18 de noviembre de 2010

Antorchas vivientes

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre!

Jesús les dijo también:
«Cuando llega la luz ¿debemos ponerla bajo un macetero o debajo de la cama? ¿No la pondremos más bien sobre el candelero?» (Mc 4,21)
Cuando estamos en la iglesia todos parecemos unos “angelitos” en el templo todos parecemos unos “santitos” si nos preguntan: ¿están decididos a cambiar de vida? Nosotros respondemos ¡Siii! Si nos cuestionan ¿Están decididos seguir a Cristo? ¿Aceptan el reto de evangelizar a los demás? Nosotros sin dudar respondemos s ¡Si! ¡Si! ¡Si!. Luego al salir de la iglesia ya somos otras personas, antes de salir dejamos nuestras “alas de ángel” las dejamos colgadas en la puerta de entrada al templo. Afuera en la vida cotidiana somos otras personas, somos diferentes.

Como le decía un novio a su novia:

-Sabes una cosa cariño, cuando estoy contigo me siento otro...

-Que casualidad a mi me pasa lo mismo, responde la novia.

El novio sorprendido dice: esto me pone en una encrucijada, si tú dices que eres otra y yo soy otro. Cuando estamos juntos ¿Quienes somos en realidad?…

Cuando estamos en la iglesia ¿Quiénes somos en realidad?

Cuando estamos fuera de la iglesia ¿Quiénes somos en realidad? ¿Cómo nos comportamos?

¿Qué tipo de vida llevamos?

Nuestra vida fuera de la iglesia tiene que ser una vida de luz, “una vida ejemplar”, tenemos que ser portadores de “la luz del mundo” (Jn 8,12). En este mundo lleno de tinieblas, nuestra vida tiene que ser una lámpara que ilumine la vida de los demás. Nosotros queremos que los demás conozcan la palabra de Dios, nos gustaría que los demás lean la biblia, pero sin embargo la única biblia que muchos leen es el ejemplo de vida que nosotros les transmitimos.

Hace un tiempo atrás, escuche una frase en la televisión que tiene que ser puesta en práctica por todos los seguidores de Cristo. El de la tv dijo: “Las palabras impactan pero el ejemplo arrastra”.

Los que todavía no llegan a la iglesia, los que aun no han decidido seguir a Cristo, hoy más que palabras y palabras necesitan de “ejemplos de vida” “Cristianos que imiten a Cristo” los que viven alejados de Dios son como Tomas, ellos necesitan “ver para creer”. Y si nosotros llevamos debidamente la antorcha del evangelio, difícilmente esta luz divina, pasara inadvertida por los que viven en las tinieblas. Al ser antorchas vivientes, la luz de Cristo iluminara aun los corazones más oscuros.

Para terminar quiero preguntarle como cristiano católico: ¿Quién es usted en realidad? ¿Es usted luz que ilumina a los demás? ¿Está llevando debidamente la antorcha del evangelio?

Pidamos a Dios en este día que los cristianos católicos nos transformemos en evangelios vivientes, en antorchas vivientes, que podamos decir a los demás como lo dijo el apóstol Pablo: “Sigan mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo” (1 Co 11,1)

Fraternalmente,

Claudio



Tomado de «Mensajes con Poder»

2 comentarios:

  1. Hola Claudio, como siempre un placer leerte.
    "Basta una pequeña luz para romper una gran oscuridad, Tú puedes ser esa luz"
    Te comparto esta frase q me gusta y le pido al Espíritu Santo q derrame en cada uno de nosotros las Luz de Su Amor.
    Un abrazo en Cristo.

    ResponderBorrar
  2. Gracias por sureflexión de hoy tienes razón hemos de ser testimonio de vida para otros pidamos al Señor que nos enseñe a ser como ÉL mi mayor deseo es que todo el que se acerque a mí le encuentre a ÉL y le vea a ÉL y pido su gracias en todo momento de mi vida para SER no solo hacer unidos en oración y un abrazo en Cristo Jesús

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.