6 de diciembre de 2011

Una sonrisa, por favor


En cualquier momento, en la tempestad o en la bonanza, en la euforia o en el dolor, sonría siempre, querido hermano.

La alegría es una demostración de nuestro mundo interior, que comunica fácilmente a Dios. La sonrisa es prima hermana de la esperanza; recuerda las estrellas, se asemeja a la flor.

La madre de la sonrisa es la señora bondad y ella sólo nace de un corazón noble.

Nadie es tan pobre que no pueda darla gentilmente; y nadie es tan rico y opulento que pueda tranquilamente, eximirse de ella.

Si, todos la necesitamos, en el Calvario o en el Tabor.

De rodillas y suplicante, la humanidad nos pide: «Una sonrisa, ¡por favor!»

Fraternalmente, 




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Textos: Roque Schneider - Cinco minutos para Dios // Foto: El duende que perdió la sonrisa - El Ojo Digital

1 comentario:

  1. A veces cuesta sonreir, Claudio, porque las penas la ahogan, pero es cierto que la Esperanza de la Vida ha de hacer que renazca en nuestra alma cada dia. Sonreiré amando, con la gracia de Dios!
    Un abrazo

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