Orgullosos
Paz y bien
El canto de las rosas -cantó el poeta- es que, siendo tan hermosas, no conocen lo que son. Indudablemente, tenemos cualidades en diversos ordenes; negarlas sería ingratitud para con el Creador, de quien las hemos recibido.
Pero si somos arrogantes, si ostentamos orgullosamente nuestras cualidades, si nos atribuimos a nosotros mismos la propiedad y no el uso de esas cualidades, además de ser injustos, por atribuirnos lo que no es nuestro, demostraremos poca inteligencia, pues no habríamos llegado a comprender que eso que tenemos no es nuestro.
Las rosas no conocen que son hermosas; porque no lo conocen, por ello no tiene mérito; nosotros debemos conocer y reconocer lo que Dios ha depositado en nosotros. Pero todo eso, no para vanagloriarnos, sino para asumir la responsabilidad de hacer fructificar esas cualidades para el bien nuestro, de los nuestros y de toda la comunidad. Eso es talento.
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad. Los orgullosos siempre se quedan solos, dice Amado Nervo
Fraternalmente,
El canto de las rosas -cantó el poeta- es que, siendo tan hermosas, no conocen lo que son. Indudablemente, tenemos cualidades en diversos ordenes; negarlas sería ingratitud para con el Creador, de quien las hemos recibido.
Pero si somos arrogantes, si ostentamos orgullosamente nuestras cualidades, si nos atribuimos a nosotros mismos la propiedad y no el uso de esas cualidades, además de ser injustos, por atribuirnos lo que no es nuestro, demostraremos poca inteligencia, pues no habríamos llegado a comprender que eso que tenemos no es nuestro.
Las rosas no conocen que son hermosas; porque no lo conocen, por ello no tiene mérito; nosotros debemos conocer y reconocer lo que Dios ha depositado en nosotros. Pero todo eso, no para vanagloriarnos, sino para asumir la responsabilidad de hacer fructificar esas cualidades para el bien nuestro, de los nuestros y de toda la comunidad. Eso es talento.
«Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce» (Levítico 26, 19)Nada nos aleja tanto de Dios como el orgullo, el creernos mejores de lo que somos, el no reconocer los defectos y miserias que tenemos. El orgullo es el barro que tapa nuestros ojos y nos impide ver las cosas de Dios.
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad. Los orgullosos siempre se quedan solos, dice Amado Nervo
Fraternalmente,
†
Dominus Providebit
Hay una cosa que escribió Kierkegaard en sus "Migajas filosóficas" que a mí me gusta mucho. Es la siguiente: "La alegría de Dios consiste en vestir a los lirios con mayor magnificencia que a Salomón, pero si pudiéramos hablar de comprensión, el lirio se encontraría en una penosa ilusión si, al contemplar sus nobles ropajes, pensara que las vestiduras son el motivo de ser amado".
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ResponderBorrarTodo me lleva a buscar dentro de mi la humildad que no es otra cosa que reconocer lo que he recibido de Dios...y solo transmitirlo con sencillez y naturalidad, pues a los orgullosos no se lo das a conocer con palabras sino con amabilidad y firmeza a la vez, con la misma vida.La siembra es lo mas practico...los frutos ya los recogeran ellos cuando El se lo permita.
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