15 de diciembre de 2011

Programa de vida

¡Paz y bien!

Heb. 10, 14

¿Te has fijado cómo se consume la vela? Da luz, disipa tinieblas, pero a costa de su propia existencia; se va consumiendo, deshaciendo, despareciendo... Cuanto más luz da, menos le queda para ella.

Y cuando ya no puede ser útil, deja de existir.

Así tenemos que ser nosotros: debemos dar luz a costa de nuestra muerte total.

Este ha de ser nuestro programa de vida: dar la felicidad a los otros, aunque ello suponga que nosotros nos deshacemos y desaparecemos.

Cuando la madre da la vida a su hijo, pierde algo de sí; pero ella, no desaparece del todo... queda en su propio hijo; en él, cobra nueva vida, más joven, más llena de posibilidades.

Es hermoso llegar al final de la vida teniendo conciencia de que nos vamos consumiendo para el bien de los demás.
«Así, pues, con su única ofrenda llevó a la perfección para siempre a los que hizo santos»
Llegaremos a la perfección si nos entregamos a los demás; pero también es cierto que la mejor forma de disponernos para entregarnos a los demás es trabajar por nuestra perfección, en la largo camino a la santidad.

Fraternalmente,



2 comentarios:

  1. Bons e salutares pensamentos.
    Mesmo que nunca se faça o bem, as pessoas desaparecem. O que sobra da sua passagem é zero.

    Aqueles que sabem praticar o bem e a paz receberão grandes recompensas atribuídas quando a sua chama acabar de se consumir

    ResponderBorrar
  2. Hola Claudio... que hermosa reflexión!!.. gracias por pasar por el blogs... despues de una cortita ausencia estoy de vuelta... un gran abrazo desde Paraguay

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.