Saber lo que uno es
28º domingo, TO, San Lucas 1.7 - 14 Al frívolo y superficial le importa quedar bien, que se cuente con él, le gusta dárselas de que sabe ante los demás, de que está al día... En general, la soberbia es enojosa para el prójimo, y hasta resulta ridícula, como en el caso de la parábola, cuando uno aparenta ser, tener o saber lo que no es, no tiene o no sabe. Por el contrario, quien es humilde no pretende llamar la atención, sobresalir en el hablar, en el vestir o en tantos otros detalles; resulta agradable y elegante en su sencillez.