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Mostrando las entradas de septiembre, 2010

El cielo del Padre incluye a todos sus hijos

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Una de las señales típicas de un corazón cristiano es el deseo de inclusión , el deseo de estar finalmente en comunión con cuanta más gente mejor, el anhelo de tener a todos contigo en el cielo sin exigir que lleguen a ser idénticos a ti para llegar allá. Lamentablemente, sentimos con frecuencia la tendencia a la actitud opuesta, aunque nos cueste admitirlo. Nos gusta tener un concepto de nosotros mismos como de gente de buen corazón, de gran compasión y que intenta amar como Jesús, pero, por dentro de nuestras actitudes y de nuestras acciones, se esconde con demasiada fuerza esto: Nuestro amor, nuestra verdad y nuestro culto se basan con frecuencia, de modo inconsciente, en declararnos santos y justos declarando a los demás pecadores. «Solamente puedo ser bueno, si algún otro es malo». «Solamente puedo tener razón, si algún otro está errado». «Mi dogma personal solamente puede ser verdadero, si el de algún otro es falso». «Mi rel

¿Para que sirven las desventuras?

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! La Palabra de Dios meditada y orada en el Grupo de Oración de la Comunidad de Convivencias de mi ciudad el lunes 27, fue Lucas 5, 17-26 referida a la curación de un paralítico. Quería reflexionar sobre ella; pero el Señor, me mostró otra cosa. Primero me recordó lo que me enseñó tiempo atrás: «No digas: Haré esto o aquello . Di Señor ¿que quieres? » y así fue que me indicó Lucas 8, 22-25 sobre la tempestad calmada: «Un día, Jesús subió con sus discípulos a una barca y les dijo: Pasemos a la otra orilla del mar . Ellos partieron y mientras navegaban, Jesús se durmió. En ese momento se desencadenó una tempestad sobre el mar; la barca se iba llenando de agua y ellos corrían peligro. Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: ¡Maestro, Maestro, nos hundimos! Jesús se despertó e increpó al viento y a las olas, el mar se apaciguó y sobrevino la calma. Después les dijo: ¿Dónde está la fe de ustedes? Y ellos, llenos de admir

Señor, quiero agradarte

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Paz y bien en el Señor y en su Santísima Madre! Agradar a Dios parece cosa fácil, podríamos decir que es cosa de serle fieles o ser buenos, cumplir sus mandamientos, todas verdades pero un tanto abstractas que siempre conviene traducir a las realidades cotidianas para confrontar con la propia vida y corregir lo que no anda bien. Así, lo primero a definir es que cosa le agrada a Dios que cosas no. Lo primero que se me ocurre en la oración, es que el Señor quiere que le prestemos atención; es decir, no le agrada que andemos escuchando muchas voces, sino sólo la suya y en cuanto a referencia de valor, y es celoso de su posición, no dispuesto a compartirla de modo alguno. Y ubicando su lugar de referencia se yerge como fuente de toda santidad y confianza, que tampoco acepta compartir (Jr 17, 5). Veamos en su palabra, que cosas le agradan : ~ Que pidamos sabiduría, en vez de plata, lujos y esas cosas que se acaban (1 R 3, 10) ~ Que seamos personas derechas, sin vueltas, correctas y sincera

¡Non serviam!

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! ¡No serviré! Fue el primer grito de rebeldía contra Dios pronunciado por Satanás, que fue un ángel lleno de vida. Pero con este grito de rebeldía y soberbia, la primera creación original del ańgel rebelde fue la muerte . Equivocadamente, lo hizo en nombre de la libertad ; pero lo hizo con una libertad para la muerte. «No fue Dios quien hizo la muerte» (Sab 1, 13) El no se recrea en la destrucción de los vivientes; al contrario «Dios creó al hombre para la incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma naturaleza» (Sab 2, 23) Hoy, como siempre, este grito de rebeldía se repite en lo seguidores del mal espíritu que sin advertirlo los guía por caminos de muerte. También ¡en nombre de una libertad mal entendida! De una libertad que los lleva a ser esclavos. Esclavos de su propia necedad. Esta actitud rebelde es el pecado, incapaz por esencia de dar vida a nada ni de apreciar la vida ni de entender las cosas que son de Dios. A estos ém

Ricos y Pobres

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! 26º Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C - Evangelio de San Lucas: 16, 19-31 El hombre de hoy vive como si lo único verdaderamente importante fuera la acumulación y el disfrute de bienes materiales y del dinero con que pueden conseguirse esos bienes. Pero el Evangelio nos llama constantemente a darnos cuenta que los verdaderos bienes, los únicos que son importantes son los bienes espirituales. Es más, el Evangelio nos alerta acerca del mal uso de los bienes materiales, con graves advertencias para los que vivamos apegados a las riquezas, olvidándonos de compartir con los que tienen alguna necesidad. La riqueza en sí misma no está condenada por el Señor. El simplemente nos advierte acerca de sus peligros. Cuando el Señor narra en una de sus parábolas la condenación de un rico que vivía en medio de muchos lujos y bienes superfluos, no nos dice el texto evangélico que el rico fue al Infierno por ser rico, sino por ser egoísta, por n

Virgen María del Rosario

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¡Paz y bien en el día de la Virgen del Rosario! Estamos en un tiempo de revitalización de la Alianza pactada definitivamente por Dios en Jesucristo, para salvación de su Pueblo. En este tiempo, María ejerce - como Arca de Alianza - un especial protagonismo, ofreciéndonos a su Hijo y entregándonos su Corazón como Arca salvadora. Ella es la Mujer vestida de sol, que nos promete una segura victoria contra el Adversario, al que Jesús venció definitivamente en la Cruz. Días gloriosos esperan a los hijos de Dios, luego del actual combate. Estamos en el «tiempo de María», en la «tierra de la nueva Visitación», llamados a concretar «la civilización del amor». Dios, a través de María, irrumpe portentosamente en la historia de su Pueblo, elige la Ciudad de San Nicolás, donde se erige un Santuario, y en coincidencia con los 500 años de la primera evangelización nuevamente aparece María como la Estrella de la Nueva Evangelización y el lugar del encuentro de los hijos con el Hijo. Ella, como singu

Señor, cada uno es a tus ojos lo que es y nada más

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! «Dirijo la mirada a los cerros en busca de socorro. Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No deja que tu pié de un paso en falso, no duerme tu guardián. Jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel. Durante el día, el sol no te maltrata, ni la luna de noche. Te preserva el Señor de cualquier mal y protege tu vida. El te cuida al salir y al regresar, ahora y siempre.» (Salmo 120) Padre amado, estoy en tus manos, me inclino ante la vara que corrige. Fustiga mi espalda y mi cerviz para que enderece mi camino torcido hacia tu voluntad. Conviérteme en discípulo piadoso y dócil, como tú bien sabes hacerlo, para que te obedezca a una simple indicación tuya. Todo mi ser y todo lo mío te lo entrego para que lo corrijas. Es preferible ser reprendido aquí que en la vida futura. Tu conoces todas y cada una de las cosas y nada hay oculto para ti en la conciencia humana. Tu conoces las cosas que han de su

Oración y compromiso por los pobres

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! El 26 de agosto de 2010, se celebró el centenario del nacimiento de Teresa de Calcuta . Hemos compartido hace un tiempo s us lecciones en nuestro sitio , hoy en homenaje a su centenario, compartimos sus palabras, sus conceptos sobre la unión de lo que a muchos les parece incompatible, el compromiso por los desfavorecidos y la vida de oración, especialmente eucarística: «Si nuestras hermanas no vieran el rostro de Jesús en los desdichados a los que sirven, el trabajo que hacen resultaría imposible. Queremos que sepan que hay personas que los aman de veras y, más aún, que Dios los ama muchísimo. Todo mi tiempo pertenece a los demás, porque al dedicarme con todo mi corazón a los que sufren es a Jesús a quien sirvo en su rostro desfigurado, pues Él mismo dijo: “Lo hicisteis por mí”. Nuestro criterio para servir a las personas no es su creencia sino su necesidad. Todas son el Cuerpo de Cristo; todas son Cristo bajo el aspecto de los que

Poder sobre todo otro poder

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Jesús muy claramente nos dice a todos los que queremos crecer en El: «Yo les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo y nada podrá dañarlos» (Lc. 10, 19). Por otra parte, el Señor que la fe no se basa en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios y que «el Reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder» (1 Co. 4, 20). Además, este poder que Dios nos da se atribuye a una persona divina, el Espíritu Santo, a quien Jesús ha definido como «la fuerza que viene de lo alto» . Por lo tanto este es el poder que está por encima de todo otro poder, así como « Dios está por encima de todo lo humano» (Is 55, 8-9); pero si tu cristiano no conoces este poder, entonces iras a mendigar poderes a otras partes, a otras cosas que no son Dios y te llevan lejos de Dios como el Enemigo llevó lejos de Dios a Adán y Eva. Buscas sabiduría, pero únicamente Dios es la Sabiduría et

Santidad

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Paz y bien el el Señor Jesús y en su Santísima Madre! La santidad es un concepto que hemos triturado no poco en la molienda de nuestros propios criterios, por mucho tiempo. En la práctica hemos exaltado tanto la santidad de aquellas personas que no hacían otra cosa que cumplir la voluntad de Dios y vivir su cristianismo como debe ser vivido, que la hemos creído imposible para nosotros y, como cuestión de hecho, así lo piensa la mayoría del pueblo de Dios. Exaltamos la vida de los santos y hablamos de sus éxtasis, de sus visiones, de su comunicación con Dios, de su diálogo con la Santísima Trinidad, de sus virtudes heroicas que nos maravillan en extremo, todo esto lo consideramos como si fuera producto de ellos y no de la acción de Dios en ellos. Entonces bosquejamos una vida mística imposible para el resto de los cristianos y más aún si presuponemos -de alguna manera- que esas visiones que ellos tenían, eran cara a cara con Dios. Y ciertamente que no es así, pues la Iglesia nos ense

Lo que no se puede ocultar

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! "Cristo, -a dicho uno de los padres de la Iglesia, San Juan Crisóstomo- nos ha dejado como lámparas en este mundo...; para que actuemos como levadura...; para que seamos semilla; para que demos fruto. Si nuestra vida tuviera el resplandor que debiera, no habría necesidad ni de que abriéramos la boca. Con solo nuestras obras, las palabras sobrarían. No habría ni un pagano si verdaderamente fuéramos cristianos" Debemos evitar el error de creer que el apostolado se reduce a algunas prácticas piadosas. Tú y yo somos cristianos, pero al mismo tiempo y sin solución de continuidad, somos ciudadanos y trabajadores con obligaciones muy precisas que debemos cumplir de manera ejemplar si de verdad queremos santificarnos. Es Jesucristo quien nos acucia: "Ustedes son la luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un cand

Dios, el dinero y nuestra sagacidad

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! 25º Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C - Evangelio de San Lucas 16, 1-13 Las dos palabras del titular resumen dos frases del Señor que aparecen relacionadas en un trozo del Evangelio de San Lucas: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz” (16, 8) y “No se puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro ... o se apegará a uno y despreciará al otro ... En resumen, no puedes servir a Dios y al dinero” (16,13). La primera frase relativa a la sagacidad suena más bien a una queja del Señor: Jesús observa que los que viven lejos de Dios son, en sus negocios terrenos, más sagaces -más astutos- que lo que son los hijos de la luz para el negocio que más interesa a éstos: la Vida Eterna. En la segunda frase, el Señor se refiere al recto uso del dinero. Este siempre ha de ser utilizado de tal forma que no sea obstáculo para llegar a la Vida Eterna. Es más, el dinero bien usado -usado sagazmente- puede

El anhelo que Dios siempre sea glorificado en nosotros

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! El Señor prueba la fidelidad de su siervo para ver si sabe abnegarse y vencerse en todo a si mismo. Tal vez no haya nada tan importante como la necesidad de morir a ti mismo cuando ves y consideras que las cosas repugnan a tu voluntad y principalmente cuando juzgas poco razonable y de insignificante utilidad lo que te viene mandado. Y como no te atreves a oponerte a las disposiciones de la autoridad bajo cuya obediencia estas sometido, te parece duro caminar según las directivas determinadas por otros y renunciar a tu propio parecer. Pero hijo, reflexiona en la pronta terminación de estos trabajos, en el fruto que ellos producen y en la enorme recompensa y no experimentarás aflicción sino una gran alegría por tu paciencia. Por un poco de voluntad personal que ahora renuncies con generosidad, gozarás de la plenitud de tu voluntad en los cielos. Allí encontrarás todo lo que quieras y todo lo que puedas desear. Allí tendrás la facultad

La experiencia del mal y la idea de Dios

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Si hay Dios, ¿por que existe el mal y el sufrimiento? Imagen del terremoto de Haití, 2010 Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! "En ese tiempo se presentaron unas personas que comentaron a Jesús lo que había sucedido a aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. Entonces les dijo: ¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten todos acabarán de la misma manera . ¿O creen acaso que las dieciocho personas que mató la torre de Siloé al caer, eran más culpables qeu los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten todos acabarán de la misma manera" (Lucas 13, 1-5) La historia de la humanidad es una interminable sucesión de sangre, sudor y lágrimas, de dolor, tristeza y miedo, de abandono, desesperación y muerte. Ante esa experiencia de sufrimiento es inevitable que el hombre se haya formula

Las Escrituras y nuestra actividad apostólica

¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Nadie enciende una lámpara para cubrirla con un envase o ponerla debajo de la cama. Por el contrario, la pone en un candelero, para que los entren vean la luz (Lc. 8, 16) Que el Señor los bendiga, Claudio

Sé fuerte y ten ánimo

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Todavía tienes que ser probado sobre esta tierra y pasar por muchas ejercitaciones. De vez en cuando te será dado algún consuelo, pero no te será concedida la satisfacción completa. Basta que seas fuerte y valiente (Jos. 1, 7) tanto en el obrar cuando en soportar lo que es contrario a la naturaleza. Es necesario que te revistas del hombre nuevo y te transformes en otro. Es indispensable que con frecuencia hagas lo que no quieres y que dejes lo que prefieres. Tal vez se ha cumplido cuando fue deseado por otros y lo que tu anhelaste no se ha realizado; será escuchado lo que otros han dicho y lo que ti afirmaste no será tomado en consideración; otros piden y lo alcanzan, mientras tú suplicas y no obtienes. Otros serán grandes en los labios de los hombres, mientras que de tí todos callarán. A otros se les encargará esta o aquella ocupación, mientras que tú serás juzgado un inútil para cualquier tarea. Por todo lo anterior tu naturalez

Mateo 6, 21

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Exaltación de la Cruz Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Señor, con toda verdad te confieso que estoy expuesto a muchas distracciones. Con frecuencia no me encuentro en el lugar en el cual mi cuerpo se halla parado o sentado, sino donde me llevan mis imaginaciones. Estoy donde está mi pensamiento y mi pensamiento está preferentemente en lugar se halla lo que yo amo. Lo que con mayor facilidad se presenta a mi mente es lo que más satisface a mi naturaleza o aquello a lo cual estoy mas acostumbrado. Por eso, tu que eres la Verdad, dijiste claramente Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón (Mt. 6, 21) Si amo el cielo, gustosamente pensaré en cosas celestiales. Si aprecio el mundo me alegraré con las prosperidades mundanas y me entristeceré de las contrariedades. Pero bienaventurado el hombre, Señor, que, por tu amor, repudia a todas las cosas creadas, hace violencia a su naturaleza y crucifica los apetitos carnales con el fervor del espíritu para que, con un conci

La oveja perdida, el amor de Dios

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Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre, Esta es sin duda la más sencilla de todas las parábolas de Jesús, porque es el sencillo relato de una oveja perdida y de un pastor que la busca. Los pastores siempre realizaban los esfuerzos más sacrificados y agotadores para encontrar la oveja perdida. La regla era que, si no se podía traer la oveja viva, había que traer por lo menos, si era posible, un trozo de la piel o algún hueso de ella para demostrar que había muerto. Podemos imaginar que volverían los otros pastores con sus rebaños al corral del pueblo por la tarde, y cómo dirían que un pastor estaba todavía recorriendo las montañas en busca de una oveja extraviada. Podemos figurarnos cómo todos los del pueblo dirigirían la mirada una y otra vez a las montañas tratando- de descubrir al pastor que no había vuelto a casa; y podemos imaginar el grito de alivio y alegría que resonaría cuando le vieran acercarse por el sendero con su agotada vagabunda a hombros, por fin a salvo;

Salgamos del redil, busquemos...

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! 24º Domingo durante el año - Ciclo C - Tiempo Ordinario Evangelio de San Lucas, 15, 1-32 "Recaudadores y descreídos solían acercarse en masa para escucharlo. Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo: -Ese acoge a los descreídos y come con ellos. Entonces les propuso esta parábola: -Si uno de vosotros tiene cien ove­jas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada, hasta encontrarla? Cuando la encuentra, se la caiga en los hombros, muy con­tento; al llegar a casa reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: -¡ Dadme la enhorabuena! He encontrado la oveja que se me había perdido… Y si una mujer tiene diez mone­das y se le pierde una, ¿no enciende un candil, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuen­tra reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: -¡ Dadme la enhorabuena! He encontrado la moneda que se me había perdido. Os digo que l

El rinconcito de María - V

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Creer en el que Dios ha enviado ¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Al día siguiente de la multiplicación de los panes, la gente que se había quedado del otro lado del mar. Vió que allí no había más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que éstos se habían marchado solos. Pero llegaron otras barcas de Tiberíades, cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vió que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaum en busca de Jesús. Al encontrarlo a la orilla del mar le dijeron "Rabí, ¿cuándo has llegado aquí?" Fijense como Jesús estaba obrando diversas señales: no sólo la multiplicación de los panes sino también esta aparición inexplicable en Cafarnaum. Pero mi Hijo, que conocía todos los pensamientos de los hombres, les dijo no sin ternura: "En verdad, en verdad les digo: ustedes me buscan, no porque han reconocido mis señales sino tan sólo porque han comido de l

El mismo cielo

¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Mi abrazo en el Señor Claudio

Cristo eres tu

¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Mi abrazo en el Señor Claudio

Sufrir para conseguir la vida eterna

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Hijo, que las tareas que has emprendido por mi no abrumen tu espíritu, ni te depriman las tribulaciones. Por el contrario, en todo acontecimiento mi promesa te de fuerza y consuelo. Yo te puedo recompensar más allá de todo límite y medida. Aquí no padecerás por mucho tiempo ni serás por siempre atormentado por los dolores. Espera un poco más y verás cuan pronto llegará el fin de tus sufrimientos. Se acerca la hora en que terminarán las fatigas y las inquietudes. Todo lo que acontece en esta vida es poca cosa y dura poco tiempo. ¡Cuidado con lo que haces! Trabaja fielmente en mi viña y Yo seré tu recompensa. Escribe, canta, llora, lee, calla, reza, sobrelleva con valor las adversidades: la vida eterna vale todas estas luchas y otras mayores también. Un día, que sólo Dios conoce, llegará la tranquilidad, y en aquel entonces no habrá día ni noche. como los hay ahora, sino una luz sempiterna, una claridad infinita, una paz estable y un

La oración personal, conclusión

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¡Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre! Deseo concluir con la reflexión sobre la oración personal, que al decir oración personal, hablamos de la oración solitaria, en la que yo me encuentro solo frente a Dios. La oración comunitaria, las reuniones de oración, no me dispensan de la oración solitaria, en lo secreto . "Tu, cuando vayas a orar, entra en tu habitación y después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí en lo secreto" (Mt. 6, 6) Por eso, quizá convendría hablar de oración solitaria para diferenciarla de la oración en comunidad. Llamarle oración personal nos hace pensar erróneamente que la oración de grupo no es algo personal, como si en el grupo perdiéramos nuestra personalidad y no nos dirigiéramos personalmente a Dios. La oración solitaria enriquece la oración comunitaria, porque más profundice mi relación personal con el Señor, la oración de grupo será cada vez más mía, más espontánea, más sincera. Sin oración solitaria sucede a menudo