Fe atea
En los días de riqueza piensa en la carencia de todo,
en la abundancia sé consciente de la miseria.
Durante muchos siglos nos hemos preocupado mucho de Jesucristo como Dios, pero nos hemos olvidado demasiado de Jesucristo como Hombre. Esto nos llevó a una religiosidad verticalista y ritual, centrada mucho más en Dios que en el hombre.
Nos llevó a una fe atea, casi exclusivamente centrada en ritos, ceremonias, templos, catedrales, basílicas, santuarios, cámaras “santas”, museos, relicarios, asimetrías jerárquicas, procesiones, etc., pero nos hemos olvidado del hombre, del ser humano y de la misma naturaleza.
Tenemos un ejemplo escandaloso en las Primeras Comuniones (que para la mayoría será la última): niños y niñas vestidos con guardapolvos para que todos sean iguales y luego el banquete correspondiente, mientras Jesús está muriendo al mismo tiempo de hambre y frío en millones de niños que no tienen qué comer ni vestir: ¿qué clase de comunión es esa sin el más mínimo compromiso con la construcción del Reino de Dios para este mundo?
Así nos pasa que tenemos un mundo lleno de problemas: injusticias asombrosas, inmoralidades políticas y económicas, ambiciones insaciables de dinero y poder, con guerras recurrentes una y otra vez, genocidios crueles y sanguinarios como el de Ruanda hace 20 años, que en unos meses se llevó por delante a 800.000 personas. Casi 50 genocidios, algunos enormes, se contabilizan solo en el siglo XX.
Pero el genocidio más grande son los 25 millones muertos por hambre que tenemos cada año, sobre todo en el Tercer Mundo. Estamos en un mundo muy convulso, tenso, lleno de sufrimientos. Este no es el mundo del Reino de Dios que Jesucristo nos enseñó y por el que El dio la vida.
En todos los paises de economías emergentes -como una consecuencia macabra del neoliberalismo- estamos asistiendo a una ola impresionante de asistencialismo imprescindible, provocado por una crisis y unos gobernantes al servicio exclusivo de los grandes bancos y las grandes empresas, a quienes se entregaron miles de millones, usurpados y robados al pueblo inicuamente, al que al mismo tiempo se le recortan los más elementales derechos a educación, sanidad, asistencia social, trabajo, vivienda, etc.
El mundo no puede seguir así. Hay que romper con un sistema autosuicida que de tanto explotar al hombre y a la naturaleza los está conduciendo aceleradamente a su ocaso. Por todo eso decimos que la ética va muy por detrás de la ciencia, e incluso está retrocediendo como pudimos comprobar con la crisis y sus enormes desfalcos bancarios... corrupciones políticas... un escenario mefistofélico.
Volvamos a creer en el mensaje de Jesús aplicado a la realidad de la vida, o sea, inexorablemente vinculado a la justicia, la igualdad, la unidad del género humano, la solidaridad, el compromiso con todo ser humano y la Madre Naturaleza, el amor de todos a todos y a toda la Creación, porque eso es Jesús hecho Hombre hoy, es resucitarlo hoy en cada ser humano. Eso es fe, lo demás es otra cosa.
Paz y bien, hasta pronto
___
Huellas de Faustino Vilabrille
Comentarios
Publicar un comentario
«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.