Todo es posible

Paz y bien.

Después de la designación de Francisco I, la reflexión de hoy, viene como anillo al dedo, sobretodo por los tantísimos deseos de cambio en la Santa Iglesia Católica.

Nunca digas “Lo que está perdido, perdido está”. Es mucho más constructivo que pienses y digas que lo que está perdido, tu lo puedes encontrar, y lo que está caído tu lo puedes levantar.

Y esto, tanto en ti como en los demás, en ti pues hallarás en tu vida buenas costumbres perdidas, buenos hábitos olvidados, santos propósitos descuidados, resoluciones no cumplidas; todo eso puedes y debes recordarlo, encontrarlo, cumplirlo; y en los demás, porque también en ellos podrás notar descuidos, hijos no tanto de la mala voluntad, cuanto de la humana debilidad, y tu puedes y debes ayudarles a su mejoramiento.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. (Mateo 18, 14)
Desesperar de la bondad de Dios puede ser el mayor pecado que cometemos y, si esperas en Dios con sinceridad, todo puede llegar a conseguirse; aunque todo esto deberás hacerlo en los demás con tacto y caridad, y en ti con firmeza y constancia.

Fraternalmente,

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