Conocer el amor de Cristo
Paz y bien
Romanos 10, 14-15
Efesios 3, 17-19
Pero, ¿cómo lo invocarán si no han creído en él? ¿Cómo creerán si no han oído hablar de él? ¿Cómo oirán si nadie les anuncia? ¿Cómo anunciarán si no los envían?
Un niño que juega en la plaza... aquel enfermo postrado hace tiempo, poco o mucho no importa... el mendigo que golpea una puerta buscando ayuda... el obrero que trabaja intensamente todos los días o aquel empleado que fue despedido... En todos esos y en muchos más está Dios, y en ellos debemos ver a Dios; si creemos que en ellos está Dios, en ellos veremos a Dios... y si en ellos vemos a Dios, los trataremos de una manera diferente.
Lo difícil no es tanto creer en Dios, cuanto vivir de tal forma que podamos ver a Dios, porque Dios no se hace ver sino de aquellos que poseen humildad de corazón.
Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
El conocimiento bíblico está impregnado de amor y no es un mero conocimiento conceptual o platónico; es un conocimiento de vida, que supone vida y lleva a la Vida.
Fraternalmente,
†
Dominus Providebit
"Los que unan una fe perfecta y un amor perfecto llegarán a saber el verdadero significado de las palabras: Jesus, el Mesías, el Verbo, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre."
ResponderBorrar