Vine huyendo del ruido
líbrame del orgullo de estar solo.
No he venido a refugiarme
dentro de tu torreón
como quien huye a un exilio
de aristocracia interior.
Pues vine huyendo del ruido
pero de los hombres no.
No vengo a la soledad
cuando vengo a la oración,
pues sé que estando contigo
con mis hermanos estoy
y se que estando con ellos,
tu estás en el medio, Señor.
Allí donde hay un cristiano
no hay soledad, sino amor
pues lleva toda la Iglesia
dentro de su corazón.
Y dice siempre «nosotros», incluso si dice «yo»
No he venido a refugiarme
dentro de tu torreón
como quien huye a un exilio
de aristocracia interior.
Pues vine huyendo del ruido
pero de los hombres no.
No vengo a la soledad
cuando vengo a la oración,
pues sé que estando contigo
con mis hermanos estoy
y se que estando con ellos,
tu estás en el medio, Señor.
Allí donde hay un cristiano
no hay soledad, sino amor
pues lleva toda la Iglesia
dentro de su corazón.
Y dice siempre «nosotros», incluso si dice «yo»
Laudes, sábado II semana
¡Ufff!Precioso.
ResponderBorrarMe ha elevado como el Padrenuestro.
Muchas gracias.
Precioso. ¡Qué importante es que los católicos laicos participemos también y conozcamos la Litúrgia de las horas! Un saludo!
ResponderBorrarClaudio, Dios te bendiga ¡qué precioso!!
ResponderBorrarCon tu permiso lo copié para tenerlo en mi agenda.
Un besote
Gracias mil gracias que Dios te bendiga unidos en oración abrazo
ResponderBorrar¡Hola Claudio!
ResponderBorrarMe gusto tu blog, te he visto comentando en algunos de los blog amigos.
A mi me llama poderosamente la vida del desierto, desde que conocí algunos escritos de Charles de Foucauld y ahora me gusta el título de tu espacio. Y así lo entiendo hay que ir a la profundidad para vivir en la soledad con quien tanto me ama.
Besos.
Capuchino, Elige, Alicia, Lourdes, María... el Señor puso en mi vida personas de otras partes, me hizo conocer corazones abiertos y generosos, me incluyó en una hermosa familia «2.0.» para glorificar su nombre.
ResponderBorrarEl desierto, María, es un lugar de purificación, en sus umbrales he dejado todas mis esclavitudes; a veces el desierto se convierte en zona de aridés, pero, es al fín, el lugar preferido de Dios para actuar en nosotros para su plan de salvación.
Gracias a ustedes por estar siempre con los mimos, con la reflexión justa.
Un beso a todas
Realmente es así, cuanto más a solas se esta con el Señor más necesidad se tiene de verle en los hermanos...más presente se hace Él en ellos.
ResponderBorrarGracias !