Las alabanzas a Dios, garantía de victoria
Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre, El Antiguo Testamento contiene muchos episodios de guerra en que Dios está de lado de su pueblo, tanto más cuanto le es fiel. ¿Podemos imaginar aquellas luchas contra los enemigos del pueblo de Dios como las luchas interiores que nosotros tenemos? Si, aún cuando el enemigo es poderoso, desproporcionado con relación a nuestras fuerzas; si confiamos en Dios, en la fuerza que viene de lo alto, ningún enemigo nos podrá vencer. Hoy, otros son los enemigos; en el Ángelus Dominical el Santo Padre manifestó: «Demasiadas personas deciden usar la violencia para imponer sus propias ideas políticas o religiosas. Debemos querernos como hermanos, a cualquier religión o cultura a la que pertenezcamos (...) La Iglesia no teme la pobreza, el desprecio, la persecución en una sociedad que a menudo se siente atraída por el bien material y el poder mundano» . La exigencia de Dios es que en esa pelea creamos en él y cumplamos sus planes y no los nuestros