No extingan la acción del Espíritu

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre!

Lucas 12, 49-53


Vine a traer fuego. ¿Será necesario pensar que el fuego refiere a algo preciso como sería el amor o el Evangelio o el don del Espíritu Santo? Mejor nos quedamos con la figura del fuego que purifica, que quema todo lo viejo, que da calor y fomenta la vida.

Los símbolos del Espíritu Santo: el fuego. Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo
(Catecismo de la Iglesia Católica, 696).

Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que él mismo no ha sido glorificado por su Muerte y su Resurrección... Solamente cuando ha llegado la hora en que él va a ser glorificado, Jesús promete la venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres: el Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre en virtud de la oración de Jesús; será enviado por el Padre en nombre de Jesús; Jesús lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre...

Espíritu Santo, sinónimo de dones y carismas, de vida, de conversión, de crecimiento. El Papa Pablo VI, el 16 de Octubre de 1974, nos subraya el papel de los carismas en la evangelización.
«Pero ahora yo diría que la curiosidad -pero es una curiosidad muy legítima y muy hermosa- se fija en otro aspecto. El Espíritu Santo cuando viene otorga dones. Conocemos ya los siete dones del Espíritu Santo. Pero da también otros dones que ahora se llaman, bueno, ahora... siempre se han llamado carismas. ¿Que quiere decir carisma? Quiere decir don: quiere decir una gracia. Son gracias particulares dadas a uno para otro, para que haga el bien. Uno recibe el carisma de la sabiduría para que llegue a ser maestro; y otro recibe el don de los milagros para que pueda realizar actos que, a través de la maravilla t la admiración, llamen a la fe, etc.

Ahora, esta forma carismática de dones que son dones gratuitos y de suyo no necesarios, pero dados por la sobreabundancia de la economía del Señor, que quiere a la Iglesia más rica, más animada y más capaz de auto-definirse y auto-documentarse, se denomina precisamente «la efusión de los carismas». Y hoy se habla mucho de ello. Y, habida cuenta de la complejidad y la delicadeza del tema, no podemos sino augurar que vengan estos dones, y ojalá que con abundancia. Que además de la gracia haya carismas que también hoy la Iglesia de Dios puede poseer y obtener.

El Señor dió esta, llamemosla gran lluvia de dones, para animar a la Iglesia, para hacerla crecer, para afirmarla, para sostenerla. Y después la economía de estos dones ha sido, diría yo más discreta, más... económica. Pero siempre han existido santos que han realizado prodigios, hombres excepcionales que han existido siempre en la Iglesia. Quiera Dios, que el Señor aumentase todavía más una lluvia de carismas para hacer fecunda, hermosa y maravillosa a la Iglesia, y capaz de imponerse incluso a la atención y al estupor del mundo profano, del mundo laicizante.»
Este deseo del Papa, se ve abundantemente cumplido por todas partes.

Fraternalmente,

Claudio



Extraído del libro «Vengo a Sanar» escrito por el Padre Darío Betancourt

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