7 de noviembre de 2011

Proverbios 3, 5-6

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre

Señor, tú que estás por encima nuestro,
tú que eres uno de nosotros,
tú que estás también en nosotros,
que todos te puedan ver también en mí,
que yo pueda preparar el camino para ti,
que yo pueda agradecer por todo lo que me acontece.
Consérvame en tu amor,
así como tu quieres que los demás se conserven en el mío.
Que todo, en mi ser, se transforme en una alabanza.
Que jamás llegue a desesperar, porque estoy en tus manos
y toda fuerza y bondad están en ti.
¡Dame un espíritu puro para que te pueda ver!
¡Dame un espíritu humilde para que te pueda oír!
¡Dame un espíritu lleno de amor, para que te pueda servir!
¡Dame un espíritu fiel para que pueda permanecer en ti!

Esta maravilla fue escrita por Dag Hammarskjöld, Premio Nobel de la Paz póstumo en 1961. En el enlace está su historia.

Fraternalmente,


Imagen: Terremoto de Haití, 2010

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