10 de julio de 2010

Cuatro cosas que producen mucha paz


¡Paz y bien!
- Hijo, ahora te indicaré el camino que lleva a la paz y a la verdadera libertad.

- Haz, Señor, lo que dices y tendrá sumo placer en oírte...

- Esfuérzate, hijo mío, en cumplir antes la voluntad de otros que la tuya. Elige siempre tener menos que más. Busca siempre el lugar más bajo estar sometido a todos. Procura siempre y pide que se cumpla íntegramente en ti, la voluntad de Dios. Un hombre que haga eso ya ha entrado en el reino de la paz y la tranquilidad.

- Señor estas pocas palabras tuyas contienen una doctrina de mucha perfección, son breves en decirse pero ricas en significado y frutos abundantes. Si yo las pudiera guardar fielmente, la turbación no entraría en mi fácilmente. Porque todas las veces que mi siento inquieto y apesadumbrado, reconozco que fue por haberme apartado de esta doctrina. Pero tú, que todo lo puedes y siempre deseas el progreso de mi alma, otórgame gracias más abundantes para que pueda cumplir tu enseñanza y hacer lo que conviene para mi salvación.
Que el Señor, los colme de bendiciones!



Fuente: La Imitación de Cristo, reflexión del 10/07

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