El esplendor de la verdad
2º Domingo de Cuaresma - Lucas 9, 28-36 En medio de un gran resplandor, Jesús -Luz de los hombres- habla con Moisés y Elías, que representan respectivamente la Ley (la moral) y los profetas (la doctrina). Jesús vino a darnos la vida divina a través de su muerte y de los sacramentos que instituyó, y a darnos la luz, el sentido de nuestra vida. Quien le sigue no camina a oscuras, quien no le ha escuchado o no quiere escucharle no acierta en sus decisiones vitales. Ahí están tantas filosofías antiguas y modernas, incapaces de explicar qué es el mundo, quién es el hombre y quién es Dios. «Splendor veritatis», así se titula una encíclica del Papa Juan Pablo II, porque la verdad es bella, es esplendorosa, atractiva para todo hombre de buena voluntad. En última instancia el hombre de buen corazón es aquel que busca la verdad, ante ella humilla su razón, la admite, y procura cumplir la Ley que descubre en su corazón. Hay una grave obligación de todo hombre de buscar la verdad en cuanto