ÉL se revela que el señor nos conceda que su luz brille siempre en nosotros muy unidos en oración y un abrazo
ResponderBorrarMe ha gustado muy mucho tu reflexión acerca de la luz y las tinieblas, ese no querer ver en muchos momentos nuestro interior.
ResponderBorrarSintonizo con toda la entrada.
Gracias.
Unidos
En Comunión... ¡un saludo! Y ¡gracias!
ResponderBorrarQue entrada más bonita Claudio. Nunca había oido hablar de la claridad refiriéndose a la Fé, y me ha encantado como lo has expuesto. Un beso ¡¡
ResponderBorrarHola Claudio deseo para vos una Semana de mucha Luz interior para tu bien y para que nos sigas iluminando con tus post.
ResponderBorrarDios te bendiga!
Un besote.
¡Gloria a Dios! Un abrazo a todos
ResponderBorrarDios los bendiga