5 de junio de 2012

Comulgar

Paz y bien

Cuando uno no piensa más que en sí mismo, no hace otra cosa que levantar una barrera inexpugnable contra el verdadero amor.

El amor es comunión, verdadera entrega mutua; por tanto ha de estar dispuesto a dar y a recibir; para dar, es preciso ser generoso; para recibir es preciso ser humilde; solamente los generosos y los humildes estarán capacitados para amar verdaderamente.

Ninguna comunión más profunda, más íntima y más real que la comunión con Dios; porque en ella Dios se nos entrega a nosotros plenamente y nos recibe con plenitud; por eso, la comunión eucarística es la mejor forma de llegar a desaparecer nosotros, para consumirnos en Dios, que nos llega a poseer hasta lo más íntimo de nuestro ser.
«Al hacerse discípulos de la verdad, ustedes han logrado la purificación interior de la que resulta el sincero amor entre hermanos. Amense entonces unos a otros de todo corazón...» (1 Pe. 1 , 22)
Para poder comulgar a Dios, es preciso primero saber comulgar a los hermanos, a todos los hombres; y comulgar a los hermanos es darse a ellos y recibir a ellos.

2 comentarios:

  1. Esto quiero ponerlo siempre en practica...porque la de veces que habré comulgado mal!!!!! Madre Mia....la Eucaristia es la Clave pero si no lo vivo con mis hermanos?????Me encanta esta reflexion...decia un santo que el cristiano tendriamos que tener siempre la misma respuesta: De donde vienes? De Comulgar....·A donde vas?...a Comulgar...y que cierto eh?

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