Para cambiar las cosas

Paz y bien

Te rebelas ante este mundo dividido y enfrentado en el que circulan la droga, la indiferencia, el opio del placer, de la comodidad, la fiebre del dinero o del poder.

Ideologías irreconciliables, ambiciones encontradas. Te asquean la mentira, el cinismo, los manejos turbios, la hipocresía; te atormentan la angustia de este mundo, historia tan sucia, tan cubierta de sangre y de odio, tan gastada en violencias y guerras cruentas.

Te sublevan la injusticia de los “justos”, la estupidez de los “prudentes”, la inoperancia de los “declamadores”, la tiranía de los “liberadores“. ¿Y qué haces? ¿Comentarlo en el café, en las reuniones, en la calle, en la oficina? El mundo seguirá igual. Quizá peor.
«Traten de convencer a los que dudan y sálvenlos, arrancándolos de la condenación, a los demás trátenlos con compasión, pero con prudencia...» (Judas 22-23)
Al mundo no lo cambian los que critican, sino los que obran en él, los que se esfuerzan en volcar en él su generosidad, su entusiasmo, su entrega, su sacrificio.

Fraternalmente,




† 
Dominus Providebit

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