17 de enero de 2013

La puerta


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo hay unos 400 millones de personas afectadas por enfermedades psíquicas graves.

Argentina es el país con más psicólogos por habitante del mundo. Como si todos fuéramos psicólogos. En nuestro país se puede afirmar que, si no todos, una gran parte de la población está compuesta por profesionales de la psicología. Según una investigación realizada por el especialista local Modesto Alonso, en la Argentina existen 154 psicólogos cada 100.000 habitantes, es decir, 649 habitantes por psicólogo.

Y no se trata de un nuevo fenómeno. Desde la creación de la carrera, a mediados de los años 50, la tendencia fue siempre en alza. Alonso, inquieto frente a este particular crecimiento, comenzó esta investigación en 1974. "Si tomamos los primeros años, el desarrollo sería de un 30% por año, mientras que en los últimos estaríamos en un 15. Nunca ha crecido menos del 15% anual. Y esta es una cifra superior al crecimiento total de la población", indica. De todas maneras, no deja de ser cierto que las ciudades tienden a provocar un aumento del estrés. Los estudios comparativos coinciden en afirmar que alrededor del 20% de la población urbana tiene algún trastorno psicológico. Es decir, una de cada cinco personas, recurre al psicoanálisis.

Ergo: más psicólogos para atender la demanda creciente...

Pero, pensemos las cosas desde otra perspectiva, desde otro punto de vista.. porque parece que el hombre es una máquina y necesita mantenimiento para seguir funcionando.

La angustia y la desesperación invade a muchos hombres de hoy;  fruto de ello es el afán de tanta gente que busca psicoanalizarse; en ese “mantenimiento” lo que la gente necesita es su autoanálisis, el ponerse frente a la conciencia y a la propia vida.

Y la angustia viene por no ver en el horizonte una orientación para la vida; y la desesperación se apodera del hombre cuando éste ve que el horizonte se acerca y, sin embargo, no le vio sentido al camino recorriendo hasta él.

En cambio, la paz y la tranquilidad comienzan a invadir al hombre cuando éste se siento ubicado en la vida, cuando conoce con íntima claridad los tres soportes de la vida humana: sabe de donde viene, adonde va y por dónde debe ir.

Un principio, un origen; un fin o término y un camino por recorrer; cada paso dado en la vida de ese hombre es acercarse a la luz, al término, que victoria y felicidad, a la fuente de todo bien, que es Dios.

Sólo hay que abrir puerta.

Paz y bien

Publicar un comentario

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.