12 de noviembre de 2011

Una plegaria sencilla

Virgen de la reconciliación, mostranos al Padre cada día 
y a Cristo que vive en los hermanos.
Ayúdanos a comprender las exigencias del Sermón de la Montana.
Que seamos sal de la tierra, luz del mundo,
levadura de Dios para la historia.
Enséñanos a vivir sencillamente la fecundidad de las bienaventuranzas.
Que seamos pobres y misericordiosos,
limpios de corazón y serenos en la cruz,
hambrientos de justicia y hacedores de la paz.
Que gritemos al mundo ¡Dios en nuestro Padre y
todo hombre es mi hermano!
Que asumamos sus angustias y esperanzas.
Que enseñemos a los hombres descreídos y amargados
que sólo confían a la ciencia y a las armas
y viven la explosiva tentación de la violencia,
que la paz es posible todavía,
porque es posible el amor.

Cardenal Eduardo Pironio*
Fraternalmente,


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* 1920-1998, fue presbítero, obispo y cardenal católico argentino
Imagen: Virgen del Rosario de San Nicolás, Argentina

2 comentarios:

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.