19 de noviembre de 2010

Las bienaventuranzas, hoy - Parte 1

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre!
«Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo» (Mt 5, 48)
Jesús vivía lo que enseñaba

A esta enseñanza se la conoce como el Sermón de la Montaña, porque Jesús predicaba en la ladera de una montaña, arriba de un monte cerca de Cafarnaún. El no usaba micrófono (aparecieron bastante después), pero tenía unos pulmones grandes, su voz era fuerte y resonante, perfectamente audible para las multitudes. Jesús era alto, corpulento y además, muy didáctico. Los hacía sentar en grupos de unos cincuenta, y daba enseñanzas al servidor, al apóstol, al discípulo. Se las trasmitía para que a su vez ellos se las contaran a todos. Jesús era muy inteligente, muy «vivo», porque para evitar que «chimentasen» en otro lado, los hacía «chimentar» con él. Predicaba la doctrina de Dios, no «chimentaba» los defectos del cura, de la monja, de la familia, del barrio.

Jesús, es el que da la enseñanza, el que da el ejemplo con su propia vida, el que cumple al pie de la letra las bienaventuranzas. Nadie fue más pobre, más paciente, más afligido que él; con más hambre y sed de justicia, más misericordioso.

Bienaventurados los que tiene alma de pobre

Las bienaventuranzas son un resumen fabuloso del cristianismo. Sin embargo, desde chiquitos, en el catecismo, nos enseñan los mandamientos, la Ley: no hagas esto, no hagas lo otro, prohibido matar, prohibido fornicar, prohibido esto, prohibido aquello; siempre lo prohibido y no se profundiza este pasaje del Evangelio, donde Jesús indica cual debe ser el comportamiento de los que quieren entrar en su Reino. Claro que en medio de un mundo egoísta que quiere estar alegre, que busca la felicidad en lo material, que compra cosas queriendo realizarse, es muy difícil que aparezca alguien que quiera escuchar «Felices los pobres». Eso dice Jesús, pero todos, desesperados queremos sacar la lotería. ¿Cuantos millones se juegan en todos los juegos? Son fortunas las que se gastan.

Pero, ¿por qué la pobreza?

El Reverendo Moon dijo que el cristianismo no sirve porque Jesucristo cometió dos errores: primero, no tenía plata y sin plata no se puede hacer una religión; y, segundo, murió en la cruz, en un suplicio que era para los asesinos. Así que Moon quiso corregir a Jesucristo y, después terminó en la cárcel porque no pagaba los impuestos.

Jesús dice claramente: «Bienaventurados los que tienen alma de pobre, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos». Y al decir alma de pobre, no solamente se refiere a una pobreza sociológica o a una pobreza material, sino que apunta a que los hombres deben tener una mínima de pobreza, pero de alma; porque hay muchos pobres que son resentidos y si fuesen ricos serían peores que los ricos. Y hay algunos ricos que son pobres de espíritu y que colaboran con las buenas obras, que ayudan, que aman a los humildes.

La cuestión, entonces, no es de bolsillo, es de espíritu. Está conectado con los pobres de Yahvé. ¿Quién fue el pobre más pobre? Jesús. Y después de él quien más. San Francisco... y otros seguramente santos.

El Sermón de la Montaña resume toda la moral cristiana, como una invitación a la perfección que Dios desea para nosotros. Una invitación a un nuevo estilo de vida que se funda en el amor llevado hasta sus últimas consecuencias y convierte a los discípulos de Jesús en «sal de la tierra» y «luz del mundo» (Mt 5, 13-16)

Fraternalmente,

Claudio



Extraído de Revista Resurrección - Padre José Nicolás Romero

2 comentarios:

  1. ME ENCANTÓ la entrada. Al hombre, inmerso en la sociedad en que vive, con el consumismo, con la lucha por la supervivencia le cuesta llevar adelante todos los principios cristianos, no es fácil, tampoco imposible, por algo es terreno. Me fascina la expresión de ser perfecto como el Padre que está en los cielos. Si, de todos los seres vivos que habitan este planeta somos los más perfectos, los más parecidos a Él. Sabés cuánto nos falta para ser como Él, cuanto para andar, para aprender, para crecer,para dar. Por algo dicen que hay gente que muere y que no aprendió a vivir.
    Espero que no sea mi caso.
    Que tengas un buenfinde. Besossssssssssss

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  2. Buen fin de semana para vos Norma
    Con afecto,
    Claudio

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