28 de noviembre de 2011

Detrás del miedo está la libertad

Eccli. 40, 26-27

¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?

Piensa que tú puedes sentirte atado. No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preócupate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.

Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.

Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.

No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien. 

Rompe todas tus cadenas, pero desata también o corta todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.

Vive plenamente el adviento.

Fraternalmente,



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Con la ayuda del padre Alfonso Milagro

2 comentarios:

  1. Bom dia
    Muitas vezes estamos amarrados a coisas que não valem nada.
    Este mundo nos cega e ilude.
    É preciso estudar e aprender a ser livres, com espaço para seguir as coisas que nos levam a Deus ajudando aqueles que se cruzam connosco.

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  2. La tibieza ahoga el alma...
    Un abrazo.

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