Que domine la razón y el corazón
Todos llevamos dentro de nosotros mismos un altar en el que hemos entronizado a nuestro YO y al que le rendimos culto con excesiva frecuencia e intensidad.
La conquista del YO es la mayor victoria que el hombre puede lograr; conseguir que la vida no sea dominada por el ego, sino por la razón y el corazón.
Cuanto más perfectos seamos nosotros en nuestra vida, más comprensivos nos mostraremos con las imperfecciones de los demás; por el contrario, cuanto menos perfectos seamos nosotros, más exigentes nos mostraremos con los otros.
Siempre estamos inclinados a reprobar y criticar los defectos de los demás, sobre todo aquellos defectos que nosotros también tenemos y que no nos atrevemos a confesárnoslo. Otras veces criticamos los defectos que nosotros no tenemos, como una evasión para no reconocer y recordar los defectos que tenemos y nos dominan.
Decía Ralph Emerson «Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que ha sometido a su ego para servir a sus hermanos.»
Ese camino de perfección que recorreremos hasta el fin de nuestros días, deberemos hacerlo despacio, con suavidad pero con criterios.
Paz y bien
Infelizmente nesta actualidade parece-me que o egoísmo é dominante.
ResponderBorrarA nossa sociedade está fria, calculista distante.
Precisamos de usar a razão com justiça e amor. Precisamos reaprender a viver, cuidando do nosso planeta Terra como um tesouro público e não apenas de alguns.