La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta

 


Así la describe San Pablo en su carta a los romanos «...discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.». (Rom 12, 2). La escena de la anunciación (Evangelio de San Lucas 1, 26-38) describe donde y como El actúa. 

Elige el lugar más pobre de Galilea, Nazaret -aunque los evangelistas la describan como ciudad- era un caserío marginal, según cuenta la arqueología; para graficarlo, una villa miseria argentina o una favela brasileña, habitada por gente pobre. 

Para poner en contexto, aquel era un mundo donde la mujer no tenía presencia social. Ni siquiera su testimonio era válido ante los jueces. La mujer era un ser desclasado, marginal de los marginales. Las mujeres de las familias poderosas y ricas podían tener relevancia, podían influir en las decisiones. Pero estamos hablando de María, una mujer de Nazaret, una “ciudad” de Galilea. Galilea era una zona marginal para los judíos. Sus habitantes no eran considerados siquiera verdaderos judíos. Mucha cultura ni erudición no se podía esperar de las gentes de Nazaret y mucho menos de sus mujeres. Así que María sería una pobre mujer. Sencilla y pobre.

Precisamente a esa mujer, en ese lugar, el ángel Gabriel se presenta y le dice como va actuar Dios sobre ella, luego que ella le diera el si «... yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho». 

En el Angelus del 24 de diciembre 2023, el Papa Francisco hace una descripción de como actúa Dios dice «...en una tierra como la de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección. La sombra es un don que restaura, y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu Santo desciende sobre María, el modo de hacer de Dios: Dios siempre actúa como un amor gentil que abraza, que fecunda, que custodia, sin violencia, sin herir la libertad «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra». . Así es el modo de actuar de Dios. La de la sombra que protege es una imagen recurrente en la Biblia. Pensemos en la sombra que acompaña al pueblo de Dios en el desierto ( Ex 13,21-22). La sombra habla, en suma, de la gentileza de Dios. Es como si Él dijera a María, pero también a todos nosotros: "Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo"». 

La anunciación es ─dice Fernando Torres─ pues, toda una declaración de intenciones de por donde va a ir la presencia de Dios en la historia. Lejos quedan los palacios de Jerusalén y la solemnidad del Templo. Toda queda en una paupérrima cueva de una aldea de Galilea. Ahí es donde Dios quiso dar un nuevo comienzo a la historia, a nuestra historia, a su historia con nosotros.

Paz y bien


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