Porque Él te amó primero
Paz y bien
Fraternalmente,
...No le reces a Dios mirando al Cielo,
¡mira hacia adentro!
¡mira hacia adentro!
No lo busques a Dios lejos de ti,
sino en ti mismo...
sino en ti mismo...
Y Dios lo buscará contigo,
porque ya te lo dio como promesa
y como meta para que tu la alcances...
y como meta para que tu la alcances...
No reproches a Dios por tu desgracia;
súfrela con él y Él sufrirá contigo;
súfrela con él y Él sufrirá contigo;
y si hay dos para un dolor, se sufre menos...
No le exijas a Dios que te gobierne a golpes de milagros desde afuera;
¡gobiérnate tú mismo!
Con responsable libertad, amando,
y Dios te estará guiando desde adentro y sin que sepas cómo.
y Dios te estará guiando desde adentro y sin que sepas cómo.
No le pidas a Dios que te responda cuando le hablas;
¡respóndele tú! porque Él te habló primero...
Y si quieres seguir oyendo lo que falta,
escucha lo que ya te dijo...
escucha lo que ya te dijo...
No le pidas a Dios que te libere desconociendo la libertad que ya te dio.
¡Anímate a vivir tu libertad!
Y sabrás que solo fue posible porque tu Dios te quiere libre.
No le pidas a Dios que te ame,
mientras tengas miedo de amar y de saberte amado ¡ámalo tú!
Y sabrás que si hay calor,
es porque hubo fuego
es porque hubo fuego
Y que si puedes amar,
es porque Él te amó primero...
es porque Él te amó primero...
Fraternalmente,
†
Dominus Providebit
He aprendido mucho con estas palabras de tu entrada.
ResponderBorrarUna vez le decía a un sacerdote que yo no sabía si amaba a Dios sobre todas las cosas y él me respondió que lo que importaba era que "El me amó primero,"
Esto se me quedó muy grabado y hoy me lo has vuelto a recordar con esta entrada.
Un beso, claudio
¡Gloria a Dios!
ResponderBorrarCuanta paciencia que tiene Dios, que está siempre a nuestro lado, y no se va, aunque nosotros miremos constantemente para otro lado
ResponderBorrarCuanta paciencia que tiene Dios, que está siempre a nuestro lado, y no se va, aunque nosotros miremos constantemente para otro lado
ResponderBorrarBendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos de los siglos!
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