16 de enero de 2013

Un camino y una meta


Todo pasa, es verdad; pero no es tan verdad. ¿Te parece que todo pasa y que pasa del todo? Yo creo que no.

Es verdad que todo pasa y que todos pasamos; pero nosotros, al menos, no pasamos del todo; hay algo que queda detrás de nosotros.. como un rastro... como una semilla... como un germen que a su debido tiempo deberá desarrollarse.

El poeta Núñez de Arce cantó que:
¿Que es nuestra vida? El sueño del momento,
onda que pasa, sombra que se aleja;
ave tímida y muda, que no deja
ni el rastro de sus alas en el viento...
¿Y las buenas obras? ¿Y las malas obras? ¿No dejan rastros que perduran? ¿No quieres que tu vida deje huellas? ¿Te satisface vivir unos pocos años y luego pasar al vacío infinito y al total olvido? No creo que ningún corazón humano quede satisfecho con es perspectiva...

Me gustan los aforismos y hay uno que palmariamente muestra la vida de una persona que no tiene más ambiciones que la nada...
¿Algo es mio? Nada es mío. Ni mi vida ni las cosas de mi vida; están en mi. Me son dadas en un día de infinita luz y me son arrebatadas otro día, de infinita noche...
La vida es transitoria y quien no la ha vivido en plenitud, tiene que levantar mausoleos para ser recordado por la historia; los privilegios y riquezas nos hacen insensibles al dolor y al sufrimiento de los demás.

Por eso, es una necedad poner la meta en esta vida, que es pasajera, que no es definitiva, que será superada por aquella que es la verdadera Vida. Quien camina, no se fija tanto en el camino, cuanto a la meta que debe arribar... el camino es esta vida, la meta es la eternidad.

Paz y bien

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