Demos gracias siempre
El evangelio de hoy habla de ser agradecido, de verbalizar la gratitud. Dice el Papa Francisco: «Saber dar las gracias es esencial. Todos los días, dar gracias al Señor, aprender a darnos las gracias entre nosotros: en la familia, por esas pequeñas cosas que recibimos a veces sin ni siquiera preguntarnos de dónde vienen; en los lugares que frecuentamos cada día, por los muchos servicios que disfrutamos y por las personas que nos apoyan; en nuestras comunidades cristianas, por el amor de Dios que experimentamos a través de la cercanía de los hermanos y hermanas que muchas veces en silencio rezan, ofrecen, sufren, caminan con nosotros».
Los diez leprosos ni siquiera “le piden” a Jesús que los cure; solo quieren compasión por parte de Jesús. Su compasión se muestra en “verlos”: “Al verlos” (Lc 17:14). La mirada de Jesús es sin duda diferente a las miradas de los sacerdotes, de la comunidad y de la ley, que los “miraban” como “muertos en vida”. Jesús representa al Dios que “ve” y siente compasión de las personas.
Utilicé la palabra "favor" que tiene su origen en el latín y significa "ayuda, apoyo, benevolencia". Podemos decir que el favor de Dios es su aprobación? Vivir en el favor de Dios significa vivir de manera que haga sonreír a Dios? «No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.» (Romanos 12, 2).
¿El Señor les hizo el favor a los leprosos? El sólo les dijo a los diez enfermos, "vayan a presentarse a los sacerdotes", en el camino, quedaron curados, limpios. «Pero, al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia.» le dice San Pablo a Tito.
Uno, fue capaz de dar una respuesta que saliera realmente del corazón; mientras los otros nueve, se preocupaban por cumplir los tramites legales, el no pensó más que en agradecer a Dios ahí mismo, donde la gracia de Dios lo había encontrado: ésta es la fe que nos salva y nos transforma.
"Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan" 1 Tes 5, 18
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