22 de febrero de 2013

Tiempos


La vida se desarrolla en una continua tensión entre el ahora y el después.

Hay entre ambos una relación de dependencia muy íntima, el después depende del ahora. A un ahora lento, inactivo, cerrado, sin luz, habrá de corresponderle necesariamente un después de tinieblas, de desilusión, de fracasos, de ostracismo.

En cambio, al ahora entregado, al ahora sacrificado en aras de los demás y de la propia perfección, sucederá infaliblemente el después gozoso, satisfecho, feliz y pleno.

En resumidas cuentas, el después no se construye sino con los ahora de cada momento y será imposible pretender un futuro después feliz y satisfecho, si los ahora de cada momento no se realizan con toda plenitud de vida, con todo entusiasmo de acción, con toda la entrega de una amor verdadero y pleno.

Mañana será el proyecto de pasado mañana y así, día tras día...
No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro. (Jean Paul Sartre)
Bendiciones, paz y bien

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