11 de enero de 2011

El comienzo de la fe

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre,
«...tomen otro camino, y crean en la Buena Nueva.» (v. 15)
La liturgia nos propone -en este nuevo tiempo- el texto del evangelista Marcos donde nos muestra a Jesús llamando a la conversión, al cambio de vida porque es el momento propicio. Y en ese «plan» deja señales: expulsa dos demonios por aquí, otro por allá, cura paralíticos, ciegos, sordos... muestra tantos nuevos valores, recupera tanto la dignidad de las personas que provoca quiebres en quien lo escucha.

Pero al mismo tiempo, abre una escuela de espiritualidad incorporando los primeros discípulos (Mc. 1, 17) A Simón, Andrés, Santiago y Juan; Jesús ya los conocía, no era gente ociosa, sino trabajadores responsables y se parecían mucho a los jóvenes de hoy que son generosos para entregarse a una obra grande.

No sabían lo que podría ser el Reino de los Cielos pero confiaban plenamente en el Señor, en que los guiaría, y esto para ellos era el comienzo de la fe. En la medida que respondamos a la iniciativa de Dios y recibimos el poder del Santo Espíritu para actuar maduramos en la fe. Esta medida será eficaz cuando también sepamos cumplir con el mandato del Señor
Id por todo el mundo y haced discípulos míos a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñandoles a guardar todo lo que yo os he mandado; y sabed que estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt. 28, 18-20)
Así la tarea de evangelización de todos los hombres constituye una misión esencias en la Iglesia, su vocación y su identidad más profunda. Esta vocación es de todo cristiano, es el envío a ver a Jesús en el mundo para el crecimiento de los hombres en la fe.

El ayudar a una persona a dar pasos firmes en su vida de fe, va a implicar que le asistamos también en su proceso de maduración humana: le ayudaremos para que vaya integrando su personalidad y así permitir que la vida de Jesús penetre en todas las áreas de su vida; impulsándolo, además, a tomar decisiones libres y responsables y a aceptar las consecuencias de las mismas.

Yo tengo mucha fe -dice la gente- yo creo que Dios me protegerá, yo creo que las cosas me saldrán bien. Muy bien, pero esa fe, la tienen también las personas religiosas de cualquier religión: no es pues, la fe cristiana.

La fe cristiana empieza cuando uno toma otro camino por seguir a Jesús. Tomar otro camino, es lo que significa la palabra conversión.

Fraternalmente,

Claudio


7 comentarios:

  1. Solo Dios puede cambiar la vida si dejamos a Dios ser Dios en nosotros el señor nos habla de que solo ÉL puede hacer que ocura el milagro de amor en nuestras vida el volvernos a ÉL gracias que dios te ilumine siempre y muy unidos en oración y un abrazo fuerte mil gracias Claudio

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  2. Gracias por cada entrada que aqui encuentro, todas ellas me ayudan a ver más claro, a entender, a ir detrás de ese Jesús que ocupa toda mi vida. Muchas gracias.

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  3. "En un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo... yo tomé el menos transitado. Estó marcó toda la diferencia".

    ROBERT LEE FROST (1874-1963)

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  4. Él está con nosotros hasta el fin de los tiempos...Esa es la gran esperanza que tenemos para seguir nuestro camino. Aunque sea a través del desierto o de la obscuridad más absoluta. Él está con nosotros. Un abrazo: Joan Josep

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  5. La fe es la certeza de la existencia de Dios, al que no vemos, sino en los hermanos. Es la condición necesaria para ser salvos.
    Un besote.
    Dios te bendiga

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  6. Creer en Jesús, para mí, es haber encontrado el Eterno Tú al que aspiraba sin saberlo, Aquel que no tiene fin, Aquel en Quien todo cobra sentido.
    Un abrazo.

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  7. Gloria a Dios.
    Que el Señor de la Vida los bendiga.
    Un abrazo fraterno

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