5 de diciembre de 2011

Felices, pero jamás indiferentes


Miqueas 6,8

Leemos al Hermano Roger Schutz
Lo que hace feliz una existencia es avanzar hacia la sencillez de nuestro corazón, y la de nuestra vida. Para que una vida sea hermosa, no es indispensable tener capacidades extraordinarias o grandes facilidades.

Hay una felicidad en el humilde don de la persona.

Cuando la sencillez está íntimamente asociada a la bondad del corazón, incluso personas sin recursos pueden crear un espacio de esperanza en su entorno.

Si, Dios nos quiere felices pero jamás indiferentes ante el sufrimiento de los otros.Todo lo contrario, Dios nos propone ser creadores y llegar a crear incluso, en los momentos de pruebas.
Fraternalmente,


3 comentarios:

  1. Grandes coisas pode o nosso Deus realizar em nós, para nos ou por nós.

    Pata tanto basta ser humilde e cada um fazer o que lhe cabe em cada dia.

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  2. Es un gozo encontrar a personas como las que se describe en el post. ¡Las hay!Un abrazo

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  3. Aunque uno sea feliz cuando sabe que un hermano esta sufriendo esa felicidad se empaña, gracias a Dios tenemos la oración y ofrecimiento para
    aproximarnos al otro, para hacernos uno con él.
    Un abrazo.

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«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.