9 de febrero de 2013

Dóciles como María


María en su adolescencia había trazado para si un hermoso proyecto de vida, afincado como centro en su virginidad. Pero Dios, modificó ese proyecto y, conservando milagrosamente su virginidad, hizo que su vida y su función personal se centrara en su maternidad divina.

María aceptó la voluntad de Dios, que cambiaba sus planes personales y se entregó plenamente a los que Dios quería de ella.

Con mayor razón nosotros debemos estar dispuestos a ceder nuestros planes, para aceptar los planes de Dios sobre nosotros.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios...

Fraternalmente, paz y bien

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